Vivir a merced de tus sentimientos. Así es como se resumían todas las historias de amor de aquella ciudad. Únicamente esa ciudad. Muchos calificaban que era una enfermedad, una mutación o incluso una maldición, lo único cierto era que si nacías en Tokio, sufrías de "Hanaya".
Pero, ¿qué es el Hanaya? Se decía que las personas tenían una semilla, la cual estaba escondida bajo la piel. Esta crecería y le acompañaría por el resto de su vida. Pero no era tan simple como cuidarla como una planta normal. Requería una condición especial para comenzar a crecer. Debías de sentir amor.
Una condición que por si misma, una flor no era capaz de generar, por lo que, esperaban pacientemente a que su portador lo sintiera por ellas. Si tu amabas a alguien, las flores comenzarían a crecer agradecidas por tu amor.
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Izuku Midoriya, un adolescente de dieciseis años de edad, con cabellos desacomodados y verdosos, una mirada honesta y agradable, una sonrisa que generaba otras a su paso, estaba caminando alegremente de la estación del autobus hacia la academia de heroes en la que tanto había soñado estar y no podía darle las gracias a otro mas que a su propio heroe de la infancia.
Se sentía la persona mas afortunada, aunque sus nervios no dejaban que se notara del todo, ya que, aunque llevaba ya unos meses llendo al instituto, gracias a unas cuantas situaciones un tanto peligrosas, los profesores decidieron contruir dormitorios en la UA.
Esto le emocionaba, no iba a negarlo en absoluto, pero le generaba demasiado sentimientos encontrados, por una razón en particular, sus flores.
En realidad, las adoraba, las cuidaba mucho y siempre que podía hablaba un poco con ellas, eran ranúnculos, de un color amarillo intenso, parecían estar siempre agradecidas con su portador. por lo que eran muy fuertes y vivas. Cierto era que Izuku amaba mucho a las personas, a nadie le parecía extraño que sus ranúnculos fueran tan especiales.
A pesar del gran amor que les tiene, no puede evitar verlas como una desventaja de vez en cuando, pues el lugar en donde decidieron nacer, fue en sus musculos temporales. uno de los lugares mas vistosos, cualquiera podía notar cuando un nuevo brote aparecía. Y en su caso, en realidad no deseaba que se notara en lo absoluto, ya que la mayoría de sus flores amarillas habían nacido gracias a una persona en particular.
Por lo tanto, la sola de idea de estar junto a ella en un mismo edificio se le hacía una muerte inmediata, no había forma de que no se notara el crecimiento de sus ranúnculos con tan solo verle a los ojos. Ese debía ser su fin.
-¡Midoriya! Que suerte verte por aquí, tenía que preguntarte ¿vas a estar en la bienvenida que tendremos hoy en la tarde?- La voz que se proximó hasta él lo sacó de sus pensamientos, lo tomo desprevenido como quien dice. Era Yaoyorozu, quien parecía un tanto animada al darle la invitación verbalmente.
-¡Oh, Hola Momo-san! Algo me había comentado Iida-san, pero, ¿Todos vamos a estar?- Le preguntó un tanto mas nervioso de lo que ya estaba.
-Bueno, no lo sé, quisiera pensar que si, Kirishima y kaminari se están encargando de pasar puerta por puerta recordandoles a todos, ya dime tu si estarán.- Bromeó un poco, era una chica agradable a su pensar.
-Quizá me pase un rato, tengo todavía que ordenar algunas cosas, si tengo algo de tiempo me pasaré por allí.- Een realidad no quería toparse con esa persona de momento, por lo que ese día se lo pasaría por completo en su habitación, tampoco quería ser grosero y decirle que no, así que prefirió mantener su presencia en duda.
-Claro, ¡eres bienvenido a la hora que llegues!- Se despidió de él ya que tenía que traer algunas cosas para la fiesta. Deku, agradeció no tener que hablar más y sin pensarlo mas, se dirigió hacia su habitación, allí pensaría mejor sobre este tema.
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Katsuki Bakugou, el joven que ganó el primer lugar en el festival deportivo de la UA, de ojos de intenso carmín, un cabello muy desordenado aunque cuidado y una personalidad agresiva, estaba ya acostado en la que ahora se convirtió en la habitación que tendría en la academia.
En realidad el sitio no le disgustaba, pero odiaba relacionarse demasiado con sus compañeros de clase. "Mientras no me jodan este sitio puede estar decente" se repetía tratando de validar el punto y no perder los estribos.
-¡Katsubro!- Al parecer eso no sería posible con Kirishima siendo compañero de pasillo. -¡Adivina que!- Entró como si hubiese recibido una invitación de parte del dueño de la recamara.
-¿Sabes tocar la puerta desgraciado? ¡Fuera de mi cuarto idiota!- Estaba bastante enojado, pero no tenía animos de explotarle la cara, estaba algo cansado por la mudanza. De todas formas, el pelirrojo no le caía del todo mal.
-Hey hey, solo vengo a decirte que te pases por la sala común, vamos a estar todos allí.-
-Con más ánimo me quedo aquí, como si quisiera estar con todos esos animales.- se volió acostar dandole la espalda a su amigo.
-¡Animate bro! Deberías ir, porque a este paso nunca te vamos a ver en el edificio, llevamos solo un día y de no ser por las cajas de la mudanza jamás sabría que estabas al lado.- Exclamó el de cabellos teñidos. No le gustaba tener a su amigo tan aislado de los demás, de ser posible, le encantaría verle bromeando y disfrutando.
Para Eijiro, Katsuki era una persona complicada, pero con un poco de paciencia, las personas podrían entender que en realidad es muy buena persona, así como lo entendían Kaminari y Ashido. Decidió cooperar un poco en esa desvelación invitandole a pasar el rato con los demás.
Pero, siguió insistiendo un poco mas, siendo completamente en vano, Bakugouse negaba a participar de cualquier actividad que le relacionara con otras personas y ya al darse cuenta de que rogar no cambiaria nada, Kirishima decidió dejarlo en paz.
Cuando Katsuki escuchó los pasos del contrario dirigirse a la puerta calmó un poco su enojo. pero, la frase que kirishima le dijo antes de dejarlo solo lo dejo de cualquier manera menos tranquilo. -Quizá, estar mas tiempo con la squad haga que tus primeros brotes salgan katsubro.- Despues del comentario, cerró la puerta un tanto desanimado.
"Bastardo, nunca tuve que haberle dicho nada" Resopló, eso le dolía. Más no lograría sacarlo de su habitación solo por recordarle eso.
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Dying in flowers
Fanfiction"¿𝐐𝐮𝐞́ 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐫𝐢𝐚 𝐬𝐢 𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐯𝐞𝐳 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐚𝐦𝐨𝐫, 𝐮𝐧𝐚 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐟𝐥𝐨𝐫 𝐧𝐚𝐜𝐞 𝐬𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐭𝐮 𝐩𝐢𝐞𝐥?" Esto es un Fanfic Katsuki x Izuku Estos personajes no me pertenecen, todos son de Kōhei Horikoshi, el respec...