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No había sido cosa de San Valentín. Sea quien sea que hubiera dejado esa rosa seca aquel 14 de febrero, siguió haciéndolo cada día sin falta, al punto de que era septiembre y él recibía flores secas a diario. A veces en su casillero, otras veces en su mochila, incluso en la entrada de su casa. Cada una acompañada de una frase como la primera.

Incluso en fin de semana, dios mío, era escalofriante.

—Ya no aguanto —dijo Jisung dejándose caer sobre el sillón.

—¿Qué ocurre? —preguntó Minho, bajando el volumen del televisor.

—Esas flores—se quejó Jisung llevándose las manos a la cara—Esas estúpidas flores secas, ¡Las odio!—

No le había dicho a nadie de las flores hasta ahora, pero necesitaba sacarlo. Esas flores, aunque no lo parecieran, estaban llevándolo al borde de su estabilidad emocional.

—Oh...—fue lo único que soltó Minho al escucharlo—Amm... ¿Quieres hablar de ello?

—No...bueno si...es que...aaagh—Minho se rió un poco al ver como Jisung movía las manos de un lado a otro sin saber por dónde empezar, pero espero paciente a que el menor lo hiciera. —Creí que la rosa seca solo era un regalo de San Valentín, pero todos los días sin falta encuentro una en cualquier parte que incluso ya tengo miedo de que un día encuentre una rosa seca en mi baño, y sonará ridículo pero eso no es lo que me molesta.

—No te molesta un acosador que sabe dónde vives, dónde estudias, la clave de tu casillero etc... ¿Entonces? —preguntó el mayor con cierta gracia.

—Bueno ese detalle me da miedo, pero no es lo que me molesta —dijo Jisung con una mueca —Tampoco me molesta que se tome el detalle de hacerlo todos los días, por muy raro y tétrico que se vea, no me molestan las notas anónimas que no pasan de una frase, son las flores...

—Jamás te habían molestado las flores, es decir, has sido mi mejor amigo por mucho tiempo y yo prácticamente vivo en la florería.

—El problema es que son flores secas.Siempre son flores secas... —susurró Jisung—Y yo no sé qué pensar, ¿Sabes? Esa persona, sea quien sea posiblemente no tiene malas intenciones, lo sé por qué sus notas siempre son amorosas y reconfortantes, y aunque parece espiarme, siempre mantiene su distancia, no creo que se trate de un loco o un psicópata, porque bien podría haber intentado algo contra mí y no lo ha hecho—el menor no se dio cuenta de que poco a poco comenzaba a hablar más rápido—Pero no entiendo el detalle de que sean rosas secas, no entiendo que me quiere decir, que quiere expresar con ello o a qué rayos quiere llegar... Sé que hay algo que no estoy viendo en ese detalle que se está esmerando en darme pero yo...lo odio...odio como me hacen sentir esas odiosas flores... no solo me causan confusión, por alguna razón me hacen sentir vacío, y cada vez que las veo mi pecho se oprime, me siento tan mal que incluso he llegado a vomitar por ello incluso.

Minho se sorprendió por escuchar ese detalle, pero no interrumpió a Jisung, quien aún continuaba hablando.

—Me falta el aire y siento como si me ahogara y no es culpa de esa persona, todo esto de las flores secas está dentro de mi cabeza, es cosa mía, lo sé, y me enoja tomarle tanta importancia pero por alguna razón sigue ahí dentro de mí y tengo miedo...—la respiración del menor era irregular, pero no podía detenerse—Mi vida justo ahora, no es perfecta, pero es mucho mejor que antes.

»...Yo siempre he tratado de encajar, de hacer las cosas bien, de agradar a quienes estaban a mi alrededor y de no meterme en problemas pero nada de eso parecía ser suficiente, siempre existía algo que tenía que salir mal aun si yo no podía verlo, siempre había algo que me impedía ser completamente feliz, cada vez era algo diferente como si estuviera destinado a ser miserable constantemente. He tratado de cambiarme a mí mismo mil veces...tanto en el exterior como en el interior...deje mis anteojos, traté de hablar mucho menos que antes, traté de adelgazar un poco, ya no tengo frenos, y hasta ahora creo que eso sirvió para que las burlas, los golpes y las palabras a mis espaldas se detuvieran, pero se siente hueco porque me sigue importando, tengo miedo de que esos días vuelvan y...y...y esas rosas me lo están recordando todos los días. Las flores marchitas no pueden volver a la vida...no pueden aspirar a nada más que hacerse añicos después de ser botadas...y no puedo evitar compararme con ellas cada vez que las veo...siento que soy igual a ellas, no importa cuánto me esfuerce en cambiar, cuanto trate de huir de mí mismo...las flores secas siempre terminan en la basura porque su belleza ya no existe...y si yo he sido una flor marchita toda mi vida...alguien que jamás tuvo belleza...una flor que se secó antes de florecer...sin posibilidad alguna de cambiar, una estúpida flor que siempre será botada, olvidada y termina sin importarle a nadie...no quiero sentirme así...no quiero recordar que soy como las flores secas...pero esas rosas...esas estúpidas rosas...

Jisung comenzó a sollozar.

Si Jisung en verdad era una flor seca, entonces justo ahora, Minho estaba viendo sus pétalos desprenderse. No podía dejar que eso siguiera, no podía dejar a Han rompiéndose así.

Minho lo rodeó con sus brazos, tal vez así su hermosa flor no se seguiría deshojando. Pero Jisung, al sentir los brazos del mayor, solo terminó de desmoronarse, aferrándose a la calidez del mayor como si su vida dependiera de ello.

Ese día, Minho aprendió una lección importante,cuando acaricias una flor seca...aún si es con amor...puedes terminar dañándola.

Flores Secas [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora