La última vez que nos vimos

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Unos meses antes

Estamos en el supermercado para comprar la comida de estas navidades, la verdad es que estoy contenta porque van a venir mis iaias y las echo mucho de menos, estar en la universidad es que tiene, no tener ni tiempo para ver a tus seres queridos todo lo que te gustaría.

- ¿Qué nos queda por comprar? — me pregunta mi madre porque yo soy la que lleva la lista, como todos los años —.

- Queda el embutido y el postre — digo mientras miró ls lista para ver realmente lo que nos queda por comprar —.

- ¿Podemos comprar una tarta de chocolate? — dice Marina poniendo el puchero tan adorable que suele poner cuando quiere conseguir algo —.

- Primero vamos a comprar el embutido y luego ya vemos, ¿vale? — dice mi padre —.

- Vale, al menos no me has dicho que no — dice mientras se pone a saltar porque aún tiene una posibilidad de conseguir lo que quiere —.

- ¿Compramos queso? — pregunta mi padre —.

- Hombre claro - digo como si fuera obvio —. Además hay que comprar mucho pero mucho queso — digo mientras me relamo los labios —.

El queso es una de mis cosas favoritas, que pena que me tenga que tomar una pastilla para no preocuparme por el dolor, porque obviamente pierdo la razón cuando tengo queso a mi alcance.

- Alba... — me dice mi madre —.

- Ya sé que no me conviene pero no puedo evitarlo...

- Eres de lo que no hay — dice riéndose —.

- Y así me queréis — digo sacando la lengua —.

- Vamos a terminar de comprar lo que nos queda, que llevamos ya mucho rato aquí — dice mi padre empezándose a quejarse —.

- Todos los años igual Miguel Ángel — dice rodando los ojos —. No entiendo porque te apuntas a venir, si se nota muchísimo que esto te aburre —.

- Porque me necesitáis para llevar el carro y yo pues me sacrificio, lo que sea para que mis tres tesoros estén bien y contentas.

- Papá, no te pega nada ser un moñas — digo riéndome —.

- Para algo bonito que os digo — dice rodando los ojos —. El año que viene os arregláis vosotras solas — dice cruzando los brazos y poniendo cara de indignado —.

- Sabes perfectamente que te necesitamos, no nos puedes hacer esto, ¿qué haríamos sin ti? — dice mi madre intentando que se le vaya el enfado a mi padre —.

- Pues con todo lo que compramos todos los años pata estas fechas no podríais con el carro — dice riéndose —.

- Que fuerte me parece que se meta con nosotras mamá, el año que viene deberíamos venir sin él, para demostrarle que realmente somos más fuertes de lo que él piensa y que no le necesitamos — digo sacando la lengua para que sepa que todo lo que estoy diciendo va de broma —.

- Bueno hija igual el año que viene estás con alguien y nos puede ayudar.

- No creo mamá — digo con un suspiro —.

- ¿Todavía no has encontrado a esa chica del campamento de hace unos años?

- Que va... ojalá... ese verano fui muy feliz y todo gracias a ella... — digo agachando la cabeza —.

- Se te veía que la querías mucho.

- Y todavía la quiero mamá, no he sido capaz de olvidarme de ella y aunque sé que es muy difícil que la encuentre algún día todavía tengo una pequeña esperanza.

Cartas para AlbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora