TaeHyung tomó todas sus cosas, incluyendo el dinero y la documentación que JungKook le había dado hace nueve años atrás.
No podía dejar de llorar y, sinceramente, no andaba de ánimos para escuchar las excusas de Kook, aunque el mayor no sabía nada de lo que estaba haciendo.
Lo que había visto, al atreverse a entrar por primera vez a la habitación del vampiro, lo dejó completamente asustado y una explicación era lo último que quería.
¿Qué fue lo que había visto que, además de asustado, le había roto el corazón? Fue a Kook en la cama con un humano perdido en su cuello.
El mayor no lo había notado y lo agradecía porque así le daba tiempo de tomar todas sus cosas para marcharse. En ese momento no deseaba volver nunca más a esa mansión.
Secó sus lágrimas, pensando en que había hecho mal en creer que JungKook no era un vampiro malo. Tuvo que haberse ido en cuanto supo que el mayor jamás se fijaría en él por ser humano. De esa forma, la gran ilusión que se creó durante todo ese tiempo, no se hubiese desecho en unos simples segundos de forma brutal y dolorosa. La agonía latente en su pecho se volvía insoportable con cada segundo y quería irse de esa casa cuanto antes para que todo terminara. Para que su sufrimiento dijera adiós de una vez.
Terminó de empacar su maleta y miró su habitación por última vez. Dejaría todo para no llevarse ningún recuerdo, no necesitaba rememorar ningún momento a su lado. Rápidamente se encaminó a la salida, sin importar que fuera de noche y que las ruedas de la valija hacía ruido al descender los escalones. Sonido que alertó al vampiro quien salió de su habitación, desaliñado y con un delgado hilo de sangre descendiendo de sus labios.
—¡TaeHyung! ¿qué haces?
Literalmente el humano se congeló a unos dos pies de la puerta principal. Ni siquiera era capaz de voltear para ver al mayor. No podía. No quería.
—TaeHyung... ¿adónde vas?
JungKook se terminó de acercar para darle la vuelta y ver sus ojos llorosos.
—Tae ¿por qué...?
—¿Lo mataste? —interrumpió, viendo la sangre en los labios del mayor.
—¿Eh? —en ese momento se dio cuenta y con el dorso de su mano se limpió —Te puedo explicar, Tae.
Intentó tomarle la muñeca, pero TaeHyung se apartó mirándolo con una mezcla de furia, dolor y miedo. Una mirada que le dolió profundamente a Kook.
—No me toques... no lo hagas... alejate de mí.
—Tae, por favor.
—No quiero volver a verte, JungKook —le cortó bruscamente —Te agradezco por todo, pero es hora de que siga mi propio camino.
Y JungKook fue testigo de como TaeHyung abandonaba el hogar donde había crecido, sin decir una palabra ni hacer nada al respecto.
Porque creía que TaeHyung se merecía una vida mejor lejos de él, a pesar de que el corazón que creía no tener doliera horrores al ver al amor de su eterna vida, alejarse cada vez más.
『💉』
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
