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⚠️Capítulo tan largo como el anterior⚠️

SOONYOUNG

En innumerables ocasiones creemos que hemos mejorado, nos pintamos una historia dónde todo es color de rosa imaginando que hemos sido llenados, pero muy en lo profundo sabemos que la realidad no podría estar más alejada; aunque algunas sonrisas revivan éstas no dan por hecho que la herida se haya esfumado, solo nos indican que intentamos tapar con un dedo una llaga de inmensa profundidad.

Era ese mismo el motivo por el cuál se encontraba sufriendo las consecuencias de sus propios actos, sufría el tormento de su conciencia recalcándole que había sido advertido de los males que acarrearía su obstinada actitud.

En un principio creyó poder contra todos sus temores y de la mano de Jihoon seguir adelante, consideró afianzar su amor hacia el menor y de esa forma transmitirla hacia él, pero nunca pensó que en ese trayecto podría llegar a ser capaz de lastimar a su novio. Nunca imaginó que sería tan difícil, si bien tampoco lo creía fácil, no dimensionó que llegaría a tal extremo; en ese tiempo cegado por la valentía y seguridad momentánea aceptó dejarse llevar ignorando todo lo demás.

Esa era la causa por la cuál sopesaba en su ser aceptar la propuesta de su padre.

Cuatro años en Tokio, Japón. Tendría su propio departamento, un trabajo de medio tiempo en la empresa de su padre y la oportunidad de egresar de una de las mayores facultades del país. Una nueva vida, nuevo entorno y nuevas oportunidades que le permitirán renovar su vida, apaciguar su ser y amar su alma.

Su padre le guiaría a conocer todo; un mapa de la ciudad a dónde iría y otra del país reposaba serenamente en una carpeta azul a su lado sobre el asiento trasero dentro del automóvil, mientras el hombre diligentemente le explicaba todos los beneficios que tendría si aceptaba su propuesta.

Soonyoung no quería huir de sus problemas, le parecía muy cobarde hacerlo, quería ser capaz de enfrentar su realidad valientemente. Pero comprendió que ya no era cuestión de valentía sino de sanación, y era algo que en su entorno ya no obtendría.

-Entonces ¿aceptas hijo? -el hombre habló mirándolo por el retrovisor mientras el móvil seguía en movimiento.

-Sí -respondió débilmente mientras casi imperceptibles lágrimas recorrían sus mejillas.

Estaba haciendo lo correcto.

Por primera vez creía hacer lo correcto, de todas formas ya estaba terminando el colegio, unos exámenes más y se graduaría. Su padre había hablado con el director logrando que éste permitiera tomarle los exámenes restantes al día siguiente, mismo día luego de la corrección le entregarían sus documentos académicos dejándole libre. Para su suerte había sido perdonado totalmente de la travesura que había hecho con Jihoon y el tema no volvió a tratarse.

Por otro lado, no pudo evitar sentirse de cierta forma extraño al observar la sonrisa de su padre.

Podía comenzar a sentirse un peso menos.

La idea de llevarlo a Japón no era algo que su padre le haya presentado de improvisado, ya venía varios años ofreciéndole lo mismo, pero se había negado repetidas veces pues no creía tener una mejor suerte en un país dónde realmente no conocía nada; aparte del idioma no podía considerar saber nada de aquel país y si había aprendido japonés fue por la insistencia de su padre diciéndole:

-Te servirá en el futuro, así que no desperdicies tu tiempo y aprende -desde pequeño lo había presionado de esa forma, razón por la que al menos en aquel ámbito podía defenderse.

Bien sabido era que el único motivo por el cual su progenitor seguía volviendo al país era él, de otro modo, mucho tiempo atrás se hubiese establecido en Japón con su otra familia.

Special (SoonHoon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora