Hope Andrea Mikaelson se sacrifica por sus amigos. Al despertar, se encuentra en un campo de batalla, en donde logra sobrevivir con sus habilidades únicas en el combate. Y entonces lo conoce a él. Alto, guapo, elegante y misterioso. Él es Keirean la...
Aristia suspira, manteniendo firme su sable, pensando firmemente como atacar a su oponente. Ella entonces, lanza el primer ataque y el sonido de dos espadas chocando entre sí, se escucha. Aristia lanza un par de ataques, todos desviados por Carsein, sin esfuerzo alguno. El pelirrojo mantiene su defensa, recibiendo ataque tras ataque de Aristia, quien se esfuerza en vano por derrumbar su defensa y estocarle un golpe.
—Otra vez— dijo Carsein, seriamente.
En los últimos días, desde su llegada, por la mañana se dedican a entrenar entre ellos, mientras Hope prepara bocadillos para los tres, los cuales comen una vez el entrenamiento acaba entre ellos. Es un ritual que se ha repetido por dos días consecutivos, y esta vez no es la excepción.
—Toma— dijo Aristia, lanzando ataques.
—Otra vez— dijo Carsien, desviando con éxito el ataque de Aristia.
—¡Toma! — gritó Aristia, usando más fuerza en este ataque.
Carsein, sin embargo, lo desvía.
—Otra vez— dijo Carsein, ligeramente molesto con Aristia por no tomar enserio la práctica —¡Te he dicho hazlo bien! — gritó, enojado —¡¿Cuántas veces te he dicho que observes los movimientos de tu rival y atacar cuando sea el momento?!— exclamó, enojado.
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Aristia se hizo chiquita, recibiendo su sermón nuevamente, como cada mañana. Entonces, decidida, da un paso al frente, lanzando un ataque que atraviesa la defensa de Carsein, rasgando el cuello de su camisa. Carsein sonrió, satisfecho.
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—Bien hecho— dijo Carsein, satisfecho con el resultado —es todo por hoy— dijo el pelirrojo, deseando comer los postres de su prometida —has mejorado mucho en estos días, te felicito— sonrió.
—Me elogias demasiado— dijo Aristia, cansada.
—No seas modesta, Aristia— dijo Hope, apareciendo con un atuendo por demás encantador.
