VI

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De alguna forma, su densa cabellera negra, sus ojos de mirada caída y tan oscuros como la noche, los colmillos notorios y el semblante serio y de vez en cuando bruto, le recordaba a alguien en particular

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De alguna forma, su densa cabellera negra, sus ojos de mirada caída y tan oscuros como la noche, los colmillos notorios y el semblante serio y de vez en cuando bruto, le recordaba a alguien en particular. No podía escuchar su voz, lo observaba hablar y hablar pero sus oídos tenían aquella sensación cuando estás bajo el agua y puedes escuchar el bullicio del exterior de una manera deteriorada.
En la instancia, la luz del día chocaba contra el rostro de ambos y causaba una mayor sensación de recuerdo, como cuando tienes una palabra en la punta de la lengua, sentía aquello.

— Al menos finge que me estás escuchando —repentinamente su audición volvió, alzó sus cejas un tanto atónita, confusa de la situación. Ladeó levemente su cabeza y el ceño del azabache se frunció aún más.

— Me recuerdas a alguien... —comentó, ignorando las palabras anteriores del chico, quien pegó un largo pestañeo desviando su mirada para soltar un suspiro—. Pero... No recuerdo a quien.

La repentina imagen de un pelaje animal completamente negro como la noche llegó a su mente, los iris rojo rubí y su mueca rabiosa de grandes y múltiples colmillo, el gruñido feroz y aquella mirada animal que amenazaba con lanzarse a ella si hacia un movimiento rápido. Todo eran pequeñas imágenes, recordaba sectores específicos de la criatura, pero no podía obtener una imagen completa.

— Contradecirte siempre fue algo tuyo, ¿Sabes? —aunque en realidad no se estaba exactamente contradiciendo—. ¿Escuchaste algo de lo que dije o debo repetir todo?

— Repite —el chico rodó sus ojos con pereza y dejó un trozo de su sándwich frente a la castaña, quien lo tomó y dio un gran mordisco. El azabache le miró con seriedad, una seriedad que le causó un escalofrío por toda la espina dorsal.

Se había comido la mitad del sándwich en una mascada.

— Ayúdame a estudiar historia, mis notas han bajado tras la nueva materia de la clase —la castaña le miró atónita, encarnó una ceja con sorpresa y su exagerado pestañeo causó un mohín en el rostro del azabache.

— ¿Me estás pidiendo ayuda a mí? —el muchacho asintió, Yashiro alzó ambas cejas con sorpresa desviando su mirada hacia su costado izquierdo, a través del ventanal podía observar al equipo de rugby entrenar en la cancha pastosa—. ¿A la persona que se queda dormida en todas las clases de historias?

— Créeme, no soy alguien que pida ayuda a los demás al momento de estudiar —la expresión de Yashiro cambió a una de obviedad.

— ¿Por qué el chico que tiene el título del mejor promedio académico le pediría ayuda a otro para estudiar? Takeshi, ¿Estás tratando de ser presumido? —la castaña lo apuntó acusativamente, el azabache suspiró negando con desaprobación y luego bebió de su soda.

— A veces me sorprende lo ingenua que puedes ser con tantos años de vida —volvió a llevar el borde de la lata hacia sus labios sin quitarle la mirada de encima a la castaña, sin perderse la forma en la que su expresión cambia ahora a una de sorpresa ofendida.

(PAUSADA) The  firstborn | Jujutsu Kaisen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora