28. Insistencia

306 34 4
                                    

Más tarde esa noche casi me había olvidado del mensaje que le había enviado a Antonio. Estaba segura de que no existía la más mínima posibilidad de que él me fuese a contestar y mucho menos, que accediera a hablar conmigo. Sin embargo, un mensaje del nuevo numero de Antonio me demostró que estaba completamente equivocada.

"Por supuesto. ¿Está bien si hablamos por llamada?"

Releí el mensaje tantas veces que después de las primeras veinte veces dejó de tener sentido. Me mordí el labio y traté de contener mi respiración. Ya habían pasado alrededor de diez minutos y aún no me atrevía a responderle. Pero si Antonio había accedido a hablar conmigo y si yo fui quien le había mandado el mensaje en primer lugar, no podía ahora hacerme la digna y rechazar hablar con él.

Finalmente, después de darme un poco de valor me atreví a marcar el numero rezando que por cualquier razón no me fuera a contestar. Sin embargo Antonio respondió después de unos instantes.

—¿Abigail? —preguntó y mi corazón no pudo evitar dar un vuelco al escuchar nuevamente su voz después de tanto tiempo sin saber nada de él. Casi podía llorar, más que nada porque apesar de todo, lo había extrañado tanto, casi con locura.

—Antonio, gracias por aceptar hablar conmigo —musité y no pude evitar sentirme tan nerviosa. 

—Si, um...Diego me dijo que te dio numero así que...—comentó y de igual manera podía escuchar el nerviosismo en su voz. Me sorprendía la actitud de Antonio, porque si era sincera esperaba más que nada ira o enojo. Nuevamente Antonio me demostraba que era mil veces mejor persona de lo que yo era.

—Me sorprende que después de todo lo que pasó aún quisieras hablar conmigo —confesé sin poder evitarlo, jamás hubiese creído que Antonio aceptaría hablar conmigo.

—Creo que necesitamos hablar.

—Y-yo también —afirmé y ambos nos quedamos en silencio por unos momentos. Había tanto que deseaba decirle pero no sabía como empezar.

—Lo siento mucho Abigail —se disculpó Antonio después de un momento, sorpréndiendome por completo.

—¡¿Qué?! ¡Tu no tienes que disculparte Antonio! —dije rapidamente en estado de shock. Él definitivamente no tenía nada por lo que disculparse.

—No es justo todo lo que los demás están diciendo de ti —dijo y casi podía escuchar la tristeza en su voz. Apesar de que lo había lastimado él aún se preocupaba por mi.

—No importa, no es la primera vez que esos idiotas hablan de mi —intenté restarle importancia porque francamente, el acoso e insultos ya habían disminuido considerablemente y además no había sido culpa de él.

—No entiendes —respondió un tanto desesperado —Todo eso que están diciendo de ti, es por mi mi culpa. Yo fui quien le contó a Diego y...

—Eso ya lo hablé con Diego, él me explico todo y hasta se disculpó conmigo.

—¿En serio se disculpó contigo? —preguntó completamente atónito a lo que no pude evitar reir un poco. Al parecer Diego disculpandose conmigo era algo sorprendente hasta para su mejor amigo.

—¡Si! Y no deberías seguir enfadado con él, Diego tampoco quiso que las cosas llegaran a oidos de todos los demás, simplemente él también se lo contó a alguien que no debía...—expliqué y me sorprendió escuchar una leve risa tras el telefono.

—Jamás pensé que vería esto, a Diego disculpandose contigo y a ti defendiendole.

—Entiendo que lo hizo porque su mejor amigo estaba herido, y no es como si no lo mereciera de todos modos.

¿Puedes guardar un secreto? (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora