El Peor Día De Mi Vida

Una dulce realidad II

Un beso… dos más… ahora van cuatro… una mano se desliza por mi nuca… su lengua entra en mi boca… sus dientes aprisionan mi labio inferior… pierdo el aliento… gimo en su boca… otra mano se desliza por mi espalda… me aprisiona más a su cuerpo… mis manos se aferran a su cuello… mi cuerpo se apoya más contra él… pero esperen… ¡Niño irresponsable!

-¡Para Sehun!- Me alejo de su lado y me mira con curiosidad y… ¿enfado?

-Fuiste tú el que me besó cuando estaba dormido. ¿Por qué detenerme?- Su voz esta ronca, su ceño levemente fruncido y su penetrante mirada taladrándome los ojos, mientras yo me sonrojo y finjo enfado.

-Estas lastimado, el doctor dijo que nada de esfuerzos. Así que vuelve a acostarte y descansa.- Digo cruzándome de brazos, mostrándome lo más serio que puedo… ¡Que subidón de adrenalina! Este niño es sexo puro cuando quiere.

-Luhan… tienes tres segundos para volver a la cama.- Dice con tono amenazante y sonríe con malicia. No me dejaré intimidar Sehunnie.

-Y tú tienes tres segundos para acostarte… claro, si es que quieres volver a tocarme.- Palidece y yo sonrío ante mi astucia, ¡Bien hecho!- Son las 7:30pm, te prepararé la cena, y más te vale permanecer tranquilo bajo las sábanas. Debes descansar y yo me encargaré de eso.- Pretendo sonar demandante y al parecer lo logro; de mala gana retoma una cómoda posición en la cama mientras se sonroja.

-No te tardes.- Sentencia.                                                                                               

-No me ordenes.- Contraataco y me marcho de la habitación.

 

POV Sehun

Me dijo que me ama… ¡Dios! ¡Esto es lo mejor que me ha pasado en la vida! Claro después de haberlo conocido… no puedo hacer más que sonreír. Reconozco que hace un rato pretendía hacer más que solo besarlo… pero bueno, ¡Estoy feliz! Quiero tenerlo lo más cerca de mí que pueda… pero es verdad, estoy lastimado… ¡Que rabia! ¿Por qué justo hoy debía romperme las costillas? ¿Qué no podía ser mañana tal vez?

-Tu madre había dejado la cena hecha. Solo la calenté.- Luhan entra a la habitación llevando una bandeja con dos platos.- Comeré contigo, ¿de acuerdo?- Sonríe ampliamente y creo que veo flores a su alrededor… ¿es normal? Asiento ante su pregunta y le devuelvo la sonrisa.

-Siéntate aquí…- Palmeo el colchón y él me mira con recelo.- No te haré nada Luhan.- Sonrío y él parece más confiado; se sienta junto a mí, me pasa un plato y él toma el otro.

La cena va en silencio, solo se escuchan las cucharas chocar levemente contra la loza, y nuestras respiraciones acompasadas mezclándose con el susurro del viento. Me falta poco para terminar, pero mi mirada se desvía de la comida y me enfoco en él… su cabello naranja dándole un aire fresco y alegre, su mirada concentrada en su plato, su perfil delicado y pulido, su boca abriéndose de vez en cuando para tomar un bocado de la cena, su mandíbula moviéndose de arriba, abajo al masticar… es hermoso.

-Te amo Luhan.- Sus movimientos se detienen y a su rostro lo invade un delicado color rojo, al tiempo que me mira con sorpresa y vergüenza a la vez; sonrío y termino mi cena. Luhan vuelve la atención a su plato y termina al tiempo que lo hago yo.

-Tu madre cocina delicioso.- Dice mientras toma mi plato y el suyo, los deja en la bandeja y luego se dirige a la salida.- Por cierto…- Se detiene antes de salir y me mira con una sonrisa enorme en sus labios.- Yo también te amo Sehun.- Mi corazón se desboca por milésima vez esta noche y él sale de la habitación; decido acostarme nuevamente y miro al techo. Han pasado tantas cosas… nuestra historia ha sido más triste que cualquier otra cosa, y aun así me siento afortunado por todo lo que ha sucedido. Creo que ahora todo tiene sentido para mi… todo lo ocurrido fue lo que nos llevó a este momento… las cosas mejoraran a partir de hoy… mejoraran. Cierro mis ojos y me concentro en respirar suavemente… el aire viaja de mi nariz hasta mis pulmones de forma pausada y tranquila… siento mi pecho subir y bajar lentamente y me doy cuenta que hace mucho no respiraba con tanta tranquilidad.- ¿Qué tanto piensas?- Su voz hace a mi corazón chocar contra mis costillas y abro los ojos para verlo de pie junto a la cama, mirándome con una linda sonrisa en sus labios. ¿Hace cuánto estará ahí? No lo sentí entrar.