Imposible |Ryomen Sukuna × (T/N)|

|Vuelta al pasado I|

Sukuna

Llevaba sin ver a Narumi 2 semanas, pero no podía venir antes, todos hacían muchas preguntas sobre ella desde que les dije que la había visto y había hablado con ella. También perdía mucho tiempo pensando en como sacarla de ahí con la ayuda de Nanami, pero era muy complicado y no habíamos llegado a nada.

Me adentré en la habitación y cerré con pestillo su puerta, Honma ya estaba durmiendo, se le podía escuchar roncar si prestabas atención. Baje las persianas y corrí las cortinas para evitar disgustos y me senté en el borde de la cama de Narumi.

—Ey, pequeña— estaba tapada hasta la mitad de su cara, era muy tierna.

—Mmmm— empezó a moverse por toda la cama con el ceño fruncido enfadada por interrumpir su sueño.

—Oye, al final me tocará despertarte por las malas — le acaricié la cabeza revolviendo su cabello más de lo que estaba.

Narumi me empujo suavemente con un pie para que me apartara, estaba prácticamente dormida todavía.
Al ver que no despertaba decidí que tendría que despertarla por las malas.
Cogí un cojín que tenía por su cama y le pegué sin mucha fuerza en la cara para que despertara, y efectivamente lo conseguí.

—¿Pero que haces?— empecé a reír lo más bajito posible, tenía los ojos inchados de dormir y su cara enfadada era demasiado graciosa.

—Buenas noches mocosa, ¿me echabas de menos?—  le di un pequeño beso en la frente.

—Coge una camiseta ancha o algo de mi armario y acuestate— hizo un puchero, quería que me acostara en la cama junto a ella.

— ¿Tu novio no se enfadará? — Me quité la sudadera y me puse una camiseta de manga corta negra.

— Mmm ¿tu crees? — su tono seductor hizo que me diera un escalofrío.

— Yo creo que si se enfadaría— Si ella jugaba al juego de seducir, yo también lo haría.

Me quité la camiseta y me quedé solo con unos pantalónes negros cortos.
Me tumbé a su lado bajo su atenta mirada.

—¿Vas a dormir así? Hace frío— Sus palabras si que eran frías, no había conseguido ponerla nerviosa.

—Estoy bien así, gracias— se tapó hasta arriba y la escuché reír bajo la manta.

—¿De que te ríes mocosa?— Le destapé la cara,sabía que se estaba riendo de mi y le dediqué una mirada asesina.

— De ti — se echó a reír de nuevo.

- Con que esas tenemos eh -
Me coloqué encima de ella sorprendiendola y creé una pequeña bola de energía maldita con mi dedo índice. Coloqué la bola muy cerca de su cuello y la miré de forma siniestra para intimidarla.

—Creo que se te olvida a veces con quien hablas— acerqué peligrosamente mis labios a los suyos.

—¿Ah si? Vamos, atacame— Me di cuenta en ese momento que me ponía mucho que me vacilara.

—Sabes que no puedo— deshice la bola que había hecho.

—¿Por que no puedes?— maldita, era muy astuta.

—Tsk, porque te quiero mocosa— frunci mi ceño, odiaba que jugara con mi mente.

— Yo a ti no— me sacó la lengua, de verdad que era una niña pequeña.

—Pues me voy— me levanté de encima suya, y me dirigí a la ventana.

—Ni se te ocurra— hizo un puchero, cada vez la quería más.