Cadenas y grilletes

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Rubí


Como podía estar tan feliz y triste al mismo tiempo.


Anoche Jhor me trato como si yo fuese su dueña y el mi esclavo.

Estaba de rodillas complaciéndome, no importaba cuanto lo maltrataba, el solo seguía asiéndome sentir bien.

Anoche pude sentir su pasión, sus besos, su calor.

Fue maravilloso, pero triste.

Tal vez nunca volvamos a estar juntos de esa manera.

Todavía tengo el sabor de sus besos, eso solo lo hace más triste.

Mi cuerpo ya lo extraña, aunque este agotada y algo adolorida de la noche anterior, mi cuerpo todavía lo desea.


Su olor, su calor, su fuerza.

Me pregunto cuánto tiempo espero para que me quedara dormida?

Sus besos y caricias evitaron que me sintiera sola cuando desperté.

Inconscientemente moví mi brazo por la cama, buscándolo. Sabiendo que él no estaría ahí.

Me levanto, desordenando mi cabello, cansada pero satisfecha.

Me doy una ducha, cambio las sabanas y me pongo una camisa delgada, unos pantalones de cuero, me pongo el set de acero y salgo, ya es media mañana.
                                                                  

                                      *




Ydriell



  Me desperté en mi cuarto.

Recuerdo todo lo que paso antes de que Jhor me trajera en brazos.

Me despertó su voz.

“te dije que no te pasaras de lista”


El me tocaba, yo solo fingía estar dormida, Fue fácil al principio, pero después… fue difícil.


Sus manos, sus dedos se deslizaban suavemente por mis aéreas más sensibles, no pude contener mis gemidos. Poco a poco note su erección, esperaba que me tomara, parecía tener el ánimo y motivación correcta.

Pero dejo de tocarme y me trajo aquí, la próxima vez si tomare ventaja.

Me vestí con la armadura que dio Rubí, pero me quedaba muy grande en el pecho, y  de altura muy corta.

Me cambie otra vez y baje a la cocina, pero Rubí no estaba.

Note que bajaba por la escalera.

- Hola Rubí, dormiste bien?

- hola, si. La mejor noche de mi vida.
 
Yo solo la mire con extrañeza.

- olvidaste la armadura?

Su voz traía algo de melancolía.

- no es eso. Solo… es muy corta para mí.

- Oh, lo siento, no tome mi altura como factor. Qué tal si comemos algo y vamos a que te hagan una armadura, a tu medida.

- podemos?

- no creo que a Jhor le moleste regalarte una armadura.

- esta bien.
Me emocionaba la idea de salir juntas.

Comí leche, pan con miel y manzanas, Rubí comió pan con jamón, queso y col.

Ella fue a atender a los caballos, los cepillo, les puso agua y comida, le pago a un tipo con una carreta, para que se llevara las heces.


- vamos Ydriell, ya descansamos suficiente la comida.

- yo descanse, tú estabas trabajando.

- ya es por  costumbre,  Jhor te pedirá que me ayudes.

- como crees que este?

- el?... mmmn... es el hombre más fuerte y capaz que he visto.

- pero aun así… te preocupa verdad?

- mas que estar preocupada, estoy triste, yo quiero estar con él. Quiero ir de aventura.

La mirada de Rubí era melancólica.


Salimos y caminamos por la ciudad, vimos a unos niños jugando y me dio algo de melancolía. Llegamos al herrero de la plaza de Soledad, el que queda cerca del castillo severo.

-- lo siento señoritas.
Decía el viejo calvo mientras estaba afilando una espada. -- estoy retrasado con varios pedidos, en realidad necesito ayuda.

Mi Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora