Conociendo a la reina

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Ydriell

Hace unos días, yo era solo una hoja, que se mecía por el viento.

Sin propósitos, sin ambiciones, sin metas.

Vivía bajo los designios de mi padre y las circunstancias.

Nunca se esperó mucho de mí.

Ahora es diferente.

Mi vida casi llego a su fin… dos veces.

Por culpa de mi falta de fuerza, coraje y habilidad, pero no importa.

Ahora soy diferente, quiero ser mejor.

Por el hombre de corazón generoso que me salvo.

Planeo servirlo, hasta el final de su vida, o el final de la mía.

Estoy decidida a ser mejor, por él.

Soledad era diferente a cualquier lugar que haya visto en el pasado.

Era la extraña combinación de la ciudad imperial, Cyrodiil con un toque de la salvaje Skyrim.

Solo al entrar, ya se veían las altas estructuras, de roca y madera. Locales con hermosos y llamativos letreros, una Gran plaza pública y una posada frente a esta.
Pensé que nos dirigíamos ahí, pero Jhor solo siguió caminando.

- A dónde vamos? la posada queda por allá.

__ No vamos a la posada, tu solo sígueme Ydriell.

Me dio una sonrisa que hubiera derretido al sol, espero que no se me note demasiado, lo encandilada que estoy.

Me guio a un local cercano, con vidrieras enormes, exhibiendo hermosas prendas, ropas y vestidos de todo tipo. El letrero era grande y llamativo, tenía escrito en varios idiomas el nombre del local, de tercero en la lista estaba escrito en Altmeri, Ropajes Radiantes.

__ Hola, buenas.

-- Bienvenidos a ropajes radiantes, Oh Jhor es un placer tenerte de vuelta.

__ Hola Olivia, necesito que nos vistas.

Olivia era una Imperial ya entrada en años, con cabello largo y recogido en un moño muy exótico, vestía un vestido extravagantemente adornado, con bordados en perlas, con tonos de lila.

-- Oh por supuesto cariño, ven te dejare tan presentable que serás la sensación de la corte.

__ No Olivia, solo algo para andar por la ciudad sin parecer un mercenario.

-- Quien es ella?

__ Ydriell una compañera que conocí en mi último viaje.

– un gusto.

-- igualmente señorita, pase por aquí.

Me llevo al probador, contaba con grandes espejos y cortinas, maniquíes y percheros. Me quede sola por un rato, cuando regreso, me traía un vestido.

Me veía hermosa con un vestido de ciudad, era blanco de largas mangas y corseé negro, y unos pequeños zapatos de cuero que hacían juego.
Un rato después de cambiarme, me sentía avergonzada. Salí del probador.

-- le recogí el cabello lo mejor que pude, pero lo tiene demasiado corto.

__ Te vez hermosa Ydriell.

– Gracias.

--ahora tu cariño, ven.

__ descuida Rory, solo una camisa y un pantalón negro está bien.

-- no en mi guardia siempre te vistes de negro, no es un color vivo ni tampoco juvenil, así nunca encontraras con quien casarte.

__  no tengo pensado casarme aún, más tarde necesitare dos ropas de gala, una para ella y otra para mí, envíalos a la mansión.

Mi Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora