Imposible |Ryomen Sukuna × (T/N)|

|Vuelta al pasado II|

Nota: capítulo increíblemente largo, con +4000 palabras, va a tener muchísimas faltas pero como comprenderan no puedo corregirlo entero. Ahora sí disfruten 💕

Narradora

—Bien, ¿por quien empiezo? — Kagami  miró a los dos que estaban preparados para luchar con total tranquilidad.

—Creo que empezaremos nosotros— Nanamin se abalanzó sobre ella.

Kagami esquivó con facilidad a Nanamin y seguidamente a Gojo, el cual también la había atacado al mismo tiempo.

—Bien, como decía... Creo que irás tu primero— señaló a Nanamin.

Todo era muy rápido, los golpes ni se veían, hasta que Nanamin fué lanzado demasiado lejos. Todos miraron a Nanamin atónitos, este no se levantaba y tenía un poco de sangre en su camisa.

—Maldita... — Nanamin miraba con odio a la chica.

—Oh vamos, solo te he paralizado un rato— la chica empezó a reír y se giró para mirar a Gojo.

—Contigo creo que seré más seria— le guiño un ojo al peliblanco.

—Lo dudo—el peliblanco alzó su dedo índice y corazón y los enlazó entre ellos.

—¡No lo hagas Gojo! ¡Si su extensión de dominio es más potente que la tuya morirás! — Gojo se giró incrédulo a mirar al que le acababa de gritar aquello, era ni más ni menos que Sukuna.

—Bien, pues nos divertiremos a golpes preciosa —  Gojo se dispuso a golpearla pero Kagami detuvo su golpe con sus alas, sin sorprenderse lo más mínimo.

—¿Pero qué? — unas plumas atravesaron a Gojo acompañadas de un golpe en el estómago por parte de la peli negra.

Una gran cantidad de sangre salió de la boca del peliblanco, dejándolo aturdido unos segundos, unos segundos que la peli negra aprovecho para clavarle otras tres plumas. Dejándolo sin poder levantarse del dolor.

—¿Por que haces esto? — preguntó un adolorido Gojo que apenas podía mantener la conciencia.

—¿De verdad quieres saberlo?— la pelinegra cogió el menton del chico, obligando a mirarla.

—¿Que es lo que quieres?—  El alto escupió sangre de nuevo.

— Mi hermana me quitó lo más importante para mí— todos observaban  la escena con una notoria confusión.

—Vereis, desde que ella nació... — hizo una pequeña pausa para sentarse enfrente de todos, definitivamente habia perdido la cabeza.

—Cuando ella nació, toda la atención se fué para ella y ya no habló de tan solo de la atención de mis padres. Cuando ella creció como hechicera se encargaron de transformarla en la heroína del país,la grandiosa y perfecta Black, olvidando así a la hija mayor de la familia, la que tanto tiempo de su vida había invertido en ser mejor, en ser la mejor— la chica se detuvo a mirar las caras de sorpresa que habían aparecido en los presentes, menos en el de uno.

—Narumi es... ¿Black? — Megumi habló con un hilo de voz, todos estaban aterrorizados y apenas salían las palabras de sus bocas.

—Claro que sí, y fue la misma Black la que por órdenes de sus superiores mató al amor de mi vida— Megumi y Kugisaki abrieron sus ojos como platos.

—¿Pensabais que ella no había matado a nadie? — empezó a reír a carcajadas al ver la cara de sorpresa de los
jovenes hechiceros.

— Al enterarme de que habían encontrado un posible recipiente de Ryomen, volví a Japón para que se uniera a mi y destrozarlo todo, pero mi hermanita se volvió a meter en medio, en eso es igual que ella— la pelinegra apretó sus puños con fuerza al sentir tanta ira en su interior.