❀『nueve』❀

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✧Kim TaeHyung—16 años

JungKook observó el rostro dormido del humano. Aun no amanecía y hasta que el sol no tocara el rostro de TaeHyung este no despertaría. 

Por eso aprovechó ese momento para sentarse al lado del chico y mirarlo en silencio como hacía desde ya unos años. TaeHyung era la obra maestra que le gustaba admirar a escondidas.

Suspiró, hacía unas horas había discutido con el chico antes de que este se fuera a dormir y todo por una tontería a la que Kook pareció darle mucha importancia. Más de la que tenía. 

Pero no podía evitarlo, mientras más cerca estaba el cumpleaños número dieciséis de TaeHyung, el miedo de perderlo más crecía en él. Estaba consciente de que las discusiones podrían alejarlo de su lado más rápido, pero no podía evitarlo. Tenía miedo. 

Sin embargo no era sólo el miedo a que él se fuera y volviera a dejarlo solo, sino miedo a sí mismo también.

¿Por qué? Porque desde hacía unos años había empezado a ver y sentir algo distinto por el menor. El pequeño ya no era el niño que encontró alguna vez en un bosque, era un chico dulce, cariñoso y algo terco que llamaba su atención hasta con sólo respirar. Ya no era un niño humano al que criaba porque había despertado en él el sentimiento de compasión y cariño, era el chico al cual deseaba tener a su lado por siempre. Ya no era el niño que solía buscarlo para dormir juntos cuando tenía una pesadilla, era el chico al que deseaba. Y eso era lo que más temía JungKook. Ese deseo, ese amor hacia el menor, ese anhelo de tenerlo a su lado para siempre. Esa vida que le brindaba a su muerto corazón cada vez que lo veía.

Porque JungKook amaba con locura a TaeHyung y le dolía con el alma saber que no podría encerrarlo en esa mansión como si fuera un pajarito y ese lugar una jaula. 

Sentía que su amor era enfermizo y eso estaba mal. 

Amar a un humano estaba mal.

Vio el sol salir por el horizonte y supo que era su señal para irse. Dejó la habitación en silencio y se encerró en la suya. Ese día quería evitar ver a TaeHyung, quizás porque temía que aceptara el sobre con dinero y la documentación junto a la carta donde le permitía ser libre. O quizás porque no resistiría el impulso de besarlo y pedirle que no se fuera de su lado.

TaeHyung despertó cuando los primeros rayos del sol le llegaron. Se estiró en su cama y bostezó. Al estar más atento a la realidad, miró el calendario al lado de su cama. 

—Treinta de diciembre —leyó aun medio adormilado.

Y fue a los segundos que recordó ese día. Era su cumpleaños. 

De un salto, abandonó la cama y abrió la ventana para mirar el bosque que rodeaba la mansión. Ese día cumplía dieciséis años, la edad que Kook le dijo para poder visitar la ciudad él mismo. 

Rápidamente el vampiro llegó a su mente. Salió corriendo de su habitación para buscar al mayor. Quería verlo en su décimo sexto cumpleaños. Pero al no encontrarlo, supuso que estaba en su habitación así que optó por no molestarlo. 

TaeHyung decidió hacer su rutina diaria. Bajó las escaleras e iba a ir a la cocina cuando descubrió el sobre y la carta. La tomó y leyó lo poco que decía el trozo de papel: para que tu libertad sea mucho más fácil. JK.

Imaginó lo que había en ese sobre y lo dejó sobre uno de los muebles. No le importaba.  

Volvió a su camino inicial, tenía que hacerse el desayuno. 

JungKook salió a las doce de la noche de su escondite. TaeHyung ya debía estar lejos a esa hora o bien... podría estar durmiendo en su habitación. 

Caminó tranquilamente por el pasillo hasta dar con la escalera por la cual bajó para llegar a la sala. Y ahí lo vio.

TaeHyung estaba dormido sobre la mesa ratona con un pequeño pastel delante de él y una vela que parecía esperar a ser encendida. 

JungKook se acercó sigiloso hacia el menor y su corazón se oprimió cuando notó las lágrimas secas en las mejillas del otro. Y comprendió, entonces, que TaeHyung lo esperó todo ese tiempo porque deseaba pasar el día con él y no disfrutando de su "libertad". 

Culpable por provocar las lágrimas de TaeHyung, encendió la vela y comenzó a cantar la canción de cumpleaños. 

TaeHyung despertó y parpadeó confuso los primeros segundos para luego comprender lo que pasaba. Sonrió radiante cuando vio a JungKook quien terminaba de cantar. 

—Feliz cumpleaños, Tae. 

Y TaeHyung se sintió feliz al volver a ver esa sonrisa especial que sólo Kook le dedicaba a él. Sonrisa que hacía tiempo no veía. 

Se abalanzó a abrazar al vampiro con fuerza, sintiendo como de nuevo se sentía completo al tenerlo con él. 

Mientras que JungKook, por su parte, hacía un gran esfuerzo para evitar decirle al menor todo lo que sentía.








『❄️』

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Immortal love ✧ kth + jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora