Mordidas, espadas y lamentos .

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Jhor

No había amanecido, todavía estaba oscuro.

Ya estoy totalmente descansado, lo primero que veo es una chica desnuda sobre mí.

__ ...

Dije en un susurro.

__ te dije que no te pasaras de lista.

Su respiración era calmada, su piel era suave y caliente.

Eso estaba generando deseo, más que algo mental, era físico, mi cuerpo reaccionando al de ella.

Inconscientemente mis manos empezaron a tocarla, baje por su cintura y la apreté un poco, mis dedos acariciaron suavemente su sexo, cuando separé ligeramente sus pliegues ella gimio de manera provocativa.

- NmnH... Ahh...

Ya mi entrepierna estaba lista, hinchada y deseosa, sabía que estar con Rubí me iba a dejar ansioso, me estaba costando controlarme.

Lleve a Ydriell a su cuarto y la deje arropada.

Ocupe mi mente en la misión. Empaque mi mochila, carne seca para una semana, pociones de salud y magia, papeles y carbón para hacer un mapa del lugar, lleve mi espada de ébano y plata, la forje hace mucho tiempo para este tipo de misión, un escudo de ébano encantado con muy alta resistencia a la magia y al rayo, también hecho y encantado por mí, un arco nórdico tallado, que tenía menos alcance que un arco largo, pero tenía más potencia y la capacidad de perforar armaduras.

Gracias a los Dwemer logre crear un artefacto, un accesorio, una pieza de tecnología de piedra de alma, daba una capacidad única a las armas, el efecto yo lo llamaba "CAOS" añadía un efecto elemental a la vez al arma. (Rayo, Fuego; Hielo)

El daño era igual a la magia imbuida por el portador. Incluso en una misma pelea era capaz de cambiar de elemento.

Metí los pergaminos que compre en la mochila.

__ Mnm. Espada corta, escudo, arco... Flechas.

Tome tres carcaj de treinta flechas, unas noventa flechas. Todo junto sería problemático de llevar con una armadura ostentosa. Me puse un conjunto de cuero endurecido con capucha. ( armadura de maestro gremio de ladrones )

Fue un regalo, dominaba por completo las armaduras pesadas y ligeras, esta vez necesitaba ser sigiloso.

Abrí la gran caja fuerte, accionando el secreto mecanismo Dwemer, tome una espada envuelta en cuero de lobo negro y lino y me marche.

Era muy temprano, seguía oscuro.

Llegue al templo de los divinos, y casi derribo la puerta a golpes. Un monje me abrió la puerta.

__ Me envía la reina.

El monje me hizo pasar, me llevo al sótano del templo. Donde habían tapado la entrada con fuertes rocas, había al menos unos treinta legionarios. Al menos la mitad dormían.

-- Mi Thane, usted es el enviado?

__ Lo soy. Me eh olvidado el agua, consígueme dos cantimploras soldado.

-- Enseguida.

__ Quien está al mando?

-- Yo mi Thane.

__ Permiso para tomar el mando.

Me dirigí al soldado como un legionario, quizá por mi pasado militar ó por mi posición de Thane, ya había hablado con el general Tulio y con Elisif, por el mando de la misión así que este obedeció.

Mi Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora