capítulo uno

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❝ el amor es la más fuerte de las pasiones, pues ataca simultáneamente la cabeza, el corazón y los sentimientos. ❞

-¿Por qué tenemos que irnos? ¿Por qué Edward no puede ser el único?— se quejó Rosalie mientras todos corrían a empacar.

- Porque somos una familia Rose, y la familia no deja a nadie atrás.— el recordó Esme a la rubia desee su lugar en la cocina.

Miro alrededor de la habitación y frunció el ceño cuando no encontró a Emilia.

- ¿Dónde está tu hermana?

- Creo que está arriba con Edward ¿Voy a buscarla?

- Por favor, hazlo, es hora de que coma. Juro, que aveces se olvida de que es humana y que necesita comer para sobrevivir.

Rosalie subió las escaleras y camino por el pasillo que llevaba a la habitación de Edward. Hizo una pausa al escuchar la conversación, también se trataba de la mudanza.

- Ed, iré contigo a dónde decidas que es mejor para ti. Te amo, eres mí hermano, por favor ni me dejes.

- No estarás sola, tendrás al resto de la familia y a Rose. Adoras a Rose.

- Si, pero no sera lo mismo, ¿Que haré sin que me entrenes?

- Sobrevivirás, Emma. Solo necesito tiempo, volveré cuando esté listo.

- ¿Y eso cuando será? ¿Dentro de veinte años?

Edward se rió entre dientes, levantándose de su lugar en el piano.

- Pronto, lo prometo. Ahora, baja. Rosalie está aquí por ti.

Rosalie puso los ojos en blanco cuando entro en la habitación.

- Deja de leer mis pensamientos Edward.

- No puedo evitarlo.

- Si puedes. Emilia lee mentes pero no la vez todo el tiempo haciéndolo.

Edward puso los ojos en blanco ante las palabras de Rosalie.

- Lo que sea.

Ella sonrió victoriosa, ofreciéndole su brazo a la niña más joven.

- ¿Lista para ir a comer?

- ¿Tengo una opción?— murmuró tomando el brazo entre los suyos.

Rosalie se rió entre dientes.

- Esme preparo tu favorito. Ella sabe que estás molesta por irte, pero ...

- Pero tenemos que irnos, lo se. Es por la seguridad de Bella.
¡No me gusta, no me gusta ella!— exclamó deteniéndose en los escalones.

- A mí tampoco pero ella es la tua cantante de Edward, ¿Recuerdas? Tenemos que respetar eso.

Emilia suspiro pero continuo bajando, dirigir donde directamente a la mesa del comedor donde Esme ya había colocado un plato de comida.

- Emma, Carlisle quería saber si querías ir con el a la línea del tratado esta noche.

- ¿Por qué?

Esme dejo un vaso con jugo frente a Emilia.

- Porque va a hablar con Sam y su manada. Estableceran un acuerdo.

- ¿Podré ver a Sam?— Esme se rió de la emoción de la chica mientras Rosalie ponía los ojos en blanco.

Emilia siempre había sido bastante cercana a Sam, y Emily en realidad. Desde que los conoció pasaba una noche a la semana cenando en casa de Emily cuando la.manda no estaba presente. Sam pensó que lo mejor era que la manada no supieran de ella hasta que aprendieran a controlar su ira. Mientras que Jared era bueno en el control, Paul era demasiado temperamental.

- Si, puedes ver a Sam.

Rosalie resopló.— ¿Cómo puedes ser amiga de ese chucho? Apesta.

Emilia miro a su hermana.— Es cálido, divertido y un cambio de lo habitual.

- Lo que digas pequeña.

Carlisle entro en la habitación justo cuando Esme ahuyenta a Rose.

- ¿Supongo que quieres venir conmigo?

- ¡Si por favor!— el médico se río y beso la coronilla de Emilia.

- Entonces termina de comer y prepárate. Salimos en hora y media.

Emilia asintió con entusiasmo y rápidamente se terminó su comida para subir trotando las escaleras hacia su habitación para prepararse.

Su habitación en la casa de Forks era su favorita de todas en las que había vivido hasta ahora. Era extravagante pero simplista y también era la única de la casa con una cama.

Emilia fue a su armario y se puso un par de jeans u una camiseta corta. Se puso sus air force uno y fue al baño, aplicándose un poco de rimel y brillo de labios. Se sujeto el pelo en una cola de caballo desordenada y volvió a su habitación, agarrando su teléfono.

Bajo las escaleras dónde Carlisle ya la estaba esperando.

- ¿Lista?

- Lista.

Se despidió de Esme mientras gritaba detrás de ellos que tuvieran cuidado y el dúo comenzó a caminar hacia la linea del tratado.

- Los vas a extrañar mucho ¿No?

Emilia suspiro asintiendo con la cabeza, su sonrisa decayendo.— Ojalá pudiera quedarme con ellos.

Carlisle frunció el ceño ante la expresión de Emilia. Odiaba ver a su familia molesta. Cómo cabeza de la familia, era su trabajo mantenerlos a salvo y felices. En estos momentos, no estaban felices.

- Siempre puedes venir a visitarlos cuando quieras, lo sabes ¿Verdad?

Emilia se iluminó instantáneamente.— ¿En serio?

- En serio.— Emilia chilló y abrazó a Carlisle.

- Gracias, gracias, gracias.

Carlisle rió y se detuvo ante el arroyo que establecía la línea del tratado.

Las hojas sonaron y Sam apareció, solo.

- Sam.

- Carlisle.

Los dos hombres se reconocieron y luego Sam volteó hacia Emilia, sonriendo al instante.

- Emilia, es un gusto verte.— Emilia volteó hacia Carlisle y el asintió conociendo su pregunta silenciosa.
Camino sobre el arroyo y se acercó a los brazos de Sam.

- Voy a extrañar tu calidez.— murmuró acuerdo reir al hombre bronceado.

- Yo extrañare tu desagradable olor.— Emilia puso los ojos en blanco ante las palabras de Sam.

- Le acabo de decir que puede venir a visitarlos subte parece bien.— Sam le ofreció una sonrisa con los labios apretados, asintiendo.

- Si, esta bien para mí.

Carlisle luego procedió a informar a Sam que mientras se iban, ni estaba seguro de si se irían para siempre o Edward querría volver por Bella. También le dio permiso a Sam de para patrullar el antiguo territorio Cullen.

Sam asintió y accedió a hacerles saber a los ancianos la información sobre la partida de los Cullen. Abrazó a Emilia una última vez antes de que digan adiós. Emilia gritando que la despidiera de Emily.

Volvería pronto, eso lo sabía. ¿Pero podría ver a Sam? Quien sabe.

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