El despertador sonaba, aquél sonido tan molesto qué indicaba que tenía que levantarse para ir a la escuela. No quería, no después de que su padre se haya enterado que había fallado el examen de alguna forma que desconocía. No que haya recibido la paliza de su vida, ni nada que no le pasara seguido, pero le dolía todo, no quería moverse, tenía ganas de quedarse todo el santo día en la cama haciendo la mismísima nada. Pero si no quería que su cuerpo le doliera más que en ese momento, tenía que levantarse e ir a la mugrosa escuela.
Suspirando buscó su celular a ciegas para apagar la alarma, levantando apenas la cabeza para verificar que estaba apretando los botones correctos.
Apoyó la cara en la almohada, soltando un grito de frustración. Hoy tenía otro tonto examen, y no había estudiado ni un poco, ni siquiera prestó atención en clase. ¿Pero cómo podría? Si a cada hora su padre le llamaba para apagar sus cigarrillos en sus brazos, para golpearlo por lo primero que se le venía a la cabeza o simplemente le recordaba lo miserable que era. Y sus profesores no ayudaban de nada, simplemente juzgándolo y diciéndole que si no venía a la preparatoria a estudiar se fuera. Si ellos supieran, si supieran toda la verdad, no dirían nada. Porque él si quería aprender, porque su mamá le había dicho que ir a la escuela lo haría sabio, muy inteligente, y que estaría orgullosa de él por haber aprendido tantas cosas. Él quería ser el orgullo de su mamá, pero en estas condiciones no podía.
Con pesar se levantó de la cama, arrastrando los pies hacia el baño para hacer su rutina mañanera. Bañarse, vestirse, cepillarse los dientes, lavar su rostro y maquillarse. Una vez hecho todo eso, salió del baño y fue en busca de su mochila para después salir de su habitación y bajar las escaleras, posteriormente a eso abrió la puerta y salió de la casa.
El auto de su padre no estaba, lo que significaba que estaba trabajando, y suspiró aliviado de no tener que toparse con él en la mañana.
Caminó por las calles rumbo a la escuela, en el trayecto recibiendo un mensaje de Yoongi que decía que no se sentía bien y que por eso faltaría. Taehyung le respondí diciendo que se cuidara y que intentara descansar, que quizá más tarde pasaría a verlo. Obteniendo como respuesta un "para mí no es ningún problema descansar" por parte de Min, a lo que soltó una pequeña risa, sabiendo perfectamente lo que le gustaba dormir a su amigo.
Una vez puso un pie en la preparatoria todas las miradas se dirigieron a él, por lo que con una pequeña sonrisa siguió caminado mirando únicamente al frente. Podía escuchar murmullos por parte de algunas personas, suspiros de algunas chicas. Se sentía como en esas películas donde el chico lindo del instituto pasaba y todos ya estaban babeando por él. Pero no le gustaba, nada de eso le gustaba, porque nadie sabía nada, y si supieran que su belleza es solo una máscara querrían alejarse de él inmediatamente.
Siguió caminado hasta su casillero, en el camino recibiendo uno y mil halagos. A los que respondía con una ínfima sonrisa y un asentimiento de cabeza.
Al estar ya en frente de su casillero apoyó la frente en el frío metal, soltando un gran suspiro. ¿Quién diría que ser el chico por el que todos mueren sería tan, pero tan molesto? Abrió aquella puerta metálica, sacando sus libros de matemática para ver si llegaba a repasar algo antes del examen, aunque bien sabía que de nada serviría con todo el embrollo que su cabeza poseía.
Al cerrar la puertita saltó por el susto, ya que detrás de esta se encontraba Kim Jennie, esa chica era un año mayor que él, y sinceramente no entendía cuál era la obsesión que tenía con su persona.
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Suicida 》Kooktae《
RandomJeon Jungkook es un estudiante que tiene muy mala fama debido a su apariencia y actitud. Su cuerpo está lleno de tatuajes y puede mandarte al carajo si así lo desea. Lo que nadie sabe es que se encuentra perdidamente enamorado de Kim Taehyung, un es...