Jamás imaginaron estar en esa situación. Era un sueño mutuo hecho realidad tras años de separación y dudas. Tras tiempo solos, buscando amor en brazos insulsos y labios fríos. Caricias y besos que no podían compararse con los que vivían en ese instante.
Momento anhelado, soñado y deseado. Momento cálido e irreal. Momento en que dos cuerpos se entregaban al calor de la pasión, en una cómoda cama de suaves sábanas y mullido colchón.
TaeHyung besó hasta el más recóndito sitio del cuerpo del vampiro. JungKook sintió, por primera vez en siglos, que volvía a vivir. Que su cuerpo no se manejaba por la sangre que bebía, sino por los latidos desenfrenados que las caricias de TaeHyung provocaba.
—TaeHyung —susurró extasiado al sentirlo al fin.
Al formar uno después de tantos años de deseo y anhelo. Se unieron hasta saciar sus almas. Lo hicieron hasta altas horas de la noche. Los besos abundaron y las caricias no pararon incluso después del acto. Tras la pasión vino la calma y los mimos hicieron acto de presencia durante minutos. Minutos que para ellos no fueron suficientes, minutos que no querían que terminaran nunca.
Sin embargo, aun había cosas que TaeHyung necesitaba saber.
—¿Desde cuando me amas? —preguntó directo al cortar con uno de los tantos besos que le había dado a Kook esa noche.
El vampiro gruñó antes de responder.
—¿Sonará pedófilo si digo entre tus diez y doce años?
—Sí, definitivamente... pero no hay fuerzas legales que lo escuchen como para decir algo al respecto.
El mayor sonrió, abrazando al menor por el cuello para darle otro beso.
Estaba feliz de tenerlo así con él.
—¿Por qué no me lo confesaste antes? —murmuró tras el beso.
—¿Y tú?
—Por miedo, dijiste que amar a un humano era...
—Lo dije porque quería ocultar lo que sentía por ti. Dijiste que me amabas como un hermano, no esperabas que me confesara después de que me dejaste en la brotherzone.
TaeHyung rio ante esas últimas palabras.
—Buen punto, lo siento.
—Ya, está todo bien, no hay nada que perdonar. —JungKook sonrió, mostrando sus colmillos.
—Tus colmillos.
—Estoy muy feliz, no puedo controlarlos cuando eso pasa —explicó el vampiro.
—Entonces... ¿Eso quiere decir que me vas a transformar en vampiro?
La idea emocionaba mucho a TaeHyung, pero al ver como los colmillos de JungKook desaparecían supo que había algo mal con respecto a su pregunta.
—JungKook.
—No puedo.
—¿Qué?
—Yo... no puedo transformarte en vampiro, TaeHyung.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Fue... una de las reglas que impusieron. Si la rompo entonces... una nueva guerra surgiría y yo no quiero que vivas para ver una guerra fría y sádica entre humanos y vampiros. —el mayor suspiró claramente triste por eso —Yo... si tú hubieras sido hijo de vampiros, la historia sería distinta, pero eres un humano, y si te transformo ellos lo sabran. Los recién creados tienden a ser incontrolables por meses y crean grandes disturbios. Generalmente los creaban para las guerras... como pasó conmigo, hasta que aprendían a controlarse. Son muy pocos los que lo logran y pueden llevar una buena vida... y yo...
Entonces TaeHyung lo silenció con un beso. No necesitaba más explicaciones.
—Entonces estemos juntos hasta que mi vida me lo permita.
JungKook no pudo evitar derramar una lágrima ante esas palabras. Así que volvió a unir sus labios con el menor para quitar de su mente aquel futuro inevitable.
El destino cruel que era la muerte y la cual era parte de la vida de los humanos.
De TaeHyung.
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