》Capítulo 6《

80 14 3
                                    

Un ojo morado, la mejilla con un gran hematoma y su labio partido. Si, esas habían sido las consecuencias de lo ocurrido anoche con su padre. ¿Y cómo se podía sentir él al respecto? Sucio, muy sucio. Se merecía eso, lo sabía, porque fue el culpable de quitarle la felicidad a esa familia, todo por un miserable helado... ¿Y había valido la pena? No, claro que no. Porque un pequeño Taehyung de ocho años, a tan temprana edad, supo lo que era perder algo de la forma más dolorosa posible, la muerte.


Sus dedos largos se pasaron por su ojo derecho, el cual era el que tenía dañado, recordando entonces la primera vez que su padre lo había golpeado. Recordó la mirada preocupada de Yoongi, llorando y gritando que encontraría al bastardo que le había hecho eso, que las pagaría caro, muy caro por tocar a su mejor amigo. Y eso lo hizo sentir mal, muy mal. En ese entonces se dijo que no quería volver a verlo así, no quería volver a ver que sufriera por su culpa. En esa época ya tenía diez años, y ya con todo lo que estaba pasando con su familia no se iba a permitir que su hyung llorase por su culpa. Fue ahí que el tiempo transcurría y el maquillaje se volvió parte de él, las sonrisas se volvieron algo cotidiano, el llanto durante las noches una costumbre, decir un estoy bien ante todo indispensable, las cuchillas cortando si piel algo necesario, la ropa excesiva no podía faltar. Simplemente, todo estaba perdido, completamente perdido.


Porque ya nada volvería a ser lo mismo.


Taehyung ya no sonreía sinceramente. El amor de su padre se desvaneció por completo. Su madre ya no estaba...


¿Cómo podía todo volver a ser como antes? Es por eso que sus esperanzas se iban de a poco y ya no creía que nada iba a cambiar, todo seguirá igual. Él, su padre y su mamá. Nada, pero absolutamente nada, iba a restaurarse.


Y ahí estaba él, llorando frente al espejo. Porque ya no podía, no aguantaba y eso era lo que le asustaba. Le había prometido a su mamá que sería fuerte, en silencio juró que se quedaría al lado de Yoongi. Y es que, una vez más, esa sensación de vacío estaba instalada en su pecho, esa horrible sensación que lo llevó por ese camino, a ese de sacar su dolor mediante un filo de metal cortando su piel, así sintiéndose un poco más liviano y creyendo que podía aguantar un poquito, sólo un poquito más. Porque esa vida ya no tenía mucho que ofrecerle.


Entonces recordó aquella carta, esa carta anónima que todavía estaba rondando en su cabeza. Salió del baño en dirección a su mochila, buscando aquel bonito papel púrpura y volvió a leer lo que decía.


Cariño, ¿Cómo no notas mi insistente mirada sobre ti?...


¿Había alguien observándolo y él no se había dado cuenta? Bueno... con Yoongi como mejor amigo era imposible que se diera cuenta de algo así. Y no era tonto, sabía que todos estaban babeando por él, pero no entendía el por qué. Si estaba tan sucio...


...Como mis oscuros orbes brillan con tanta alegría cuando se posan sobre tan bello ser, como mi sonrisa se ensancha al saber de tu presencia, como todo a mí alrededor parece desvanecerse al ser tú mi centro de atención...


¿Era posible que él causara todo eso en una persona? Pero si él estaba tan, tan roto...


Suicida 》Kooktae《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora