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Al día siguiente Jisung, presentía que la rosa seca, el día de hoy aparecería en su casillero. Se mordió los labios, la idea de dejar una nota pegada en su casillero para la misteriosa persona llegó a su mente. Sin duda la vería, pero que podía poner, ¿Sería bueno algo como "Deja de hacer esto" o "¿Por qué mandas solo rosas secas?"?

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando terminó la clase. Jisung siempre era el primero en salir del salón, hace unos años había adoptado esa costumbre para evitar los golpes, pero ahora solo seguía haciéndolo por costumbre.

Aunque salir antes del salón nunca evitó los golpes, siempre era atrapado por sus agresores en su intento de huir, por eso no pudo evitar gritar cuando sintió una mano sobre su hombro. Un grito se escuchó como respuesta y Jisung solo atinó a girarse hacia la persona que había provocado su susto. Jisung lo reconoció rápidamente como el chico nuevo que se había integrado hace unos días atrás a su clase.

—Disculpa por asustarte—habló el chico de manera un poco torpe.

—No te preocupes—dijo Jisung tratando de restarle importancia, tratando de tranquilizarse—Es solo que me asusto muy fácilmente, pero está bien, no era tu intención.

—Lo lamento —se volvió a disculpar el chico —Solo quería saber si me puedes decir en donde se encuentra la sala de profesores.

—Ah sí...se encuentra en el edificio de a lado, la segunda puerta de la izquierda—indicó rápidamente Jisung.

—Gracias—le sonrió el chico de forma radiante antes de irse.

Jisung suspiró. ¿Había sido demasiado paranoico por asustarse así? Siguió su camino, en serio debía dejar de pensar en el pasado.

El pasado no vuelve, eso quería creer, pero el destino parecía empeñarse en demostrarle a Jisung que no podría escapar de lo que vivió.

Las horas transcurrieron con normalidad y llegó la hora de irse a casa, así que como siempre, solo restaba ir a su casillero a dejar los libros que no necesitaba y encontrarse con su rosa seca la cual ya se estaba volviendo parte de su rutina.

Flores secas. Esas estúpidas y horrendas flores secas.

"¿Estúpido y horrible Han Jisung?" pregunto de forma burlona la voz de su mente al recordar que no era tan distinto a esas flores.

Bien. Aquí vamos de nuevo.

Jisung abrió su casillero, encontrándose algo diferente esta vez.

La nota era breve como siempre pero de una forma se sentía tan distinta:

"No era mi intención lastimarte haciendo esto"

No había rosa seca, esta vez, acompañando la nota había una hermosa dalia amarilla con un color tan vivo como el sol. Resplandeciente, llena de vida y totalmente bella.

Una dalia amarilla en el momento indicado puede simbolizar fidelidad y es muy común regalar flores amarillas si se trata de amistades, pero también tiene otro significado que era el que más identificaba a Han en este momento.

Por primera vez, no tiró la flor a la basura, sino que decidió llevársela consigo, al igual que la nota que ya se estaba arrugando entre el puño que había formado. Como había sido tan ciego para no ver quien lo estaba haciendo. ¿Quién más podría haber sido si no él?

—Fui un estúpido por confiar en ti, ¿No es cierto?—sonrió Jisung de forma irónica. —El amarillo es el color que se usa para representar la traición, Minho

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Jisung de nuevo iría a la florería, para el día de hoy el pedido de la familia Han eran flores de manzano. Las flores de manzano llevaban rondando la cabeza de Minho desde que Jisung le regaló una corona con dichas flores.

Y como si lo hubiera invocado con su pensamiento, Jisung atravesó la puerta de la florería.

—Llegaste temprano, Sunggie—apuntó Minho, pero cuando volteó a ver al menor lo vio con un rostro serio.

Pocas veces lo llegó a ver así. Jisung siempre fue del tipo expresivo, alguien que no puede callar lo que piensa, así que ver su mirada llena de ese sentimiento que no podía identificar, le inquietaba. Y siendo la primera vez que Jisung actuaba de esta manera, Minho no sabía qué hacer.

—Ya tengo listo el pedido de tus padres—sonrió Minho tratando de aligerar el ambiente. Estiró el arreglo de flores hacia el menor, quien lo tomó de forma lenta y sin dejar de verle a los ojos.

— ¿Fue muy gracioso para ti, Minho?

— ¿Qué?—Minho frunció el ceño sin entender de qué hablaba.

—Dime, ¿Te causaba gracia ver cómo me sentía como mierda al ver las rosas secas? ¿Me odiaste este tiempo? ¿O solo buscabas algo con que divertirte porque estabas aburrido? Dime Minho, porque aun no entiendo.

Jisung desvió la mirada con una dolorosa sonrisa al sentir las lágrimas caer de sus ojos. El mayor finalmente entendió que se refería a las notas y las flores secas.

—No logro entender cómo es que mi mejor amigo, la persona con la que crecí, la persona de la que me enamoré incluso...la persona en la que he confiado ciegamente toda mi vida pudo hacer algo así.

Minho abrió los ojos en demasía al escuchar las palabras de Jisung, ¿En serio el menor había dicho "la persona de la que me enamore"?

—Jisung yo-

Sus palabras fueron interrumpidas cuando Jisung aventó el arreglo de flores al suelo.

—Tú lo sabías, incluso antes de que te lo hubiera dicho ayer—continuó el menor—Siempre supiste lo que pensaba de las flores secas, de cómo me hacían sentir, y aun así tu...tu solo...

—Jisung, lo siento...

— ¡Las cosas no se reparan con un lo siento!—le gritó Jisung— ¿Tienes idea del infierno que me hacías pasar cada vez que tenía que toparme con tus malditas rosas secas? ¿Y crees que eso se arregla con una tonta dalia y un lo siento?—soltó mirando como el mayor se quedaba en silencio ante sus palabras—Te odio Minho...odio que tu sabiendo mejor que nadie hayas hecho esto...y odio que me hayas hecho creer que en verdad le importo a alguien.

Flores Secas [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora