Epílogo

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—¡Michael! —corrió por toda su casa persiguiendo a su pequeño hijo. —Me vas a volver loca —suspira, cansada.

—Déjalo ser — su ahora prometido pasa a su lado dándole un beso en la mejilla

—¿Cómo te fue? —lo abraza por el cuello, al instante la loción impregnó sus fosas nasales, haciendola sonreír.

—Bien, ya sabes, lo de siempre ¿que has hecho? Te extrañé

—Pues tu hijo no se queda quieto, así que no mucho

Camina seguida de él, quien ve a la hermosa mujer que tenía como pareja. Llegaron a la sala, donde el pequeño descansaba en el piso viendo la televisión

—¡papi! — corre hasta su padre, él lo carga dándole un par de vueltas, haciendolo reír. —¿Hoy si te quedas con nosotros? — el mayor lo ve con pena, sintiendo algo de culpa al saber que su hijo estaba creciendo con un padre ausente por su trabajo.

—Así es, me quedaré aquí con ustedes —abrazó a Grace por la cintura, formando un abrazo entre los tres

Andrew trabajaba como médico en el hospital central de Vancouver, algo por lo cual no veía tanto a su pequeña pero querida familia, sin embargo, hacía todo lo posible para estar con ellos el mayor tiempo que pudiera.

Grace había echo su carrera como ingeniera en Arquitectura y en ese momento contaba con 27 años, un hijo de 4 y una boda por delante, ¿asombroso? Ella lo creía así.

Era feliz con su actual pareja, vivía cómodamente y de vez en cuendo visitaba a su familia. Era la vida que siempre había querido.

Y aquí muchos se preguntarán ¿y Finn?

Después de haberse ido siguió su vida tratando de enfocarse en lo profesional.

La carrera musical del Joven Wolfhard había alcanzado gran éxito, había grabado discos, hizo conciertos, giras y todo lo impensable.

Finn era alguien libre, en ese momento no tenía ningún compromiso amoroso y así lo quería por un tiempo, luego de Grace solo había tenido una relación, sin embargo se concentró más en la música y en su futuro.

Ambos tenían una vida por delante, aun que varias ocasiones él se preguntó ¿y si no me hubiera ido? Tal vez seguiría con Grace, tal vez habrían tenido una linda familia pero tal vez no habrían tenido lo que hoy tienen.

Habían hecho sus vidas por separado, sin embargo, no cambiarían nada de su pasado.

Ninguno iba a negar las ganas que tenían de verse y saber que hicieron con sus vidas, pero no todo es posible.

Finn Wolfhard y Grace White habían sido la perdición del otro, pero ahora, casi 10 años después, se sentían felices por ellos mismos, sabían que si el destino quería encontrarlos lo haría, dejaron todo a manos de la suerte.

Después de todo, Finn siempre la vio como algo inalcanzable y aún así, tuvo el valor de confesar sus sentimientos.

Grace tenía miedo de amar a alguien más, y sin pensarlo terminó amando a Finn como nunca antes lo había echo.

• • •

—Mike, vamos —La mujer toma de la mano a su hijo comenzando a caminar por las grandes calles de Vancouver. Irían por aquellas sabrosas donas que Grace seguía comprando después de 10 años.

—Mami ¿que es eso? ¿Y eso? ¿Qué están haciendo? ¿Ya mero llegamos? —preguntaba a cada paso que daba, poniendo a su madre algo desesperada. Sabía que su hijo cruzaba la etapa del ¿Pero por qué?, sin embargo trataba de ser paciente, quería brindarle su mayor atención todo el tiempo.

𝐈 𝐬𝐞𝐞 𝐲𝐨𝐮 - 𝐅𝐢𝐧𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟𝐡𝐚𝐫𝐝 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora