Suicida 》Kooktae《

Un añito ( ˘ ³˘)♥

Y ahí te vi caminar, otra vez, tan radiante entre los pasillos.

Oh, tesoro. Siempre quise saber el motivo de tal sonrisa, la razón de tanta alegría. ¿Será que sólo andas disfrutado de esta vida? Un corazón tan blando como el mío no puede ante tal presencia, ante tal figura.

Pero.

Mi corazón se estrujó al saber que aquella alegría falsa era. Un simple disfraz para enmascarar las cosas. ¿Podré yo hacer algo al respecto? No puedo traerla de vuelta, pero mi corazón pide a gritos el solucionar tu problema, el poder ayudarte. Sacarte de esa cueva oscura que tanto daño te hace para poder feliz hacerte.

¿Cuánto me costará hacerlo? Dices que tu amigo soy, pero a veces siento que esa realidad está muy distante. Porque apenas nos conocemos, y mi cerebro está negado a verte como algo que no sea mi amor. Y eso me dificulta las cosas, y solo hace que meta la pata una y otra vez.

Te adoro, aunque también adoraría poder decirte lo que siento. Pero no quiero amontonarte cosas, porque no por nada explotaste cuando me dijiste aquello, y siento que si te lo cuento solo agregaría algo más con lo que tienes que lidiar y eso me lastima.

Me lastima el verte así. Y no tienes idea de cómo me rompí cuando te vi frente al espejo sin tu maquillaje. ¿Quién será el causante de esas marcas? Hay un montón de escenarios que por mi mente cruzan y cada uno es más horroroso que el otro. Y algo en mi me dice que me equivoco con todos y cada uno de ellos.

Me gustaría preguntarte, pero al parecer eres frágil. Pareciese como si dentro de poco fueses a romperte con tan solo un toque. Y me niego a ser el que termine de quebrarte. Porque mi torpe corazón enamorado aún quiere vivir en la fantasía de que estás bien. En la que sonríes todo el tiempo y desprendes felicidad de un lado a otro. Pero mi raciocinio le hace al ver al muy descarado constantemente que esa realidad es falsa.

Y lo confirmé aquella vez que te di el suéter.

Donde te seguí para devolvértelo, y al mirarte entré en pánico al verte en la cornisa. Te enojaste ese día, y también me llamaste egoísta. Porque te pregunté qué habrías hecho en mi situación, y tú solo respondiste que lo dejarías. Porque según tú, sería muy egoísta de tu parte hacer que una persona se quede en este mundo cuando evidentemente ya no quiere hacerlo. Y quizá sí tienes razón, no debí involucrarme en eso. Pero, ¿qué hubiera pasado? ¿En verdad hubieses saltado? ¿Hubieras dejado atrás a todos los que te querían para salir de aquí e irte volando? Es algo que no deja de rondar por mi cabeza.

Quiero demostrarte que hay muchas cosas aquí por las cuales quedarte. Quiero, necesito, hacerte ver que las dificultades pueden superarse. Porque no te conoceré del todo, pero soy humano, y puedo asegurar que nadie se merece pasar por lo que tú estás enfrentando. Debe ser desagradable, y debe dejarte un mal sabor en la boca. Pero, siento que se puede solucionar. Aún no sé qué es, pero una solución podemos buscarle.

Podemos, porque dijiste que somos amigos. Y como tu amigo no voy a hacerme el desentendido en un tema tan delicado como este. Porque aunque no lo quieras voy a estar ahí, para apoyarte y darte fuerzas.