Episodio IX: Un invitado singular.

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Episodio IX.

Un invitado singular.

—Finca Monique, 2 días después—

Aristia suspiró, bajando su espada. Las gotas de sudor caen por su frente, y ella inútilmente las limpia. Sin embargo, vuelven a aparecer, dado el esfuerzo con el cual ella práctica la espada. Ha pasado ya 2 días desde que Keirean envió a un mensajero a la casa Rass, explicando el motivo por el cual Hope tardara en llegar a la capital y tomar las lecciones de modales y etiqueta. El mensajero, no ha vuelto, ni con una respuesta positiva como una negativa.

—Buen trabajo, Aristia— dijo Keirean, felicitándola —te has esforzado mucho, deberías descansar— le sonrió, orgulloso de su pequeña hija.

Aristia asintió, feliz —¡Gracias papá! — ella sonrió, feliz.

—Lina— Keirean miró a la sirvienta —¿En dónde está Hope? — pregunta, preocupado.

Hope rara vez sale de su habitación. Si bien el doctor descartó cualquier efecto secundario a causa del veneno, Hope permanece casi todo el día en cama. Al comienzo, intento salir y entrenar con Aristia, fallando en el proceso al perder el conocimiento. Keirean entonces tomó la decisión de limitar los movimientos de Hope. Ella no opuso resistencia, acatando la orden de su padre, limitando sus paseos a la noche.

—Lady Hope se encuentra en su habitación practicando magia— dijo Lina, nerviosa. Cuando fue a verla, Hope se encontraba en el suelo, sentada, con un mapa del imperio, susurrando palabras en un idioma desconocido, mientras sostiene un collar en su mano, moviéndolo por encima del mapa, sin detenerse.

Keirean suspiró, resignándose —ella simplemente no puede detenerse— se resignó —Tia— miró a su retoño —continúa entrenando, iré por tu hermana— agregó, marchándose.

Aristia asintió, continuando entrenando.

...

—¡¿Carseín?!— Aristia exclamó, al verlo frente a ella.

—¡¿Carseín?!— Aristia exclamó, al verlo frente a ella

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Carsein bajó de su caballo, sonriéndole, exhausto.

—¡Hey! Tiempo sin vernos— dijo Carsein, agotado por un viaje de dos días sin parar a caballo.

—¿Qué haces aquí? — pregunto Aristia, curiosa. A decir verdad, ella no pensó que el pelirrojo llegaría tan pronto a la finca.

—¿Qué pasa? ¿No ves que soy una visita? — dijo Carsein, desplomándose —waa estoy cansado— se quejó, tomando agua de un ánfora que tiene entre sus manos —vine tan pronto como me enteré que mi prometida se encuentra enferma— expresó, orgulloso.

—¿Cómo te enteraste de que Hope fue envenenada? — pregunto Aristia, curiosa.

—Yo le avise— dijo Keirean, apareciendo a espaldas de ambos.

La princesa caballera y el sabueso de dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora