No todos los alfas son malos, no todos te rompen el corazón, no todos te dejan a la deriva con un bebé y un lazo roto.
Son Chaeyoung aprendió de la peor manera el amor, ahora con un cachorro en su vientre, y un lazo roto por una alfa quien la ha des...
Myoui Mina no se consideraba para nada una de las alfas más gentiles de toda la universidad, Mina era una alfa demasiado seria y con un aroma que atraía a más de un omega al instante, pero no se le conocía pareja alguna, o siquiera que haya decidido pasar una noche con alguno, simplemente se consideraba una de las estudiantes más serias que podía tener aquel campus, y debía admitir que con ella no iba el concepto de alfa que solamente se la pasa coqueteando con omegas.
— ¿Hasta cuándo dejarás esa cara de amargada? — preguntó Sana, su mejor amiga beta que le encantaba molestarla, Mina no entendía como aquella chica podía tener un coeficiente intelectual más alto de todo el campus y seguir comportándose como una tonta.
— Es la única cara que tengo, y no estoy amargada — mencionó Mina en respuesta mientras regresaba a su lectura, escuchó claramente como Sana soltaba el aire que retenía.
— Cariño, deberías de sonreír más, tal vez así alguna de ellas se anime a hablarte — Sana saludó a lo lejos a un pequeño grupo de chicas, conformado por omegas, Mina las miró de reojo y luego regresó la mirada a su amiga.
— ¿Crees qué me interesa llamar su atención?
— ¡Deja de hablarme así! Pareciera que siempre tienes un mal día.
— Y lo tengo — mencionó Mina, pasó una mano por sus cabellos revolviendolos un poco — necesito relajarme, ya son finales, pero el regreso es de exámenes y más exámenes, los detesto, tengo que estudiar y eso es todavía más odioso.
— ¿Y por qué no sales a divertirte? — levantó repetidas veces ambas cejas mientras sonreía hacia su amiga, pero por supuesto la alfa se mostró indiferente.
Mina sabía que cuando Sana mencionaba algo de diversión, se refería a tener relaciones sexuales, su amiga era toda una loca y amante del sexo, mientras que Mina solo pensaba que el placer carnal estaba de más en la vida de los humanos, solo lo aceptaba por el simple hecho de que complacía las "necesidades" que todos tienen.
— Mejor tú sal y diviértete y yo me quedo aquí con los libros.
Sana rodó los ojos.
— ¿Acaso eres una alienígena?
— ¿Por qué dices esas tonterías?
— ¡Eres a la única que no he visto ni siquiera curiosa por acostarte con alguien! Eres un caso raro, deberías ir al médico.
— Que no quiera tener sexo a cada segundo como ciertas personas, no significa que sea extraña, simplemente no quiero tenerlo.
— Deberías, lo necesitas, tal vez así se te quite esa tensión que siempre cargas en tus hombros.
— He dicho que no, y eso es todo — cerró el libro con algo de fuerza — ¿vienes, o te quedarás mirando a las omegas?
— ¡Te acompaño!
Ambas se incorporaron para por fin comenzar su camino hacia la salida de la biblioteca, Mina era consciente de todos los murmullos que se escuchaban, por más que quisiera usar los supresores para su aroma, sabía que no debía hacerlo, órdenes medicas, así que tenía que soportar la emoción de todos los omegas que pasaban a su lado, inclusive llegaba a llamar la atención de los betas, Sana no se sentía atraída para nada, y eso le hacía sentirse bien, al menos era la única que no la buscaba para poder coquetearle.
— ¿Irás a las muestras de arte? — preguntó Sana mientras sacaba su celular de su bolsillo trasero del pantalón.
— Planeaba hacerlo en las vacaciones, pero aún no estoy segura, no me emociona mucho ir y encontrar mi pintura hecha un desastre.
— No creo que las hayan dañado tan rápido, la profesora Kang dijo que estaban protegidas.
— Eso mismo dijo con las esculturas, y terminaron prácticamente hechas polvo.
Mina estudiaba artes plásticas, todo lo que tuviera que ver con el arte de la pintura o inclusive de la escritura le interesaba en sobremanera, por esa razón estudiaba dos carreras a la vez, la de artes plásticas era presencial mientras que la de literatura y redacción era por internet, Sana admiraba mucho lo que hacía, pero Mina admiraba más a Sana, pues su amiga sabía hablar ya tres idiomas e iba a ir por el cuarto, ni siquiera Mina era buena pronunciando algunas palabras en inglés.
— Disculpen — ambas chicas miraron hacia atrás, Mina sintió que se le secó la boca al instante, era una omega, pero no parecía verla a ella, de hecho las veía a ambas, lo que le sorprendió un poco, pero no tanto — ¿saben en dónde puedo encontrar las oficinas?
Mina quería responderle, pero simplemente no pudo, solo se quedó mirando cada una de sus facciones, como sus cabellos algo despeinados que cubrían su cuello y parte de sus ojos, y un lindo color de su piel, lo que más le llamó la atención fueron la figura felina de sus ojos, su lobo se removió inquieto, como si hubiera encontrado algo que le gusta.
— Por supuesto — respondió Sana de inmediato —, solo ve al edificio de enfrente, sube las escaleras y allí las encontrarás.
— ¡Muchas gracias! — hizo una rápida reverencia.
Mina seguía concentrada en aquella omega, pensaba que voltearía para mirarla, o siquiera para sonreírle, no entendía porque quería que eso pasara, una mano pasó por enfrente repetidas veces haciendo que dejase de mirar a la omega.
— ¿Sigues allí? — preguntó Sana — Parece que alguien te llamó tu atención.
— Cállate, solo...
— Te le quedaste mirando, lo sé — Sana sonrió — admítelo, esa omega es muy linda.
— Solo vámonos.
— ¡No lo negaste!
— ¡Sana!
Pero Mina debía admitir que la verdad esa omega era linda, pero no entendía el por qué no pudo percibir su aroma tan rápido, era extraño, quizás estaba utilizando algún supresor.
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