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Capítulo 8:Pijamada sentimental

Stefan.

Pasar el día con resaca es una de las peores experiencias que podrían existir. Desperté desorientado, en mi cama y con lagunas mentales. Cuando pude recordar lo que pasó antes de embriagarme, me sentí la persona más estúpida del planeta. Fui a un bar, ordené un shot de tequila y brindé por mí, otro por mi soledad, por Sara, por mi boda no realizada; debí pasarme horas brindando solo con excusas mediocres para seguir bebiendo. No recuerdo llegar a casa, tampoco cuántos chupitos me tomé, pudieron haberme robado y yo ni siquiera me habría dado cuenta.

De milagro mi auto está en la cochera, Santiago me dio el sermón de no volver a ayudarme la próxima vez, Green se limitó a mantener una expresión seria. Al pareces ambos me ayudaron para evitar que mis padres y Lorenzo se enteren de mi pequeña aventura. Ahora solo me queda esperar a que este maldito dolor de cabeza desaparezca, aunque realmente parece que será eterno.

Entro en la cocina, encontrándome esa peculiar cabellera colorida. Está corriendo de un lado a otro, cuidando las ollas que, supongo, contienen la comida del almuerzo. La verdad es que huele delicioso, pero no es el mismo aroma de la comida de Santiago. Llevo años viviendo aquí, sé reconocer el característico olor de las preparaciones del castaño.

¿Green sabe cocinar? Eso es algo nuevo. Considerando que es un desastre como empleada, espero que no esté cocinando rata a la cacerola.

-¿Necesitas algo? -habla, tomándome por sorpresa.

-Quisiera un poco de jugo, y fruta -respondo, no consumí alimento desde que desperté.

La peliteñida se dedica a servir fruta picada en un plato y jugo en un vaso, me lo sirve sin mirarme a la cara, lo cual me resulta un poco extraño.

-¿Pasa algo? -decido preguntar.

-No -responde a secas.

-Tu actitud me dice lo contrario.

-¿No recueras nada de lo pasó cuando llegaste?

Frunzo el ceño, confundido. Tengo recuerdos borrosos pero nada concreto, intenté recordar algo pero me fue imposible.

-No, ¿hice algo malo? -bebo un poco de jugo, esperando su respuesta.

-Si desnudarte frente a mí es algo malo, entonces sí lo hiciste.

Escupo todo el liquido de mi boca, intentando tomar aire. Genial, una humillación más a lista. No me hubiera importado haberlo hecho en el bar o con Santiago, pero desnudarme frente a Green es algo realmente vergonzoso.

-Y vomitaste hasta tu esófago -escucho a mis espaldas.

Mi amigo entra a la cocina con una bolsa llena de comida chatarra, observa a la chica que está con las ollas y dice: -Logré conseguir todo.

-Gracias -le responde-. Será a las nueve, no llegues tarde.

-¿Qué están planeando? -interrogo con curiosidad.

-Green tendrá una noche de chicas -contesta Santiago.

-No es una noche de chicas, es una noche de olvido. Cuando terminaba con un chico, solía comprar mucha comida, poner mis películas favoritas de Disney y usar la pijama más ridícula de mi armario. De esa forma lograba dejar de pensar en el chico, así que ahora lo haré una vez más para olvidar al idiota que me engañó.

-Eso es ridículo -me burlo.

-Ridículo tu cabello, Encantador -se defiende la fémina.

-¿Has visto el tuyo? Es como si un arcoiris te escupiera en la cabeza.

Desastre arcoirisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora