Me rehusaré.

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Después de una espera que para mí pasaron como al rededor de dos años, me permitieron salir de lugar, el frío era intolerable, y mi vestimenta no ayudaba, ¿por qué demonios, en estos lugares lo único que existe son batas?; a cada paso que daba hacia quien sabe dónde, podía sentir practicamente respirando en mi nuca a esos dos, podía caminar yo sola, si no lo sabían.

Echando un pequeño vistazo a los cuerpos que dejaba atrás, algunos sentados en las bancas hablando solos o con un ente maligno, quién sabe, no los culpo: mientras que otros se encontraban en las esquinas de las paredes moviendo sus ojos inspeccionando el lugar como si no supieran dónde estaban, no pude evitar sentir un poco de pena hacia ellos y a sus familias que probablemente seguían con esperanzas de tenerlos de vuelta con todas las tuercas en sus correspondientes casillas.

Al llegar frente a una gran puerta la abrieron, inmediatamente cerré los ojos con fuerza ante la horripilante música que se encontraba en reproducción en el viejo equipo de música puesto en la mesita de la esquina, agh, con esta música quién no se volvería loco.

Cerraron las puertas detrás de mí, dejandome completamente indefensa ante esas personas que no conocía, algunos nisiquiera se habían dado cuenta de mi presencia pero otros mantenían sus escalofriantes ojos puestos fijamente en mí haciendome sentir demsiado incómoda. Tragué saliva y caminé a paso lento hacia una silla solitaria sin nadie cerca, solo yo.

Al final encontré dificilmente una al fondo de la habitación, tomé asiento y respiré hondo inspeccionando un poco a los demás, alguien en particular me llamó la atención puesto que era el único que se encontraba concentrado en su libreta sin decir palabra alguna de sus labios, parecía mantener la cordura, bueno, eso era bueno.

Tal vez tenía poderes telepáticos o simplemente sintió mi vista en él, porque subió su mirada hasta mí, rapidamente cambié mi vista hacia mis brazos, sin poderlo creer por el rabillo del ojo su cuerpo se aproximó hasta mí, tiene que ser una broma.

---Hey, ¿me puedo sentar?. ---Preguntó señalando con la vista hacia la silla en frente de mí, tan solo le di mi aprobación asintiendo con la cabeza.

---¿Que estas haciendo aquí?, pareces normal.

¿Eso fue un halago?, bueno.

--- ¿que me dices de tí?, pareces tener las tuercas bien puestas.

Soltó una carcajada ante mi comentario.

---Tengo mis razones.

Lo inspeccioné dandole a entender que quería saber a lo que se refería.

---Me acusaron de asesinar a mi hermana menor.

Mi corazón se aceleró de la impresión.
---Pero...la verdad es que yo no lo hice, tengo pruebas que lo confirman, pero no se dan el tiempo de analizarlas, supongo que prefieren que esté aquí pudriendome con...ellos---Señaló con la cabeza hacia las personas en nuestro alrededor.

---Lo lamento.
Fue lo único que dejé salir de mis labios.

---Ya que, seguro se encuentra en un lugar mejor, aislado de toda esta mierda llamada mundo.

Bajé mi mirada, recuerdo haber dicho lo mismo.

---Y...¿como llegaste hasta acá?
¿Que se supone que debería decir?

---Yo...

Sin pensar en que responder, la música se detuvo y unas enfermeras con unas bandejas llenas de pastillas aparecieron por las puertas.

Estan equivocados si creen que me dejaré drogar con esas mierdas.

---Son calmantes, las debemos tomar todos los días a la misma hora.

Como si supiera lo que pensaba,me respondió.

---No las beberé---Mantuve la mirada puesta entre ellas y la fila que se formó entre los pacientes.

---Yo que tu, no me rehusaría, a veces las cosas se ponen un poco feas.

Lo miré detalladamente, y finalmente me decidí.

---¿Quieres salir de aquí?

ya no me excusaré más,apesto en eso, a veces la inspiración es nivel BRUH, so, decidí esperar hasta que me llegará....eso sonó raro, y el punto es que lo lamento, haré maratón esta semana, probablemente el viernes. bye bye. mua.

Ella está aquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora