XXIX. Bienvenido

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La vida puede ser bella y asombrosa, aunque también puede ser aterradora y triste, cada día experimentarás nuevos colores y sabores o simplemente puede que te mantengas con el mismo modo de toda tu vida, sin importar como sea, tú eres quien le da ese sentido a tu vida pues el mundo no deja de girar y la vida continúa sin pensar.

Los que lucharon por su amor y triunfaron o fallaron; los que completaron su familia, incluso los que perdieron alguna; desde quienes se reencontraron con el amor y quienes lo renovaron. Todos habían pasado por muchas cosas antes de lograr llegar hasta este punto de sus vidas.

Si había manera de cambiar los momentos de sufrimiento, muchos podrían decir que cambiarían, ¿quién no? Pero, ¿realmente seríamos las mismas personas si cambiamos eso? Nadie desea llorar, sufrir o sentirse mal, sin embargo, los matices de la vida forman parte de nuestra identidad. Nuestras decisiones nos traen siempre a dónde estamos y donde queremos estar.

El arrepentimiento reivindica nuestro presente y futuro, más no nuestro pasado. Lo realmente importante es el hoy, mientras que el mañana, es una esperanza y una ilusión que finalmente alcanzaremos, de una u otra forma sólo existirá el ahora.

- Buenos días Song Lan. – saludó Mingjue a su compañero que estaba llegando

- Buenos días, ¿también te vas hoy de vacaciones? – preguntó Song Lan al ver las cosas ordenadas en el escritorio de Nie Mingjue

- Si, A-Yao me mataría si no. – mencionó Nie Mingjue

- Por cierto, escuché que te casas, felicidades. – Song Lan lo había escuchado de Xiao Xingchen

- Si, A-Yao se está encargando de todo. – Mingjue estaba siendo muy despreocupado

- ¿Cómo reaccionaron tus suegros? – Song Lan estaba curioso por ello

- Tú como crees, al principio casi me sacan del mapa para que dejara a A-Yao, y ahora resulta que soy su hijo. – Nie Mingjue no soportaba a sus suegros ni un poco, pero no tenía de otra. – ¿Y ustedes? ¿Cómo resolvieron el asunto de Xue Yang?

- No está del todo resuelto, pero Xingchen y yo hablamos con la señora Xue. Le dejamos claro que podía ver a A-Yang, pero que tenía que conocer sus límites o podríamos consultarlo en un tribunal

- Y estoy seguro que no quiere eso. – dijo Nie Mingjue.

- Por supuesto que no. – Song Lan sólo quería el bienestar de su familia. – Sea por amor o por interés, no puedo permitir que esa familia se involucre mucho con A-Yang, temo que envenenen su corazón

- Tenlo por seguro. – afirmó Nie Mingjue

Song Lan tenía razón, los Xue sólo habían reconsiderado su "error" al negarse a criar a Xue Yang, después de ver qué las ganancias eran más grandes de lo que creían. Ahora en sus intentos por recuperar la custodia del menor, sólo evidenciaban su egoísmo e interés. Song y Xiao amaban a ese niño como si fuera propio, y es que lo era, era su hijo.

El temor más grande no era que Xue Yang supiera su procedencia, eso era algo que incluso Xingchen y Lan habían conversado. Lo preocupante era la codicia y el narcisismo de la familia Xue. Las pocas veces que el pequeño convivió con ellos, el niño volvió a casa con palabras nuevas como "bastardo" o "inútil", Xiao Xingchen pasó un buen rato haciéndole entender que esas dos palabras no debían ser repetidas, aunque lo más difícil fue explicarle que significaban y por qué se las habían dicho a él y a su adorada madre.

- Xingchen dice que los niños a esa edad, son como una esponja viviente. – dijo Song Lan a Nie Mingjue. - Absorben todo tipo de palabras y comportamientos

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