It's you|| Mati Álvarez|| Exatlon

Veintitrés

Los juegos olímpicos estaban a la vuelta de la esquina y cada día lloraba por no haber logrado clasificar.

Y también porque llevaba un mes sin agarrar mi celular prácticamente.

Un mes entero sin entrenar, sin salir y estar encerrada en mi habitación.

Toda la gente sacaba conclusiones aún sin saber nada, mis hermanos se enteraron y no tardaron en reprenderme ya que no les conté.

Mi puerta se abrió dejando ver a mis hermanos y a mi mamá, les di una corta sonrisa antes de volver la vista a mi computadora la cual fue cerrada y arrebatada por culpa de Ernesto.

—Traemos una buena noticia la cual hará que saques tu trasero de tu habitación—señaló ganándose un pequeño golpe por parte de mi mamá haciéndonos reír.

—Aunque Ernesto tiene razón, tienes que salir, no puedes estancarte por una relación que no funcionó—murmuró mi mamá sentándose a mi lado, me recosté en ella mirando a mis hermanos.

—Rosique se va a casar y yo no podré asistir porque debo hacer unos cosas acá.

—¡Y yo tampoco iré! Así que iras en representación de nosotros.

—¿Es en serio?

—Muy en serio, ahora has tu maleta que mañana me libro de ti por unos días—dijo mamá antes de salir de la habitación.

—¡Mamá!

Nos miramos para reír una última vez para empezar a hacer mi maleta, se sentía bien tener a Ernesto y a Aristeo conmigo.

—Oye loca—mire a Aristeo dándole a entender que continuará—Invito a varias personas conocidas... Entre ellas, Mati.

—Voy a una boda, no a ver quién nos acompaña—murmure antes de continuar doblando mi ropa.

Ninguno volvió a hablar y nuevamente me sentí caer en un vacío, sin darme cuenta Ernesto dejó un beso en mi cabeza para después salir de la habitación.

—Deberías aprovechar estos días para hablar con ella—pidió mi hermano pasándome mi ropa.

—Aris, ¿Podrías irte?—susurre cerrando la maleta.

—¿Y dejar que te sigas destruyendo tu sola? Ni lo creas, cambiate que me acompañarás a dar clases—regaño tirándome un conjunto de ropa para hacer deporte, salió de ahí dejándome con la palabra en la boca.

Rodé mis ojos para comenzar a arreglarme, claro que no tenía ánimos para ir.

Salí de ahí ganandome una mirada sorpresiva por toda mi familia, exagerados ¿O cuánto tiempo llevaba sin salir de la habitación?

Ignore sus miradas saliendo de la casa para esperarlos dónde llegó mi mamá seguida de mis hermanos, esta me abrazo fuertemente al igual que Ernesto, este último salto haciéndonos reír, sentí el flash y supe que Aristeo había tomado una foto.

—Las clases no se darán solas—dije acomodando mi mochila y despidiendome de mi familia.

—Estas en lo correcto, Aristeo apurate—dijo Ernesto copiando mi acción.

—¡Recuerden que soy el mayor!—reímos levemente antes de subir al auto e ir a dar nuestras clases.

Al llegar todos se sorprendieron al ver que había ido, no era para tanto ¿O si?

Después de un buen rato dando clases las cuales ya había extrañado, regresamos a casa donde me obligaron a bañarme y cambiarme para la cena.

—¿Cuanto tiempo estuve en mi habitación que hacen todo esto?—murmure al ver que estaban poniendo una mesa en la terraza de nuestra casa.