Imposible |Ryomen Sukuna × (T/N)|

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Importante:este capítulo es ¿innecesario? Para los que no quieran leer lemon. Podéis leer el siguiente capítulo sin necesidad de haber visto este. Este básicamente especificará lo que ocurre esa noche, pero el siguiente solo se harán referencias.❤No se si me he explicado bien pero enfin , lo intento Jsjsjsjs.

(Antes de que leais el cap quiero deciros que no se me da muy bien escribir lemon así que xfavor no me odieis si no es lo que esperabais jsjsjsjs)

También comunicar que no pienso borrar el capítulo de mentiras, gracias a vosotros he cambiado de opinión y esos coments han dejado de afectarme, enserio muchas gracias a todos❤

Este cap también está sin corregir, pero porq me de verguensa leer mi propio lemon JAJSJAJAJ soy patética lo sé.
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Narumi

—¡Achuu!— di un pequeño salto del susto al escuchar a Sukuna estornudar.

—Oi, ven— tire de el hacia a mi y saqué mi guante para tomarle la temperatura con mi mano.

—Vuelves a tener fiebre... — acaricié su mejilla.

—No es nada, disfruta— tan pronto como lo dijo volvió a toser sangre.

—Tsk, mierda— parecia realmente molesto.

—Nos vamos—le besé en la frente, y le saqué como pude de la pista.

—Voy a decirle a los demás que nos vamos antes de lo previsto, oh tomatela— le extendí una pequeña capsula para la fiebre.

—Narumi puedo aguantar, de verdad que no es nada— volvió a toser sangre, pero esta vez una cantidad exagerada.

—¡Chicos Sukuna y yo nos vamos! — no les di tiempo a responder.

Cogí rápidamente mi coche y en menos de 15 minutos estábamos en casa.

—Vamos, acuestate—se acostó y le tape con las mantas.

—Gracias mocosa— volvió a toser preocupandome demasiado, le di un beso en la mejilla y bajé a por lo necesario.

—Ya he vuelto— le coloqué el termómetro en la boca.

—Tienes 40 otra vez — me dolía mucho verle en aquel estado, no podía no pensar que era mi culpa.

—Narumi, acuestate a mi lado— apartó su mirada hacia otro lado avergonzado.

— Claro— me acosté a su lado y me abrazo con fuerza.

—Gracias... — reí ante lo orgulloso que podía llegar a ser de vez en cuando.

Sukuna

—¿De que te ríes nena? — de la nada empezó a reír más y más.

—De ti amor— agh directo al corazón.

—¿Me has llamado amor? —podía sentir lo rojo que estaba en ese momento.

— Noup—  de un momento a otro parecía una niña pequeña.

—¡Mentirosa! — quería dejarme en ridículo, seguro.

— ¿Yo? Me ofendes— maldita...

Me coloqué encima de ella y la miré con cierta superioridad.

—¿Tienes cosquillas nena ? — se tapó rápidamente todo el cuerpo como pudo y negó con la cabeza repetidas veces.

—¿Ah no? Mmm entonces te dará igual que te haga esto— le empecé a dar toquecitos por los costados y empezó a reír como una loca.

—Para, porfavor para — se intentaba defender pero era en vano.