Había pasado el tiempo y TaeHyung cada día estaba más seguro de algo: amaba a JungKook como algo más que un hermano.
Lo confirmaba con cada hora y cada día al lado del mayor. Con cada latido de su corazón y con cada suspiro. Sí, TaeHyung no tenía duda ya, estaba completamente enamorado de JungKook y no iba a hacer nada al respecto porque le gustaba la sensación de amar en secreto al vampiro. Le gustaba estar con él aunque no tuviera en claro que era lo que sentía Kook por él. Pero eso estaba bien, no le importaba demasiado porque sabía que el mayor lo quería y eso era suficiente para él porque quería decir que tenía una oportunidad con JungKook.
Terminó de preparar la cena para él cuando el mayor bajó dejando un libro en la mesa.
Él se estiró para ver de cual se trataba y sonrió al ver que era el libro que le había recomendado.
—¿Qué te pareció?
—Horrible.
TaeHyung rio.
—¿Por qué?
—Muy estúpido.
—¿Qué cosa?
—Que un vampiro se enamore de un humano, es estúpido y hasta imposible, antes lo vería como un bocado.
TaeHyung sonrió sin demostrar cuanto le dolieron esas palabras.
—¿Por qué lo crees así? ¿por qué un vampiro y un humano no podrían enamorarse?
—Porque su relación sería efímera. El humano moriría pronto y entonces el vampiro quedaría solo. Por eso es mejor enamorarse de alguien igual de inmortal o mortal, dependiendo cual sea el caso.
—Puede que tengas razón.
Y el menor no dijo más nada, sólo se concentró en su comida, pensando que lo que Kook había dicho era cierto. Él moriría en unos años y JungKook volvería a quedarse solo.
Quizás el mayor tuviera razón, debería buscarse una pareja humana, alguien con quien compartiría su vida hasta el final, alguien que moriría a su lado. Porque quizás el amaba al vampiro porque era la única persona a la cual había conocido. Tal vez, cuando conociera a alguien más se olvidaría de él y entonces su vida seguiría como el de cualquier humano normal. Tal vez... sería bueno dejar el hogar donde vivió muchos años, después de todo aun conservaba el dinero y la documentación que él le había dado como regalo hace siete años.
—JungKook...
—¿Sí, Tae? —preguntó con una sonrisa levantando su vista del nuevo libro que leía.
Entonces TaeHyung dudó si contarle lo que haría. Hacía tiempo que JungKook no se distanciaba de él y parecía más feliz que antes. Sonreía más y solía reír bastante cuando jugaban como dos niños pequeños. Desde que arreglaron las cosas que el vampiro parecía más alegre que nunca... ah, lo estaba haciendo dudar horriblemente.
—¿Tae?
—Ah, lo siento, me quedé pensando.
—Sí ya lo veo, pero ¿qué ibas a decirme?
—Ah... Que... yo... quería decirte que... quería ir a la ciudad...
—¿Qué? —los ojos entristecidos de JungKook le rompieron el corazón.
—Es que... Quiero comer helado y quería saber si no te molestaría acompañarme a la ciudad.
Sí, tuvo que mentirle porque no tuvo la suficiente fuerza para decirle a él lo que realmente quería hacer. No podía decirle que quería dejarlo e irse a buscar otro amor.
El vampiro sonrió alegremente y le respondió.
—Cuando termines de cenar iremos.
TaeHyung sonrió también. Ah... sentía que jamás podría dejar a JungKook.
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