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Las chicas se amontonaban para hablar con él, también había algunos chicos a los que les robaba suspiros. Jisung aún seguía sorprendiéndose de eso, era increíble el cambio que podrían causar unos lentes de contacto y su casi finalizado tratamiento dental, aunque su forma de vestir y de hablar también influyeron.

Este sería el segundo San Valentín en el cual su mochila estaba repleta de chocolates a pesar de que no tenía pareja alguna; aunque a sus dieciséis años, Jisung no tenía prisa de encontrar a alguien. Ya desconfiaba mucho de la gente, así que prefería ser cuidadoso con la persona que eligiera a que alguien rompiera su corazón estúpidamente, alguien alguien como...

Mandó un mensaje a Minho, preguntándole la película que verían hoy. Para Jisung, lo genial de tampoco haber encontrado el amor este año, era que así podía pasar su día con Minho, el único amigo que siempre estuvo a su lado.

Siempre pasaban ese día en casa del menor, comiendo entre los dos el chocolate que recibían ese día, o bueno, los que Minho recibía, así era hasta que hace un año atrás Han sorpresivamente había llegado con suficientes dulces como para llenar un tercio del sofá con ellos.

Se le hizo un poco extraño que Minho no respondiera con la rapidez de siempre, pero le restó importancia, era San Valentín y él trabajaba en una florería, era obvio que estaría ocupado. Jisung solo dejaría unos libros en su casillero y se iría a casa, pero a la hora de abrirlo vio algo que no estaba ahí antes: una rosa seca y una hoja blanca doblada a su lado.

Hizo una mueca, ¿Acaso las flores podían secarse por estar encerradas en su casillero tanto tiempo? Tiró la rosa a la basura y desdobló la nota:

"Cuando tienes una flor favorita a tus ojos siempre se verá hermosa sin importar qué"

Jisung miró hacia los lados, esperando encontrar a quien dejó esa nota en su casillero, por desgracia no encontró a nadie. Sintió un rápido escalofrío, no esa como que no apreciara el detalle, pero de alguna forma parecía... ¿Raro? Incluso un poco tétrico a sus ojos.

¿Quién regala rosas secas?

Además, una rosa seca, le dejaba un amargo sabor de boca a Jisung. No podía evitar seguir comparándose con ella, al fin de cuentas, aun si la apariencia externa de Jisung hubiera cambiado un poco, seguía sintiéndose igual de frágil e indefenso que hace unos años atrás, como una rosa seca la cual se deshace si la tocas.

Se dio unos ligeros golpes en las mejillas, cerró su casillero y salió de la escuela. Si Minho, no había contestado su mensaje, Jisung suponía que la florería debía estar llena a esa hora, y no se equivocó.

Tanto Minho como su madre iban de un lado a otro dentro de la florería haciendo arreglos y atendiendo clientes. Era San Valentín después de todo.

Jisung entró y saludó rápidamente a ambos para dejar su mochila detrás del mostrador, ponerse un delantal y ayudar a atender a los clientes.

—Jisunggie, no es necesario que te molestes en ayudarnos—le dijo la señora Lee, haciendo que Jisung negara con la cabeza.

—No es ninguna molestia—sonrió Jisung ganándose una mirada agradecida tanto de Minho como de su madre. Había pasado mucho tiempo en la florería, así que aun si nunca había trabajado en ella sabía cómo funcionaba todo.

El precio de cada producto. Cómo acomodar los ramos. Qué combinación de colores usar para resaltar cada arreglo.

El significado de cada flor.

Pasaron tres horas antes de que la florería volviera a su clientela habitual. Cerrarían en media hora, así que la señora Lee había insistido en que ambos chicos se fueran a casa y continuarán con sus planes iniciales.

—Lamento que tuvieras que ayudarnos—se disculpó Minho quitándose sus guantes.

—Tú y tu mamá han estado conmigo desde siempre, es lo menos que puedo hacer—dijo Jisung quitándose el delantal con cierto cansancio. Había sido un día agotador.

Su mirada se dirigió a las coronas de flores que no habían vendido ese día. Ahora que lo pensaba, nunca le había regalado nada a Minho en San Valentín. No era tarde para regalarle algo, aunque fuera pequeño. Su atención, su tiempo, su comprensión, su calidez, quería un detalle para compensar un poco de todo lo que recibía de Minho.

Jisung tomó una corona hecha con rosas rosas, estas se ocupaban para expresar gratitud, sería perfecto aunque, era demasiado común. No quería algo común para Minho, quería algo especial, algo más que un simple gracias, algo que demostrara lo importante que había sido Minho para él.

Su mirada viajó un poco entre las coronas hasta que encontró una que estaba más escondida del resto, casi como si no quisiera ser encontrada. Jisung la amó, las flores de manzano, eran poco regaladas a pesar de su hermoso significado, aunque...

Jisung se mordió los labios al ver que la corona era complementada con gerberas de un color rosado intenso, casi fucsia. Jisung frunció el ceño. En rosa pastel, la gerbera significaba agradecimiento y simpatía. ¿Por qué el mensaje cambiaba tanto solo con la tonalidad de un color? Fucsia, eso cambiaba completamente el significado de esa corona.

Titubeó un poco, la corona era perfecta, expresaba claramente todo aquello que sentía por Minho, el problema era que no estaba listo para dar ese paso y expresar lo que significaba ese color fucsia.

Bueno, algún día tendría que saberlo. Además, Minho, a pesar de trabajar en una florería, jamás se molestó en aprender lo que significaba cada flor porque según él "para que aprenderse el significado de las flores si al final todos lo ignoran y terminan regalando la que se vea más bonita".

El menor fue a dejar el dinero correspondiente en la caja.

—¿Ya está listo para irnos, Sung?—preguntó Minho. El mayor se extrañó un poco cuando sintió como le acomodaron una corona de flores en la cabeza, y volteó solo para encontrarse con la sonrisa de Jisung.

—Ya.

Flores Secas [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora