XXVII. 4.00 a.m.

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- Lan Zhaaan. – la voz de Wei Ying apenas se podía escuchar. – Lan Zhaan

- Mn. – contestó somnoliento el Lan

- Tengo hambre

Lan Zhan abrió los ojos, de nuevo, estaba pasando de nuevo.

Wei Ying pasaba ya por sus últimas etapas del embarazo. Según Liangwei para este punto del embarazo, los antojos debían disminuir. Pero, al contrario, los antojos de Wei Ying se habían vuelto muy específicos.

Al comienzo del embarazo sólo deseaba cosas dulces y heladas, luego solo cosas heladas. Tomó un rato hasta que sus antojos cesaron por un periodo de tiempo, uno muy corto. Y desde la mitad de su séptimo hasta el inicio de este, su octavo mes de embarazo, Wei Ying sólo deseaba una cosa, sólo una cosa.

- Buenas noches, ¿necesita algo? – preguntó el chico del mostrador

- ¿Vendes rábanos? – preguntó el Lan

- ¿Rábanos? – el chico lo miró de forma extraña, apenas pasaban de las 4 de la mañana ¿por qué alguien quisiera rábanos a las 4 a.m.? – Lo-lo lamento señor, pero no vendemos rábanos aquí

- Gracias. – Lan Zhan se dio media vuelta y subió a su auto

Lan Zhan había sido precavido y había comprado una buena ración de rábanos para su esposo y sus antojos. Pero para su mala suerte, esa tarde se habían terminado, y no esperaba que Ying le pidiera rábanos a tales horas de la madrugada, bueno sí, pero esperaba que ese día fuera una excepción. Lan Zhan suspiró derrotado y llamó a su hermano, lamentaba mucho tener que levantarlo, pero no iba a defraudar a su esposo.

- ¿Lan Zhan?

La voz de Lan Xichen se escuchaba más que somnolienta, Lan Zhan cerró los ojos con dureza, estaba siendo molesto de seguro.

- Hermano, lamento molestarte

- No te preocupes, debe ser algo urgente ¿qué ocurre?

- ¿Tienes rábanos?

La pregunta era realmente extraña, pero la voz era lo suficiente profunda para dar a entender que estaba siendo serio al respecto. Lan Xichen se sentó correctamente en su cama y buscó inútilmente en la cocina. Desafortunadamente, no tenía rábanos en su refrigerador, pero podía saber de alguien que sí

- ¿Dónde estás ahora?

- Cerca de la Torre

- Dame unos minutos, no te alejes ni te acerques

Lan Xichen colgó la llamada y sonrió un poco antes de marcar el número de alguien que sabía tenía rábanos en su casa.

- ¿Por qué demonios me llamas tan tarde en la noche?

- Porque necesito tu ayuda

- ¿Qué rayos? ¿Sabes qué hora es Lan Xichen? Aaahhh

- ¿Todo bien?

- Acabo de recibir un golpe por tu culpa

- Lo lamento mucho Mingjue, pero mi cuñado tiene antojos

- ¿Y eso que tiene que ver conmigo?

No tardó mucho más en que Lan Xichen le informara a Lan Zhan dónde podía encontrar algunos rábanos. Jin Guangyao se había hecho un aficionado por las plantas, ahora había comenzado a cultivar algunos vegetales, entre esos, rábanos.

Bienvenido a la Torre MXTXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora