Franqueza

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Es su último día en la ciudad, no sabe cuánto va durar en misión. Entonces va a ver a Naruto. Ya han pasado dos semanas desde que envió su propuesta de las prótesis y aunque últimamente que su brazo izquierdo haya sido un tema de conversación frecuente le hizo darse cuenta de que su estabilidad emocional no era tan estable como creía y que, aparentemente sí tiene un trauma con su amputación. Todavía cree que debería ir a hablar con su mejor amigo; para aclarar las cosas, para conversar y desahogarse, para que firme su permiso para salir de la aldea. O para lo que sea. Igual se van a ver, que sea menos incómodo al menos.

Sale de su casa sin prisa, le dedica una última mirada nostálgica antes de seguir, puede notar como se ve tan solitaria cuando Sarada está con su madre... camina lento, no sobre los techos, ni corriendo. Se toma el tiempo para meditar lo que va a decir y para ver la aldea con atención después de mucho tiempo, ante sus ojos se alzan miles de pantallas, edificios y tiendas de todo tipo. No como en sus tiempos de genin, cuando la aldea era tan pequeña y simple, cuando él eran tan pequeño y simple e iba caminando solo por la calle, con ese rostro amargado de mierda que siempre tenía a los 12. Y ahora, todo ha cambiado, tanto él como las calles, las casas, los ninjas y sus propios compañeros...

Hasta su mejor amigo cambió, ya no sonríe como antes y siempre está sepultado en ese horrible trabajo de oficina, sellando solicitudes y manteniendo la paz por medio de un extraño fenómeno llamado política. A Sasuke le resulta irónico, que pasara tanto tiempo deseando ser Hokage y al final terminara quejándose innumerables veces de su empleo... A pesar de que mantiene su promesa de no retirar su palabra. En Naruto, quien cambió más que ninguna otra cosa en su mundo, aún encuentra una constante que nunca se modificó, su apoyo. ¿Necesitas una nueva casa?, la tienes, ¿trámites de divorcio acelerados? Los tienes, ¿La custodia compartida de tu hija? Listo. Pero, ¿Un brazo nuevo? Eso nunca lo pidió, claro que estaba agradecido, pero... no le interesaba en lo absoluto, más allá de ser una penitencia o alguna clase de martirio, era por comodidad, no la necesitaba para casi nada, ni estaba interesado en usarla porque así como estaba era más práctico, y tal vez aunque no lo aceptara, tener un recordatorio diario del sacrificio de su mejor amigo lo mantenía con los pies en la tierra. Estúpido probablemente, pero pensar así ha funcionado por más de 12 años. A pesar del gran... estima que le tiene a su mejor amigo, él no tenía derecho a influir en una decisión tomada hace años, Sasuke lo dijo claramente varias veces, el hecho de que Naruto lo hubiera ignorado, lo hacía sentir molesto.

Sasuke, quien como la ciudad, los edificios, y Naruto, cambió no quiere un brazo nuevo ni una ayuda que no necesita, lo cual le da la determinación suficiente para hablarlo con Naruto y no reprocharle pero sí dejar clara su postura. Cómo los adultos que se supone que son.

Este es su último pensamiento antes de darse cuenta de que está frente a la puerta de la oficina del Hokage. Entra, sin tocar ni pensar siquiera y cuando Naruto lo ve se siente un poco incómodo —Sasuke, ¿vienes por lo del permiso?—intenta ignorar la formalidad con la que dice su nombre, porque nunca le habla así. Y entonces piensa. Mierda, probablemente piensa que estoy enojado.

—Sí... pero pensaba que podíamos hablar un poco— traga en seco y hace un gesto hacia la habitación cerca de la oficina —Si no estás muy ocupado.

—Claro— hace una pausa para mirar la pantalla de su computadora 
—no estoy ocupado sólo, bueno, lo de siempre— Lo de siempre no es algo bueno, pero prefiere hablar de eso cuando estén más tranquilos y cómodos.

La habitación ha estado cerrada por días, y con la luz apagada y la falta de ventanas Sasuke piensa que sería claustrofóbico, excepto que no lo es, es acogedor y hogareño al mismo nível que Sarada dándole la bienvenida después de una misión o la comida con su madre después de un día de entrenamiento. De repente piensa que hablar sobre cualquier cosa ya no es tan difícil.

Ambos se acuestan en la cama y Naruto lo mira, él sabe qué significa —Sasuke yo, bueno lo de las prótesis, fue una mala idea, lo siento, no quería traerte malos recuerdos ni hacerte sentir confundido, sólo fue una idea y... lo siento.

—No lo sé, es que... supongo que no debería sentirme así, sentir rechazo o algo pero la verdad es que no la quiero y no creo necesitarla, pienso que estoy bien por ahora, con mi cuerpo y conmigo en general y no me gustaría moverme de esa zona, al menos... al menos no por un tiempo— Sasuke suena como una adolescente, estúpido e inseguro y está bien, solo con Naruto habla de esa forma y esa confianza es la que los mantiene tan unidos.

—Está bien si no quieres hablarlo por ahora, pero ¿tal vez luego? No creo que esté bien castigarte, eres Sasuke Uchiha, pero ya no eres el otro Sasuke Uchiha, estás creando cosas, no destruyendo, tus errores del pasado son parte de ti. Te cambiaron, avanzaste y ahora eres bueno, un héroe. Y si no quieres la prótesis está bien, sólo asegúrate que sea por las razones correctas—Naruto cambió, aquel niño escandaloso que solía hablar descuidado en todo momento se fue hace mucho tiempo, ahora es un especialista en dar charlas de apoyo, como esta. Sasuke sabe que debe hablar del tema, confesar que no se siente tan cómodo como dice, y por primera vez lo hace. Ha dicho antes que no está listo y es cierto, no lo está, pero lo hace.

—Sólo no quiero volver a ser el de antes— Sasuke sólo recuerda haber llorado 3 veces en su vida, sin embargo, tiene un nudo en la garganta tan grande como el de esas escasas ocasiones de lágrimas —Y la verdad, no me atrae en lo absoluto, no después de todo el tiempo que pasé sin una. Me siento bien así y ya no quiero hablar del tema— la última oración la dice tan rápido que duda que le haya entendido. Naruto que hace un momento se sentó en la cama y comenzó a jugar con su cabello y mover su cara, deja al descubierto su rinnegan y le sonríe.

Y como Naruto hacía cuando quería evitar un tema, él preguntó, —¿entonces, lo de siempre, eh?— puede ver como su amigo se tensa y su seño tiembla ligeramente.

—Es Hinata, no estamos pasando por nuestro mejor momento. No quiero pensar en eso ahora.

—Sí, mejor pensemos en otras cosas— Se sienta sobre la cama y por un momento sólo se miran —Otras cosas como que tu hijo está mejorando mucho en sus entrenamientos, aprende muy rápido.

—Como su padre.

—No lo creo, él es bastante listo, y comprende todo desde la primera vez que se lo digo, no como cuando te dije que no tiraras así de la palanca y perdimos nuestra última moneda en la máquina de garra.

—Por dios Sasuke, pasó hace meses, y la máquina estaba modificada, igual no valía tanto la pena.

—Ovejas, Naruto, eran peluches de ovejas, las ovejas siempre valen la pena.

—Lo siento.

—Te quiero dobe, aunque no hayas podido sacar la oveja y te guste perder el tiempo con tus extraños amigos con tendencias depresivas.

—Te quiero teme, a pesar de que seas un amigo extraño con tendencias depresivas.

Si hay algún error, díganme y en serio lamento el tiempo que tarde en actualizar.

Si hay algún error, díganme y en serio lamento el tiempo que tarde en actualizar

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En realidad hubo 5 versiones de este capítulo antes de llegar a esta. La sexta es la vencida, supongo.
No estoy muy seguro de la calidad pero ya hacia falta algo un poco más largo, espero lo hayan disfrutado.

Un poco difícilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora