Estupidez

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Sasuke encuentra su miseria en la realización de que, nuevamente, sigue vivo.

Despierta tres semanas después de su pequeño incidente con una parte de su cabello afeitada y resequedad en la mejilla dónde su saliva resbaló desde la comisura de su labio por días.

Y todo resultó bastante bien.

Excepto que estaba sucio, asqueado y tenía un tubo saliendo de su pene.

¿Sus ojos siempre se habían movido de forma tan inconsistente?

Seguro que fue la medicación, o una pequeña pizca de daño cerebral que se fue directamente a la porción de mierda con la que evitaba lidiar porque estaba concentrado lidiando con otro el tipo de mierda de la que sólo él se encargaba.

Tras un largo y doloroso suspiro que le devolvió la sensación del torso se estiró hundiéndose en la cama. Ignorando la voz en su cabeza que se lamentaba, que lloraba y pensaba qué tanto más podría aguantar su cuerpo ¿Cuándo sería el día en que le dejasen morir tranquilo? Escuchaba dentro de sí mismo ¿Por qué era su cuerpo tan resistente? ¿Por qué su mente tan sensible?

Resintió un ligero tirón en su pierna, aunque ya no estaba rota, había incisiones atravesando su muslo, seguramente de alguna cirugía que tuvieron que hacerle para acomodar sus huesos. El hecho de que no estuvieran curadas seguro que era cosa de Sakura, para ella era importante mantener la energía del cuerpo y dejar que se recuperara solo. Sasuke no era fanático de ese tipo de métodos tan... Rudimentarios. Y prefería estar lo más lejos posible de los hospitales como se lo permitía su salud o su Rinnegan.

Sasuke tenía curación acelerada de todas formas.

La puerta de su habitación se abrió repentinamente, el sonido que se produjo cuando se deslizó por el marco le sacudió el cerebro, incluso las voces suicidas dentro de su mente parecieron enfocarse en pensar que a la puerta le vendría bien algo de aceite. Fue Sakura quien abrió la puerta de la habitación. Tenía ojeras de tres días, y su bata blanca estaba machada con sangre. Su cabello estaba recogido en una coleta alta ¿Cuándo había su cabello crecido tanto? Pensó, Sakura tenía la vista fija en sus manos, se aplicaba desinfectante y se estaba poniendo guantes.

Se acercó directamente a su pierna, sin reparar realmente en el resto de él y dejó chakra fluir en su muslo para examinarlo, la sensación de la energía corriendo por sus músculos, entrando a sus venas y enfriando su piel fue tan reconfortante y fresca que fue incapaz de contener un ligero gruñido de satisfacción, seguro que le habían intubado por la sensación de irritación tan distintiva que le llegó justo después ¿Dónde habían quedado aquellos bellos y lejanos días de usar chakra y magia para ese tipo de cosas? En su lugar habían metido un tubo en sus tráquea, como todos unos salvajes.

Sakura no se sorprendió de verlo despierto, casi parecía escuchar sus quejas internas, probablemente porque los patrones de su respiración eran más activos, caminó hacia un pequeño carrito de suministros médicos y sacó de él una sierra, evidentemente, para quitarle el yeso. Él mientras tanto decidió intentar incorporarse —Ni lo intentes—dijo ella ante el sonido del colchón crujiendo bajo el movimiento de su cuerpo —Sólo te causaras náuseas.

Acatando sus órdenes, Sasuke se detuvo, quedando medio sentado contra la cabecera de la cama —¿Cuánto tiempo?—Ni siquiera tenía la energía para acabar la oración, pero en realidad era bastante habitual para ellos acabar en ese tipo de situación al menos dos veces por año, por lo que Sakura sabía siempre qué decirle.

—Esta vez te superaste— Se volvió hacia él con la sierra y acercó un banco para sentarse, sin más, comenzó a cortar el yeso —Casi un mes entero en coma, tuve que reconstruir la parte frontal de tu cráneo casi desde cero, tu cerebro casi hecho mierda, claro de no haber sido por el milagro al que me gusta llamar “La curación de desbordamiento emocional del Nanadaime Hokage”.

Sasuke río, su terrible discusión acabada en divorcio no se sentía tan cercana, ni tan dolorosa. Igual el rencor dejó de ser lo suyo desde hacía un tiempo ya—Me hubiera venido bien un poco más de chakra, pero supongo que ya se está acostumbrado a verme al borde de la muerte—Sasuke dijo y Sakura rodó los ojos, dándole un vaso de agua.

—No hables tanto, duele y te cansa demasiado—Ella dijo. Sasuke se preguntó si realmente quería que conservara su energía o simplemente no quería escucharlo hablar. Sakura retiró el yeso de su pierna, y limpió las incisiones en su muslo y rodilla.

—Esta vez realmente estuviste cerca de perder la pierna—Sakura mencionó casualmente, curando las incisiones—Agradece a Orochimaru que tus músculos fueron capaces de mantenerse en su lugar por sí mismos.

Tuvo que mencionarlo. Sasuke no la culpaba, aunque sabía que era un acto motivado por la malicia ¿Qué había hecho él para no merecerlo, de todas formas? Es natural que ella lo desprecie después de todo. Si Sasuke fuera una persona emocionalmente responsable, él también la despreciaría. Pero no lo es, y prefiere tragarse el comentario.

No es algo en lo que le guste mucho pensar.

Orochimaru.

O las cosas que sucedieron en su laboratorio. A Sasuke le gusta resumirlo en una frase simple: "El semen de hombre serpiente tiene propiedades únicas".

¿Quién dice que no recuerda el dolor de las agujas, de los experimentos fallidos o del agarre de su maestro? Labios rojos, y heridas sangrantes. La dicha del monstruo cuando sus químicos le causaban a su cuerpo de doce años lo que él llamaba orgasmo puro.

El orgasmo puro de Sasuke-kun.

Terrible, sucio, doloroso.

Grandes vacíos en su memoria. Disociación, le llamaban. Incluyendo los momentos atado a la cama del laboratorio, convirtiendo su cuerpo. Más fuerte, más resistente, más apto para Orochimaru.

Volvió a la realidad vomitando líquido sobre su cama, sobre sí mismo.

Sakura acababa de terminar con su pierna. No dijo nada, si supo que fue la respuesta visceral de Sasuke a sus palabras o si sintió culpa de alguna manera, Sasuke no estaba para saberlo. Salió brevemente y trajo una silla de ruedas y un enfermero.

El cuerpo de Sasuke se vio envuelto en los brazos de Sakura. En su fuerte y seguro agarre.

Sasuke tenía un año divorciado.

Pero ese agarre tan reconfortante... Habrían pasado tal vez dos o tres años desde que se había encontrado resguardo en él.

Sakura lo sentó en la silla de ruedas.

Quiso responder. Decir gracias o apretar la mano de Sakura para que no se fuera. Pero no pudo estar seguro de si estaba realmente en ese lugar.

Tal vez realmente estaba aún con Orochimaru, tal vez su mente solo había divagado demasiado. Tal vez aún estaba tirado frente a Madara, muriendo. Killer Bee le había aplastado el esternón... Y no podía respirar.

Y el hombre de amarillo le cargaba en sus brazos a través de un bosque. Y sentía que su cabeza iba explotar, y él amaba al hombre cuyas lágrimas caían sobre su cara. Y era difícil mantenerse en el momento. Se sentía como un intruso en lo que debía de ser su cuerpo.

Porque ese hombre de pelo negro era él ¿Cierto?

Alto, pálido y manco.

¿Era él?

¿Cómo podría saberlo?

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⏰ Última actualización: Mar 16 ⏰

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