Capítulo 8

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La casa era azul celeste y mediana, pero no se veía ni una sola flor, y eso empezaba a levantar sospechas sobre la cuartada de Ivy, porque quien pide flores suele querer ampliar la colección que ya tiene. Además, era inusual, hasta el punto de parecer ilusorio, que hubiese alguna casa sin decorar en Belasburgo.

Yo dudaba en si llamar o echarnos atrás, pero Damien se me adelantó y sin pensárselo dos veces dio un par de golpes a la puerta con los nudillos. Abrió un hombre mayor que nosotros, un joven ya más adulto que joven, vestido informal en ropa de deporte y con el gesto desgastado; cada segundo que pasaba se le fruncía más el ceño. Si bien es cierto que ya de entrada nos esperábamos alguna contestación hostil, nos sorprendió inesperadamente cuando nos cerró la puerta en las narices. Nos quedamos irónicamente plantados en el sitio, y fui yo entonces la que volvió a llamar.

-- ¿Loui? Somos Damien y Erika. – Dijo Damien, y le siguió el silencio. – Unos vecinos.

-- Fuera de mi césped. – Se oyó desde el interior.

-- Venimos a traerle las plantas en otros tiestos nuevos. – Mintió.

-- No me interesa.

-- Si nos invita a pasar le explicaremos el porqué de nuestra visita. – Añadí demasiado formal. Y se le escapo una risa a Damien.

-- Estoy ocupado. -- Respondió abriendo la puerta por segunda (y seguramente última) vez.

-- ¿Con qué? – Le desafió.

-- Con un par de niñatos.

-- No le pensamos dejar en paz hasta que nos invite a pasar. – Insistí. Y cedió.

Hasta entonces, la abertura de la puerta sólo dejaba al descubierto su rostro y la mitad de una mano, pero entonces amplió ese espacio para que pudiéramos pasar adentro, y nos invitó a hacerlo inclinando sutilmente la cabeza hacia el vestíbulo.

-- ¿Infusión o café? – Nos ofreció cortésmente una vez en el interior. Yo escogería la primera y él la segunda opción, y por eso es que nos complementamos tan bien.

-- Yo infusión y él café. – Respondí confiada.

-- Yo beberé cerveza. – Dijo Loui para sí mismo, y se dirigió a la cocina, que estaba a mano derecha y tenía las baldosas efecto ajedrezado: negras y blancas intercaladas.

A nuestras espaldas teníamos la puerta principal, la cual estaba presidida por una pequeña ventanita de cristal grueso y translúcido que dejaba pasar a la estancia una luz tenue y hasta fantasmagórica. A nuestra izquierda había un pequeño espacio con una ventana en saliente y un par de espejos y muebles con mantas por encima. La casa parecía estar decorada con espléndido gusto, pero descuidada con amarga dejadez; como dejar una pintura al sol una temporada y que se vuelva sepia. Una perla cubierta con polvo.

Tras analizar lo que nos rodeaba, avanzamos un poco más, pasando al lado de unas escaleras en frente de la cocina que en su inicio estaban presididas con una columna de orden corintio, hecha en mármol y alta hasta el techo. Las baldosas crujían y parecían irse quebrando a cada paso que dábamos, pero seguimos con cuidado hasta quedarnos en frente de lo que intuíamos como el salón.

Ahora, a diferencia del hall, donde las baldosas estaban protagonizadas por motivos geométricos, el suelo pasaba a ser simplemente de un mármol grisáceo ya más marrón que claro. La sala contaba con un sofá granate y barroco colocado a la distancia perfecta de una mesilla redonda de madera para plantar los pies, y apostaba a que eso sería lo próximo que a Damien se le pasaría por la cabeza; efectivamente, emprendió de nuevo la marcha hasta sentarse en él con no mucho cuidado de no tirar las cenizas de cigarrillo que yacían mustias y longevas en un cuenco de arcilla, que estaba vagamente decorado. Seguí su iniciativa y me coloqué a su lado; le di un par de golpes en la pierna para advertirle y que no nos hiciese perder la única oportunidad de hablar con el vecino amargado que nos había tocado consultar. El simple hecho de que ya estuviésemos en su salón podría considerarse una hazaña que roza lo milagroso, teniendo en cuenta tal tosco talante; es, en mi opinión, la elocuencia y el gancho de Damien, lo que le invitó a bajar la guardia.

Erika y DamienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora