El inicio de todo

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Casi cuatro años antes

Nada más llegar al campamento me empieza a entrar el miedo, miedo a no encajar, miedo a que me dejen de lado, todo el mundo está en grupos y yo no sé que hacer, igual es mejor que esté estas dos semanas sola, aunque yo he venido aquí a todo lo contrario, a intentar hacer amigos y dejar de ser tan tímida.

En menos de un mes empiezo la universidad y sé perfectamente que así no puedo seguir, tengo que cambiar, aunque nadie dijo que fuera algo sencillo.

Y al estar aquí, en medio de unas 200 personas me doy cuenta de que es peor de lo que pensaba, yo no he nacido para relacionarme con los demás.

Estoy mirando un poco a todo el mundo para saber las personas con las que voy a convivir estas dos semanas cuando me doy cuenta que hay una persona que está en las mismas condiciones que yo, bueno casi en las mismas condiciones, ella no parece estar pasándolo mal por estar sola, es más, parece disfrutar a solas con su guitarra negra.

Sin ser totalmente consciente me voy acercando poco a poco a ella, ¿el motivo? la verdad es que no tengo ni idea, pero me transmite buenas vibraciones desde lejos, como las demás personas y creo que justamente es eso lo que hace que mis piernas se muevan en su dirección.

Cuando estoy llegando me doy cuenta que empieza a cantar y yo como cobarde que soy, decido quedarme a una distancia prudencial, lo suficiente cerca para escucharla pero lo suficientemente lejos para que no note mi presencia y que no puedo apartar mis ojos de ella.

Hoy volví a dormir en nuestra cama
Y todo sigue igual
El aire y nuestros gatos, nada cambiará
Difícil olvidarte estando aquí, oh, oh, oh

Empieza a cantar y yo me quedo embobada mirándola, mucho más que antes, para nada me esperaba que fuera a cantar tan bien, ahora ni de coña me acerco hasta que termine de cantar la canción.

Te quiero ver
Aún te amo y, creo, que hasta más que ayer
La hiedra venenosa no te deja ver
Me siento mutilada y tan pequeña, ah, ah, ah

Ven y cuéntame la verdad
Ten piedad
Y dime por qué, no, no no, oh
¿Cómo fue que me dejaste de amar?
Yo aún podía soportar
Tu tanta falta de querer

Hace un mes solía escucharte
Y ser tu cómplice
Pensé que ya no había nadie más que tú
Yo fui tu amiga y fui tu compañera, ah, ah, ah

Ahora dormiré
Muy profundamente para olvidar
Quisiera hasta la muerte, para no pensar
Me forro pa' quitarme esta amargura, ah, ah, ah

Ven y cuéntame la verdad
Ten piedad
Y dime por qué, no, no no, oh
¿Cómo fue que me dejaste de amar?
Yo aún podía soportar
Tu tanta falta de querer

Ven y cuéntame la verdad
Ten piedad
Y dime por qué, no, no no, oh
¿Cómo fue que me dejaste de amar?
Yo aún podía soportar
Tu tanta falta de querer

Y cuando termina de cantar yo sigo en shock, ni me muevo de mi sitio, sin ser consciente que seguramente me descubra, pero ahora mismo es lo que menos me importa.

Termina de tocar la guitarra y levanta la cabeza, nada más hacerlo noto que me mira justamente a mí y me sonríe y yo como una idiota le devuelvo la sonrisa, ¿por qué lo hago? la verdad es que no sé, desde que he visto a esa chica no entiendo nada de lo que estoy haciendo, pero tampoco me importa mucho, bueno más bien no me importa nada.

Ahora mismo no sé qué hacer, yo me acercaría sin ningún problema, bueno algún problema si que tendría, que soy una cobarde y además me da vergüenza, que me ha pillado embobada mirándola, ¿ahora con qué cara le digo que soy hetero y que me he quedado así por lo bien que ha cantado? es que ni de coña me va a creer y voy a quedar como una idiota, una vez más.

Cartas para AlbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora