Euforia, gritos y sangre

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Jhor

Regresaba extremadamente cansado despues de mi aventura.

Después resistir de que intentarán arrancar mi alma de mi cuerpo estaba totalmente agotado.

Mande a tapar otra vez la entrada de la cripta, ya había terminado mi trabajo con la reina Potema, pero no quería que nadie entrara, así que les dije que que todavía era peligroso.

Llegue a casa, las chicas no estaban, era algo tarde para pasear, me quite la armadura, deje caer la mochila y las armas, y finalmente me tire al sillón.
Dormí un rato...

Pum, Pum, Pum...
Pum, Pum, Pum...

__ Qué diablos?

Alguien golpea violentamente la puerta, a estas horas?

Al dirigirme a la puerta, pusieron una nota por debajo. Tome la carta y abrí la puerta.

Ya era de muy entrada la noche, no pude ver quien dejo la carta, al leerla, Salí corriendo al sótano. Me puse ropa, cota de mallas, y encima un set de acero, (tome mi mandoble de cristal, tome mi escudo y la espada de ébano de la sala) y salí corriendo a los muelles.


Nota

Tenemos a tu Edecán y tu Elfa.
Ven a los muelles, te esperamos en el barco cerca de la arena.
Si traes guardias ellas desaparecerán.


Sali de la ciudad a paso apresurado, una que otra mirada indiscreta, uno que otro murmullo de la gente al verme pasar con prisa.

El guardia del portón se veía confundido, por mis ganas de salír a una hora tan tardía, el custodiado portón se abrió y sali aprisa.

Mi mente estaba hecha un caos, imaginé toda clase de escenarios y lo que podía suceder con migo y con las chicas.

No recuerdo el camino, todo era confuso, solo una espesa niebla en la cual me adentraba, solo me detuve cuando llegue.

Al llegar fui recibido, por al menos unos treinta piratas, situados y dispersos alrededor la carabela.

Al llegar fui recibido, por al menos unos treinta piratas, situados y dispersos alrededor la carabela

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Estaban esperandome en una disimulada formación de ataque, ninguno tenía su arma en mano pero se notaban ansiosos.

Me conocían, quizás también sabrían de lo que hice para escalar de puesto en la corte. No era una información pública, así que alguien quiere matarme, alguien en la corte.

De entre todos los hombres uno camino hacia mí. Era tan alto como yo, calvo, gordo y con un horrible bigote, vestido con ropas gastadas y parchadas, tenía un sable y un cuchillo en la cintura.

Mi Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora