Especial BaekYeol

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Primavera… olores florales, pájaros haciendo nidos en las copas de los árboles, frutos frescos y de colores llamativos creciendo, brisa suave y rítmica, cielo celeste y nubes blancas y esponjosas como el algodón, sol brillante y cálido, y el ir y venir de la gente por toda la ciudad.

Chanyeol pensó que todo esto lo relajaría, pensó que escuchar música mientras iba sentado en una de las sólidas e incómodas sillas del tren lo haría sentir menos idiota, pero no. El gigante sonriente no quería creer lo que había visto en esa cafetería en el centro de la ciudad, no quería creer que aquel lugar especial hubiera sido profanado por la persona que ama, en compañía de un tipo que no es él.

Hacía pocos días Baekhyun había empezado a hablar con un chico nuevo de su clase de música; un tipo guapo a la vista de cualquiera, alto, fuerte, de sonrisa perfecta, ojos tranquilos y cabello bien peinado… en fin, un muñeco andante. Específicamente un muñeco con preferencias iguales a las del gigante de sonrisa amplia, porque si, al chico también le gustaba Baekhyun y no escatimaba en detalles para hacerlo saber.

Cuando Baek se lo presentó y vio en la mirada de ese sujeto lo mismo que veía en la suya cada que pensaba en Baekhyun mirándose al espejo, sintió que dentro suyo algo punzaba con fuerza (celos) eso estaba más que claro, pero Chanyeol no lo demostraría, no le daría el gusto al tipo ese. Sin embargo cuando los días comenzaron con su carrera veloz, el sentimiento se acentúo y lo empezó a torturar día a día.

La tarde en que Baekhyun le dijo que “ese” lo había invitado a salir, tenía planeado decirle que no era buena idea, que ese tipo no era bueno, que lo decepcionaría, que mejor saliera con él, que él era mejor, que él lo quería más, que él lo amaba… era eso lo que le hubiera dicho, pero la sonrisa tímida en los labios de Baekhyun y el leve rubor en sus mejillas le dio una vuelta entera a su idea. ¿Qué derecho tenía el de decirle eso? ¿Por qué justo ahora que Baek se estaba alejando quería retenerlo? No era justo. Fue por culpa de su cobardía (se recordaba). “Espero que la pases bien”, fue su respuesta y creyó haber visto que la sonrisa de Baek temblaba un poco… solo un poco.

El día de la cita llegó y Chanyeol solo quería no pensar el aquello, así que decidió ir a su café favorito; una pequeña tienda familiar y cálida con aroma dulce y luces poco brillantes. Sin embargo su intento de tranquilidad se vino al piso cuando llegó a la tienda y logró visualizar en su interior una cabellera sedosa y de color rubio, junto a una negra, brillante y bien peinada. Se sintió morir cuando los vio tomados de la mano, y todo empeoró cuando vio que sus rostros se acercaban peligrosamente el uno al otro… no quiso ver lo que seguiría y simplemente se alejó de allí con velocidad.

Eran las 9:30pm y su corazón continuaba intranquilo mientras él se daba una ducha para despejar la mente; fue en ese momento que recordó una cosa. ¿Desde cuándo se daba por vencido tan fácil? ¿Desde cuándo cedía aquello que quería, solo porque alguien llevase la delantera? No, no. Ese no es el Chanyeol verdadero. Chanyeol nunca había sentido miedo de declararse porque nunca lo había intentado, porque nunca nadie había valido suficiente la pena, pero Baekhyun era diferente. Por eso sentía miedo, por eso estaba escondiendo lo que sentía detrás de sonrisas amables y frases como “espero que la pases bien”. Pero ya no más. Iba a declararse, y lo haría justo en ese momento.

Salió torpemente de la ducha y tropezó al tomar la toalla, se vistió con prisa, secó inútilmente su cabello, se puso un abrigo, unas zapatillas y salió corriendo escaleras abajo, despidiéndose de su familia con un “llegaré para dormir” y recibiendo a cambio replicas que no alcanzó a escuchar pues ya iba corriendo calle abajo para llegar al paradero de buses. El transporte tardó 15 minutos en llegar al paradero que quedaba cerca de la casa de Baekhyun.

Cruzó las calles sin mirar a ambos lados, sin importarle que las bocinas de los autos resonaran en sus oídos, él tenía una misión y la iba a cumplir.

-¡Baek!- Dijo por la bocina del teléfono cuando la persona al otro lado de la línea contesto.

-¿Channie?- Baekhyun estaba sorprendido.- Que pa…- La gruesa voz lo interrumpió.

-Estoy frente a tu casa. Sal a la puerta por favor.- Colgó la llamada y esperó. Habrían pasado algunos minutos antes que la puerta se abriera y se asomara esa figura que tanto le gustaba ver. Cabello levemente alborotado, piel blanca y delicada, labios definidos y pequeños, y una amable mirada que aún conservaba eyeliner del día.

-¿Qué haces aquí?- Llevaba un pijama azul celeste y hasta ese momento no se había fijado que su cabello parecía levemente húmedo.- Channie…- Chanyeol estaba embelesado por esa persona, por ese pequeñín adicto al maquillaje y a cantar en la ducha.

-Yo…- Estaba esforzándose al máximo por salir de su embelesamiento y volver al mundo real, para decirle a Baekhyun lo que quería decir, pero era inútil cuando el chico frente a él permanecía con su mirada fija en la suya, con sus mejillas cubiertas por un suave rubor y con su labio inferior apresado entre sus dientes.- Baek… yo… yo…- la palabras se amontonaban en su garganta y salían de manera atropellada de su boca. ¿Cómo se iba a confesar de esa manera? ¿Cómo? Pero entonces la respuesta vino a él de manera espontánea.

-¿Qué quieres decir Channie?- Baek se había acercado a él y fue eso lo que le dio una fantástica idea. Antes de poder pensar mejor en ¿qué pasaría si…? Simplemente acercó al mayor por completo a su cuerpo y asaltó sus labios con repentina urgencia, con pasión y descaro; Baekhyun se sorprendió, pero se dejó hacer. Era lo que había querido desde hace mucho de todas maneras. Luego de explorar la boca ajena, se alejó y trató de respirar para ahora sí, hablar claramente.

-Eres mío Baekhyun… no salgas con otros, no mires a otros, no beses a otros… mírame a mi… quiéreme como yo lo hago por favor.- El vivo ejemplo de un gigante egoísta, pero el amor no es solo flores, chocolates y caricias.

-Solo quiero mirarte a ti… te amo Chanyeol…- Si, estaba avergonzado, todo era sorpresivo y se sentía ligeramente intimidado, pero por fin podía decir esas palabras que se había tragado desde hace tantos días atrás.

-Es mutuo entonces…- Afirmó su agarre en la cintura ajena y volvió a besarlo pero más suave ahora, tomándose su tiempo para amoldar los labios ajenos a los suyos, para saborear la dulzura de esa boca, para explorar, para morder y sacar suspiros de Baekhyun. Estaba en el cielo… pero el sonido estridente de su teléfono lo sacó del ensueño y se separó, respiró y contestó antes que se cortara la llamada.

 

-¡Park Chanyeol! ¡Ya es hora de ir a la cama! ¡Ahora te vienes para la casa, o te buscare y te traeré de las orejas! ¡Y no es una amenaza!- Su madre estaba furiosa y con toda la razón, al ver la hora esta marcaba las 12:30pm.

-Pediré un servicio de taxi… o si no mamá me matará… y recién empiezo a disfrutar de mi vida.- Ambos se sonrieron como idiotas y Chanyeol pidió un taxi que llegó enseguida.

Feliz resto de primavera… ¿que tiene la primavera que es tan especial?

El Peor Día De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora