|Sin ti|

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Canción para nuestro querido Gojo :(

Gojo

Me encontraba en la puerta de Narumi, tocando desde hacía un cuarto de hora sin respuesta alguna por su parte. Llevaba una semana sin verla, sabía que estaba en su casa, lo de Sukuna le había afectado mucho, hasta tal punto de no querer ver ni a sus familiares.
Ya cansado de no recibir respuesta me subí a su balcón y entré sin más. Cuando bajé las escaleras un fuerte olor a alcohol inundó mis fosas nasales. Vi a Narumi profundamente dormida en su sofá, con poca ropa y sin taparse.

Subí a su habitación y saqué del armario una manta calentita para taparla. Al bajar la tapé hasta arriba y besé su frente. Tenía un pequeño nudo en la garganta, verla así era muy doloroso para mí y en cierta forma me sentía culpable, pensando constantemente en que si no hubiera separado a Sukuna de Itadori esto no habría pasado.

Narumi empezó a moverse lentamente con el ceño fruncido— mmmh—

Acaricié su cara y la peiné un poco— ¿Pequeña? Soy Gojo, no te asustes— abrió un mínimo sus ojos y me miró fijamente. 

— Tráeme una cerveza por favor — negué con la cabeza y me hizo un puchero.

— Has bebido demasiado Narumi,se acabó—  le di un toque en la nariz y me miró mal

— No ha dado señales de vida por lo que veo—  acaricié su cabello y la miré entristecido.

Soltó una pequeña risa llena de dolor y se levantó. — No sabes lo mucho que le echo de menos—  sacó una cerveza de la nevera y le dio un gran trago.

— Te he dicho que no bebas,trae —  le quité la cerveza de las manos y la encesté en la basura.

 Me miró incrédula— Tengo 18 Gojo—

— Lo se lo se,pero , va a acabar dándote algo de tanto beber—  me senté en el sofá y retiré mi mascara, mirando fijamente a Narumi.

— ¿Qué?¿Tengo algo en la cara?— Frunció su ceño causándome gracia.

— Estas preciosa hasta con resaca—  se quedó atónita mirándome fijamente.

— Gracias— tan seca como siempre...

— ¿Te parece bien si salimos un rato esta tarde? O si quieres podemos ir a mi casa—  Puso una cara extraña, como si quisiera sacarme algo.

— ¿Tu crees que puedo ir con estas pintas a algún sitio? — soltó una pequeña risa.

— No se diga más— la cogí en brazos y en un abrir y cerrar de ojos estábamos en mi casa.

— ¡Deja de hacer eso! —empezó a golpearme suave en la espalda como una niña pequeña.

— Vale, vale, no lo volveré a hacer— le di un beso en la frente y esta se quejó.

Se frotó la frente con la mano—No hagas eso—

— Hoy estas gruñona de más, ¿no crees?—la empujé a el sofá y le di el mando de la tele.

— No me apetece ver nada—  ¿eh?

El rostro de Narumi había vuelto a cambiar, me fijé en la tele pero, no había nada extraño.

—¿Que ocurre? — me senté a su lado, preocupado.

— Todo me recuerda a él... — arrugó sus labios y rápidamente tapo sus ojos para que no la viera llorar.

La envolví en mis brazos — Narumi... No llores por favor... — mi voz se estaba empezando a quebrar y mis manos temblaban sin cesar. Culpable

Imposible |Ryomen Sukuna × (T/N)|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora