》Capítulo 7《

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La madre del pelinegro tenía prisa, se encontraba en la sala caminando se un lado a otro desesperada, con el celular pegado al oído. Su pequeño hijo de tan solo cinco años la miraba atento, preguntándose por qué su mami actuaba de esa forma. Segundos más tarde la vio colgar el teléfono, frustrada. Lo tomó en brazos y, a falta de una niñera disponible, tuvo que llevarlo consigo a su trabajo. Subiéndolo al auto y ya lista en su lugar, condujo directo a su destinó.


Lo único que supo el pequeño minutos después es que su mamá lo estaba llevando a un lugar lleno de niños. ¿Es que quería abandonarlo acaso? ¿Lo desecharía así nada más? Ante esos pensamientos el menor entró en pánico, no quería ser separado de esos bellos brazos. ¿Y si su nueva mami no sabía hacer las galletas que a él le gustan? No, no, no, no. No podía pasarle algo como eso.


Al entrar en aquel lugar, vio cómo su madre se colocaba un guardapolvo azul, llevándolo hasta una sala con niños más pequeños que él. Porque si, la señora Jeon trabajaba en una guardería. Jungkook permaneció sentado en una esquina con el ceño fruncido y los brazos cruzados, enojado con la simple idea del abandono de su madre. Eso, hasta que vio a un pequeño niño apartado del resto. Decidió acercarse, y no fue hasta que estuvo suficientemente cerca que notó su llanto.


"¿Qué pasa?" Habló un aniñado Jungkook, apenas sabiendo hablar correctamente.


El pequeño castañito levantó su rostro hacia la figura que tenía al lado, el cual solo atinó a apuntar hacia el frente, señalando a todos sus compañeros, los cuales se encontraban jugando entre ellos o en pequeños grupos. Entonces el pelinegro entendió lo que ocurría, nadie quería jugar con él. Se sintió enfadado ante ello, ¿Cómo nadie quería jugar con tan tierno niño? Miró a su alrededor, a lo que logró ver dos autitos.


"¡Yo jugaré contigo!" Emocionado, el pelinegro tomó ambos juguetes, entregándole uno al niño.


Los ojos del castañito se iluminaron, no había visto a nadie tan emocionado por querer jugar con él más que su propia familia. El infante aplaudió feliz, recibiendo luego el autito que le era entregado. Ambos se quedaron jugando por bastante tiempo, entre risas y uno que otro balbuceo por parte del menor, que apenas sabía con suerte pronunciar su nombre.


"Ji... Ji..." Empezó diciendo el pequeño, a lo que Jungkook paró de jugar al escucharlo, estando atento a lo que estaba por decir "...min... ¡Ji!... ¡Ji...Min!" Alegre, levantó ambas manos.


"¿Ji...min?" Frunció el ceño, sin entender lo que estaba diciendo, cayendo en cuenta segundos después. "¡Oh! ¡Jimin! Ese es tu nombre." Afirmó el pelinegro. "Soy Jungkook." Sonrío al infante, lo cual le pareció algo gracioso a Jimin.


"¡Jukoo!" El mencionado rió, enternecido por escucharlo decir su nombre.


La mañana transcurrió, y el pequeño Jeon básicamente se había olvidado lo que en un principio lo tenía enojado. Su madre se lo llevó de vuelta a casa luego de que su jornada de trabajo hubiera terminado. Al llegar, el menor no paró de hablar de su nuevo amigo.


"¡Mami! ¡Mami! ¿Voy a poder ver a Jimin otra vez?" Preguntó, con cierto brillo en los ojos.


Suicida 》Kooktae《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora