Jennie llevaba dos horas paseándose de lado a lado en su habitación, llevaba siete cigarros de los veinte totales de la cajetilla.
Faltaban quince minutos para las dos de la tarde.
"Ella no va a venir" le decía su mente. Pese a querer creer lo contrario.
¿Que la hacía pensar que su Rosie podría dejar su lujosa vida en los distritos más distinguidos de Seúl por ella? Había sido una tontería de su parte mandar esa carta.
Solto un suspiro hondo cerrando sus ojos.
Se volteó a sus maletas que yacían encima de la cama. Miro el reloj nuevamente como cada segundo que pasaba, se volvió al gran ventanal que le daba una vista completa de Seúl.
-No va a venir- dijo en voz alta apagando su cigarro en el cenicero para tomar el teléfono de la habitación y marcar a la recepción. -Buenas tardes, quiero pedir un taxi para el aeropuerto- dijo alistando su bolso de mano. -Ok, bajaré a la recepción por mientras, ¿Podría mandar a alguien para que me ayude con las maletas? Ok, Muchas gracias.
Comenzó a bajar las maletas de la cama para encaminar las hacia la puerta, solo eran dos así que no habría problema con llevarlas por si sola, pero necesitaba a alguien para bajarlas.
Se sentía algo triste y avergonzada por la situación de la carta, pero si Rosé no pudo decidirse por ella nuevamente entonces no tenía porqué sentirse mal por haberlo intentado.
La puerta sonó, debía ser el encargado de ayudarla por lo que se aproximó a abrir pero quedó helada al ver que se trataba de la chica que tenía en frente.
-R-rosie- dijo con emoción, la rubia frente a ella la miró con lo ojos bañados en lágrimas.
-Digo que si Jen- fue lo primero que dijo respondiendo a la pregunta escrita en la carta. La morena le sonrió con cariño aguantando sus lágrimas.
-Mi Rosie- dijo Jennie acercandose lentamente a la rubia alzando su mano para tocar su mejilla pero Rosé retrocedió rápidamente. El maquillaje de la mañana se terminó por salir con todo el llanto. El reflejo de Rosé solo hizo que Jennie sintiera rabia al ver su ojo morado.
Rosé estalló en llanto por la emoción de lo que había hecho, dejó toda su vida para irse con el verdadero y único amor de su vida. Jennie se estiró para poder abrazarla.
-Tranquila- dijo palpando la cabeza de la menor. -Ya no volverás a verlo y esto- apunto a su ojo. -No volverá a pasarte.
-Sé que no- aseguró la menor tomando la mano de Jennie con cierto temor. La morena sonrió ampliamente para posar su otra mano en la mejilla de Rosé e inclinándose volvió a degustar esos labios que tanto extrañaba.
-Vamos a casa- dijo Jennie, Rosé soltó un suspiro sonriendo y asintió tomando sus maletas.
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𝒚𝒆𝒔 𝒕𝒐 𝒉𝒆𝒂𝒗𝒆𝒏; 𝒄𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆
Fanfic꧁ "𝒔𝒂𝒚 𝒚𝒆𝒔 𝒕𝒐 𝒉𝒆𝒂𝒗𝒆𝒏, 𝒔𝒂𝒚 𝒚𝒆𝒔 𝒕𝒐 𝒎𝒆" ꧂ -Este será mi último intento, ¿que dices?