Capítulo VI

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𝙃𝙚𝙘𝙝𝙞𝙯𝙤𝙨: 𝙎𝙚𝙜𝙪𝙣𝙙𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙩𝙚

Si has estado leyendo una entrada de este libro cada día, este capítulo
marcará nuestra última semana juntos. Dedicaremos los últimos días a aprender algunos hechizos prácticos y versátiles. Podrás personalizarlos para
que se ajusten a tus necesidades o escribir tus propios hechizos si estos no te resultan útiles en su forma original.

Antes de llevar a cabo un hechizo, copia el texto completo en tu diario y
modifícalo según sea necesario. Asegúrate de tener todos los ingredientes
cerca antes de comenzar.

Algunas notas sobre cómo escribir tus propios hechizos:

1) Vocabulario: algunas brujas sienten la necesidad de usar palabras
arcaicas en sus hechizos. Yo no suelo hacerlo, porque opino que para que un hechizo funcione bien tiene que salirte del corazón y reflejar tu personalidad.
Por ello te recomiendo que uses tus propias palabras, a no ser que tengas
costumbre de pensar como si fueras Shakespeare o Miguel de Cervantes (¡en ese caso, por favor, escribe tus hechizos de la misma manera!).

2) Rimas: es posible que hayas oído que un buen hechizo debería rimar.
Es cierto y la mayoría de brujas se esfuerzan por lograrlo. La musicalidad y la repetición dan potencia extra a un hechizo. Pero a veces, cuando estás
escribiendo tus propios hechizos, no hay manera de que rime correctamente.
No te preocupes: si no te sale, no pierdas los nervios. Puedes usar tu hechizo de todos modos, aunque la rima sea penosa, y la Tierra no dejará de girar por ello: ¡somos muchas las brujas nacidas sin madera de poeta que escribimos hechizos con éxito!

3) Anotarlo en papel: siempre tómate un momento para escribir un hechizo antes de realizarlo. Sé que es muy tentador comenzar a hablar y describir tu deseo a medida que avanzas, pero, créeme, no es una buena idea.
Yo lo he hecho en más de una ocasión y siempre terminó mal. ¿Por qué? Porque los hechizos deben ser específicos y hechos con intención. Si sólo empiezas a hablar con tu altar o con tus Dioses acerca de tus deseos y tus pensamientos, como si estuvieras tomándote un café con un amigo, el
Universo puede tomarse tus palabras al pie de la letra, o entenderte mal (y no
lo culpo. Mis pensamientos son bastante caóticos). Para evitar malentendidos escríbelo todo por adelantado y asegúrate de que no haya nada que se pueda entender de una manera diferente. Así evitarás un resultado inesperado en caso de que tu deseo se cumpla palabra por palabra.

El Libro verde- Beatrix Minerva LindenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora