La princesa caballera y el sabueso de dios.

Episodio XXXII.- En el regazo de su majestad.

Aclaración: El título no tiene nada que ver con el manhwua que tiene el mismo título. 

¡El recuerdo de Tauriel narrado desde su punto de vista!

¿Qué cosas descubriremos?

¡Veamos!

La princesa caballera y el sabueso de Dios.

Las crónicas de un amor no correspondido.

Episodio XXXII.

En el regazo del emperador.

—Imperio Castina. Varios años atrás—

El imperio de Castina es un imperio próspero. Gobernado por más de mil años por la familia imperial, Shana Castina. Una familia digna de llevar la corona, cabe aclarar. Pero hay un problema, y uno muy grande. Existe una verdad oculta en la familia imperial, una verdad absoluta a la cual ni siquiera el templo tiene acceso total. La actual familia imperial robó la corona de la verdadera familia original. La familia Labonair. La familia fundadora de todo lo que se conoce en ese mundo. La familia fundadora de este mundo prisión.

Mi nombre es Tauriel Parker. A diferencia de la actual familia imperial, quienes no tienen relación sanguínea con el antiguo emperador ni la antigua emperatriz; mis lazos con ellos son sólidos. Soy la hija ilegítima del emperador Alibaba y la escolta personal de la antigua emperatriz, Vitia. Mi madre murió al darme a luz, después de todo su naturaleza como valkiria, es decir, la hija de un mortal y un inmortal, le impide sobrevivir después de dar a luz. Una valkiria es única en su especie y solo puede existir una nada más. Madre naturaleza lo estableció desde el principio de todo y nada la hizo cambiar de opinión.

Gracias a ello, mi vida es caótica, por decir menos. Nacida del vientre de la amante del emperador Alibaba, he vivido más de lo que mi apariencia infantil da a entender, viendo desde las sombras una forma de destruir a la familia que por años ha ocultado la verdad. Mi venganza personal. No. Una forma de expiar mis pecados al no salvar a mi padre de su desdicha.

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Observó sin mucho interés lo que me rodea. Años y años de vivir en este imperio, fingiendo ser un infante perteneciente a la calle. De repente, algo captó mi atención. Un grupo de mercenarios, quienes parecen llevar a una persona al interior de una bodega. No suelo involucrarme en asuntos ajenos, pero la estúpida voz de Vitia, la mujer que maldijo mi cuerpo infante a estancarse en esta apariencia por la eternidad, hasta encontrar el estúpido primer amor.

Hice caso a ella, simplemente por el placer de hacer que se calle. Me involucré en aquel asunto y terminé por salvar al estúpido del emperador Naberius. Su apariencia me recuerda un poco a Elisa, la hermana menor de la princesa imperial, Elizabeth; pero sus ojos me molestan. El color azul profundo me recuerda a la apariencia de Vitia. La mujer que me condenó a esta eternidad.

—Gracias por salvar mi vida, pequeña.

La voz del emperador inesperadamente tranquilizó mi corazón. Volteé a verlo sin mucho interés, algo común en mí y forcé una sonrisa. No salvé tu vida por gusto sino por obligación. Vitia y su amor por la humanidad pueden irse al carajo.

—No hay nada de que agradecer, sol del imperio.

"Sol del imperio". Solo una persona tiene el derecho de recibir tal mote y es Vitia, la primera emperatriz. La familia Parker es la familia del emperador. La familia Labonair, es la familia de la emperatriz. A diferencia de lo que se cree ahora, en dónde el hombre es quien debe de gobernar, en la antigüedad, era la mujer quien gobernaba. El emperador apoyaba a la emperatriz a tomar decisiones, pero la última palabra recaía en ella.