Emilia Cullen. Embry Call. Humana. Cambia formas, sarcástica, bromista.
Soulmates.
- ¡No es de tu incumbencia Edward!
- Lo es cuando mí hermana pequeña está involucrada.
- El es mí Bella ¿Por qué no puedes aceptar eso?
obra original de @laesr918; y...
❝ Hay una locura en amarte, una falta de razón que lo hace sentir tan perfecto. ❞
- Hoy es el gran día.— anunció Alice cuando Emilia entró, sofocando un bostezo. Bella ya estaba sentada, su maquillaje se había sido detenido por Alice.
- ¿Qué dije sobre el sueño de belleza?— Emilia comentó al notar las bolsas debajo de los ojos de Bella.
- Lo siento, pesadillas.
- No importa de todos modos, la hare lucir impecable.— dijo Alice, aplicándole corrector.
- Puedo hacerle el peinado.— ofreció Rosalie de pie detrás de la novia.
- ¿De verdad?— tanto Bella como Emilia se sorprendieron por su oferta, la propia Rosalie no se inmuto por el impacto.
- No me ofende tu elección de novio.
- Solo mi total falta de respeto por la mortalidad.
- Exactamente.— Rosalie sonrió mientras comenzaba a retorcer los mechones de cabello de Bella hacía atrás.
- Las bodas unen a todos.— Alice suspiró.
Emilia comenzó a hacer las comprobaciones de último minuto, asegurándose de que Edward estuviera lejos de la puerta y que el patio trasero estaba ambientado.
Un vez de regreso a la habitación donde Bella se estaba preparando, la acompañaron a una silla, Rosalie y Alice trabajaron en ella a continuación.
Los padres de Bella entraron a la habitación justo cuando terminaron, Charlie se quedo torpemente detrás de Renne.
Renne se puso al borde de las lágrimas cuando vio a Bella y estaba a punto de divagar cuando Charlie se aclaró la garganta.
- ¡Bien! Te trajimos algo.— el dúo sacó una caja negra y se la entregó a Bella.
- Pensamos que podrías tener algo azul.
- Y viejo además de tu madre.— comentó Charlie, Renne dándole un codazo.
- Era de tu bisabuela. Ella lo usó en su boda. Sin embargo, agregamos los zafiros.
- En la caja había una peineta, brillando al encender la luz.
- Es tu primer reliquia. Puedes pasársela a tu hija para que se la pase a su hija.— Renne lloró de nuevo, Bella iba a abrazarla.
- Mamá es hermoso.
Alice interrumpió, deteniendo a Bella de llorar.
- No arruinaras mi obra de arte.
- Ella esta en lo correcto.— Renne asintió, tomando la tela que Rosalie le ofreció sin dudarlo.
Emilia tocó la peineta y la colocó con cuidado en el cabello de Bella mientras Alice iba a mostrarle el vestido a Renne.
- Emma, tu también deberías vestirte.— Rosalie aconsejó, Emma asintió y agarró su porta trajes.
El cabello de Emilia había sido peinado en un elegante peinado, sus rizos cayendo, enmarcando su rostro. Su maquillaje era ligero, tan ligero que el delineador alrededor de sus ojos apenas se notaba.
En sus orejas llevaba un par de pendientes largos para que no hubiera necesidad de un collar. Tenía una pulsera a juego y eso era todo.
Tal vez fue por su vestido. Era largo y tenía una capa de encaje transparente sobre la falda de tul. La blusa era de escote en corazón y tenía un cordón en la espalda.
Alice había insistido en que el vestido de Emilia fuera largo y como era dama de honor tenía que sobresalir. Y eso hizo.
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Se aplicó más brillo de labios rosa antes de salir del baño, jadeando al ver a Bella.
- Te ves impresionante.— dijo, Bella luciendo igual de sorprendida.
- No tano como tu. Maldita sea Emma, te ves increíble.
Las dos chicas se rieron antes de que Alice entrara de nuevo.
- Es hora de bajar.
Incluso la escalera había sido decorada con flores, notaron las chicas mientras bajaban, Bella iba primero mientras Emma sostenía su cola. Ambas tuvieron cuidado de no tropezar con sus faldas y dejar escapar respiraciones profundas una vez que estaban a salvo. Emilia alisó la cola de Bella, ajustando sobre ella.
Alice casi arroja el ramo de flores en su mano, Bella Charlie se unieron a sus brazos.
- Cuenten hasta diez antes de salir.— Alice instruyó a Rosalie comenzaba a tocar el piano.
Alice contó hasta diez antes de salir, caminando sin dudarlo.
Emilia respiró hondo cuando llegó a diez en su cabeza. Escuchó los jadeos audibles mientras mientras caminaba, uniendo sus ojos con los de Embry. Su novio le guiño un ojo, Emilia le sonrió suavemente mientras llegaba al altar, de pie y esperando la llegada de Bella.
El resto de los invitados se pusieron de pie mientras Bella y Charlie salían, el brazo de Bella apretando el de Charlie. Estaba nerviosa, claramente.
Todos se quedaron sin aliento por lo hermosa que se veía, por lo natural y simplista que era la belleza. Bella miró a su alrededor antes de mirar a Edward a los ojos, acelerando su paso antes de que Charlie la frenara. Llegaron al fina, Emilia tomó las flores de Bella y se dirigió a su asiento junto a Embry en la primera fila.
Charlie puso la mano de Bella en la de Edward y la besó en la frente antes de dirigirse a su asiento también.
El pastor, el padre de Angela Webber, hizo un gesto para que todos se sentaran, Emilia colocó ambos ramos en su regazo. Embry y Emilia se tomaron de la mano y ella le sonrió cuando comenzó la ceremonia. Pronto, estaban intercambiando votos.
- Yo Edward Anthony Cullen.
- Yo Isabella Marie Swan.
- Te llevo, Isabella Marie Swan.
- Te llevo, Edward Anthony Cullen.
- Para tenerte y sostenerte.
- En el bien y en el mal.
- En la riqueza y en la pobreza.
- En la enfermedad y en la salud.
- Amarte.
- Apreciarte.
- Mientras ambos vivamos.
- Lo hare.
- Lo hare.
Los dos parecían atrapados en su propio mundo, sonriendo mientras se miraban el uno al otro y solo el uno al otro. Embry miró a Emilia. Un día, esos serían ellos.
- Te amo.
- Te amo.
Los dos se besaron, el tiempo pareció detenerse para ellos mientras continuaban besándose entre los aplausos. Eventualmente se alejaron, todos de pie una vez que lo hicieron.
Todas las parejas se besaron también, Embry y Emilia se besaron profundamente mientras Edward y Bella reían.
- Te amo.— Emilia murmuró mientras se alejaba de Embry.
