Capítulo 4: ¿Qué Haces En Mi Cuento?

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Bella POV

Estaba furiosa, además de ser un recién aparecido y hermano de Reneesme, venía a apoderarse de un lugar que a mí me había costado dos años alcanzar…y mientras nosotros cumplíamos los caprichos de Rosalie, ella se iba a revolcar con Don Perfección.

Hicimos todo tal cual lo había ideado Rosalie, aunque de mala voluntad de mi parte…primera vez en dos años que no disfruto una broma como esta.

Me fui a mi habitación, ya que Alice había quedado con Jasper esta noche, lo que me dejaba a mí como dueña absoluta de la habitación. Me metí a bañar, a ver si así me relajaba y dejaba la tensión que me había causado la llegada de ese estúpido.

Salí envuelta en la bata de baño, cuando recordé la invitación que le había hecho a Jake…en este momento me estaba arrepintiendo de haberlo hecho, pues mi humor no era el mejor.

Busqué en mi ropa interior un conjunto para dormir y volví a recordar mis palabras…”quiero jugar a la caperucita roja…”, entonces volví a mi ropero y saqué un Push-up acompañado de su tanga en color rojo carmesí, todo de encaje, que dejaba muy poco a la imaginación. Me lo puse y tomé una bata de seda para cubrirme mientras aparecía el lobo.

Salí al balcón a fumar, pues el estrés que tenía no lo podía controlar. Luego de tres cigarros, fui al refrigerador por algo de Vodka, pero en ese preciso momento sonó mi puerta.

Voy. –respondí al llamado.

Abrí sin temor a equivocarme, pues era el toque predilecto de Jacob.

¿Lista para que el lobo te coma? –me preguntó con su coqueta sonrisa.

Para eso y más. –respondí halandolo por su camiseta e introduciéndolo a la habitación.

Me deshice muy pronto de su camiseta. Su escultural cuerpo era deslumbrante. Él soltó mi bata y empezó a recorrer mi cuerpo con sus manos, su boca no se separaba de la mía, y yo a la vez le impedía separarse de ella, ya que tenía mis manos en su cuello y lo atraía cada vez más a mí. Mis manos estaban enredadas en la bata, de la cual quería deshacerme…tuve que soltarme del agarre de Jake y voltearme para quitármela…cuando lo hice sentí una fuerte palmada en mi trasero proveniente de Jake.

Me volteé para encararlo.

Abuelita, ¿por qué tienes la boca tan grande? –le pregunté enarcando una ceja y viéndolo seductoramente.

Para comerte enterita hijita. –respondió abalanzándose sobre mí y ambos caímos sobre la alfombra de la habitación.

Jake hizo un camino de besos desde mi cuello hasta mi pantorrilla…traté de llevar la cuenta de los besos, pero me fue imposible…luego del quinto concentrarme. Como pude le quité su pantalón y él desabrochó mi sostén. Mientras con una mano acariciaba uno de mis senos, con su boca mordisqueaba suavemente el otro…no pude contener mis gemidos y gritos de placer…creo que hasta mis vecinos de habitación me escucharon.

Estábamos ambos totalmente excitados, cuando alguien empezó a tocar la puerta.

¡Qué demonios! ¿Crees que sea Alice? –preguntó Jake

En realidad no sé, pero que espere un rato afuera y  si se cansa que se vaya. –respondí y seguí besándolo.

TOC…TOC…

Maldita sea, Bella. Ve a decirle a quién sea que regrese más tarde. –dijo Jake, por lo que tuve que levantarme y tomar la bata para ir a ver quién era el importuno.

Cada paso que daba se convertía en una maldición para la persona que estaba tras la puerta.

Cuando abrí, mis maldiciones se acrecentaron.

¿Qué carajos haces aquí? –dije al encontrarme a Edward parado en la puerta.

Vine a ver si habían terminado de jugar al lobo y a la caperucita. –contestó sonriendo.

¿Es que acaso eres el leñador que viene a salvar a la caperucita del lobo? –pregunté irónicamente y rodeando mis ojos.

Nunca dije que fuera el leñador. –respondió

Entonces, ¿qué haces en mi cuento? –le dije

Quería cerciorarme que fuera apto para menores de edad, osea para todos los estudiantes del internado. ¿Me invitas a pasar? …gracias. –dijo mientras se adentraba a la habitación y yo estrellaba la puerta de mala gana.

Bells, ¿quién era? –preguntó Jake.

Soy yo chucho, lamento haber interrumpido, pero pensé que ya habían terminado de interpretar el cuento. –respondió Edward dejándose caer sobre el sofá.

Creo que no entiendes el concepto de hermandad Cullen. Hermandad es estar unidos, no estar en contra de nuestros propios hermanos. –le dijo Jake

Yo no estoy en contra de ustedes…al  contrario, vine a ser solidario. Pensé que tal vez necesitaban ayuda. –respondió el idiota de Edward.

Maldito asqueroso. Porque no vas a cuidarle las faldas a tu hermanita y nos dejas a nosotros revolcarnos como nos da la regalada gana. –le dije

Porque todo este tiempo ustedes se encargaron de cuidárselas por mí, ahora me siento en deuda con ustedes. –respondió él.

¿Y es que fuiste tan mal amante, que Rosalie te echó a la primera oportunidad que tuvo de su habitación? –le soltó Jake.

Para nada perro. Estuvo tan satisfecha que se quedó dormida luego de la primera sesión. –respondió mientras cruzaba la pierna sin darle mayor importancia a lo que había dicho.

Miré a Jake confundida, ya que ambos sabíamos que Rosalie era insaciable.

El momento fue interrumpido con la llegada de una Alice totalmente despeinada a la habitación.

Bella, no sabía que tuvieras agallas para hacer un trío. –dijo Alice, soltando una risa pícara.

Alice, por favor cállate, que no es lo que parece. –dije molesta por el comentario.

Bueno, creo que me voy, estoy bastante cansado y hoy ha sido un día largo. Luego me enseñan las fotos y los vídeos de la broma y hasta podemos leer un par de cuentos juntos. –dijo Edward saliendo de la habitación.

Este hombre era capaz de congelar hasta el sol, así que le pedí a Jake que se fuera, pues las ganas de estar con él habían desaparecido por completo.

De malas ganas Jacob se fue, pero la verdad ya no tenía ganas de seguir con la escena.

Alice me preguntó que qué era lo que había ocurrido, pero preferí evadir la pregunta y acostarme a dormir, aunque de la rabia que tenía encima me iba a ser imposible.

Libido: Sociedad Secreta (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora