One Shots - Jerrie

Cena: Edwards & Thirlwall.

La música fuerte retumbaba por toda la habitación instándola a cantar. La cama estaba totalmente deshecha, algunas prendas de ropa se encontraban en el suelo por toda la habitación.

—¡Perrie! ¿Quieres bajarle por lo menos un minuto mientras atiendo el teléfono?

Debbie, la mama de Perrie, no tuvo más remedio que subir a la segunda planta de la casa, dirigiéndose exclusivamente al cuarto de la rubia que se encontraba sumida en la música. Abrió el cuarto sin llamar previamente, encontrando a su hija en medio de la habitación con su computador portátil en las piernas.

—¿Pero qué...? —Debbie no hallaba palabras para expresar el desagrado de encontrar la habitación de su hija en esas condiciones—. Necesito que arregles tu habitación. Tengo una cena importante esta tarde y planeo hacerla aquí en la casa.

—Pero no la vas a hacer en mi habitación —afirmó Perrie sin despegar su vista del ordenador.

—No, claro que no. —Debbie respondió dubitativa al no saber interpretar si su hija se lo había preguntado.

—Por eso. ¿Qué sentido tiene que la organice?

—¡Vamos Perrie! Esta reunión es bastante importante para mí. Mis jefes vendrán para cenar, recuerda que estoy a solo un paso de ser socia del buffet. Además han dicho que traían a sus hijos.

—Me tienen sin cuidado los Thirlwall.

—Deja de ser infantil, ordena tu habitación, vístete y por favor trata de ser agradable por lo menos durante la cena y si quieres después te podrás encerrar de nuevo en tu habitación. —Esta vez Debbie fue más autoritaria.

Perrie resopló cuando su madre cerró de nuevo la puerta. Seguía sin entender por qué organizar si de todas maneras la cena se haría en el comedor. Se levantó, cogió a su pequeño Hatchi que descansaba entre sus pies, miro a su alrededor y se dispuso a hacer lo que su madre le había ordenado, aunque para ella todavía no tenía mucho sentido.

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—¡Perrie baja ahora, ya llegaron!

—Ya, ya. Estoy aquí —dijo Perrie mientras bajaba las escaleras con toda la tranquilidad.

Perrie llevaba puesto un vestido azul que le llegaba hasta la rodilla, bastante casual, un poco de maquillaje y zapatos de tacón. Miró el salón. La mesa ya estaba preparada. Sintió una mano en su hombro, se giró encontrando a su hermano con una sonrisa taimada que le daba a entender que la situación le parecía entretenida.

Se escucharon voces en el pasillo que se acercaban hacia el salón. Perrie alcanzó a ver a su madre guiando a la pareja que venía detrás de ella.

—Señores Thirlwall les presento a mis hijos: Perrie y Jonnie —dijo Debbie señalando respectivamente.

—Encantados —respondió al unísono el matrimonio extendiendo las manos cortésmente—. Estos son nuestros hijos: Jade y Karl.

Cuando Jade se acerco a saludar a los hijos de una de las empleadas y, futura socia de sus padres, jamás se imagino encontrar tanta belleza en una persona ni mucho menos encontrar unos ojos tan cautivadores.

Jade extendió la mano saludando a Jonnie y después a Perrie quien sonrió más amplio ahora haciendo que Jade sintiera un pequeño revoltijo en su estomago.

—Hola —La voz de Perrie se escuchaba tímida pero a la vez era dulce y delgada.

—Hola —respondió Jade sonriente.

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Durante la cena, por alguna razón Perrie no podía apartar los ojos de la morena que minutos antes había aparecido en su casa y que ahora se encontraba en frente de ella, al otro lado de la mesa. A su lado derecho se encontraba Debbie y al izquierdo Jonnie. Mientras los Thirlwall se encontraban al lado derecho de Jade y Karl en el lado izquierdo.