Libido: Sociedad Secreta (+18)

Capítulo 9: Soborno

Rosalie POV

De verás que Edward Cullen lo que tenía de sexy, hot y bello, también lo tenía de aburrido….cómo se le ocurría irse de la fiesta de esa manera, se supone que si ahora formaba parte de la sociedad y competía por ser el líder tenía que ser un miembro activo dentro de la misma…qué demonios, yo no iba a amargarme mi noche por estar comprendiendo a un hombre…

Nuestra velada estaba en lo más emocionante…pronto cerraríamos con broche de oro la noche…una buena cogida no le iba mal a cualquiera…

Completamente desnuda, salí a fumarme un cigarro, pues a pesar de que el efecto del alcohol y las drogas mantenía una buena temperatura corporal…no había que quitarle crédito a la helada agua del lago.

La mitad de los chicos jugaban a las pirañas…jajaja, ellos se sumergían en el agua y mordían, chupaban, succionaban o lamían a las chicas de pies a cabeza…era un show bastante entretenido…mientras que el trío conformado por Jacob, Reneesme y Bella era un volcán que anunciaba una pronta erupción…de verdad el cuerpo de ese chico me fascinaba…

Acabé mi cigarro e iba dispuesta a unirme al juego de las pirañas, pero el sonido de una sirena policial detuvo mis pasos.

No se muevan de donde están, jovencitos…los tenemos rodeados. –dijo la voz de un hombre a través del megafono, me imagino que desde la patrulla.

Las maldiciones de todos no se hicieron esperar.

Soy hombre muerto. –expresó Emmett

Me encerrarán en un convento. –chilló Reneesme

Tres hombres con armas en manos aparecieron ante nuestros ojos.

Tú, cúbrete y recoge tus cosas, de inmediato. –dijo refiriendose a mí, pues era la única que estaba fuera del agua.

Los demás van a salir uno a uno, con las manos en alto, procederán a recoger sus cosas, mientras me compañero se encargarán de subirlos a la patrulla.

Así salieron los chicos uno a uno, y fueron esposados por uno de los oficiales, al igual que yo.

Nos subieron en una furgoneta…Reneesme lloraba, Bella reía histérica, Jane no paraba de hablar, Emmett pegaba su cabeza una y otra vez contra la lata del auto, los demás guardaban un silencio sepulcral, hasta que el auto se detuvo.

Sheriff, creo que no es necesario que nos metan a una celda…digo, habrá alguna manera que podamos negociar nuestra libertad. –musitó Emmett a uno de los oficiales, el cual parecía el jefe al mando.

Éste niño de papi me quiere sobornar. –dijo refiriendose a los otros dos oficiales con una sonrisa burlona.

Pues eso también va a ser usado en tu contra. –expresó el sheriff

¡Demonios! –refunfuñó Emmett

Nos introdujeron a todos dentro de la celda, parecía que habíamos sido el pez gordo de la noche, porque la celda era exclusiva de nosotros…no había más nadie.

Tenemos que escaparnos, sino nuestros padres nos van a matar. –expresó Alec

Sí idiota, dime ¿Cómo? –refunfuñó Mike

Jacob, se veía furioso…temblaba con los puños cerrados, pero no articulaba ninguna palabra.

Yo intenté sobornarlos pero no funcionó. –expresó Emmett

Es que tu eres un idiota, no tuviste tacto al pronunciar tus palabras. –dijo Dimitri

Tenemos que hacer algo, mis padres me enviarán al mismo infierno. –musitó Alice con sus ojos rodeados de lágrimas.

¿Pero qué hacer? No aceptaron dinero a cambio de silencio y de nuestra libertad. –mencionó Jasper

Bella, cállate o te golpearé hasta que tú estúpida risa desaparezca. –dijo Emmett a Bella que desde que nos aprehendieron no había parado de reír como loca.

Ustedes no lograron sobornarlos con dinero, pero nosotras tenemos algo a lo cual ningún hombre se resiste. –musité enarcando una ceja

¡Qué asco! –expresó Alec

Bueno es eso, o dejar tu blanco trasero dentro de esta celda y que tus papis te maten con justa razón. –dije enfadada

¿Leah? –mencioné

Cuenta conmigo. –respondió

Miré a Bella y de inmediato la descarté…Reneesme no tenía las agallas suficientes, Alice estaba demasiado nerviosa….

¿Jessica? –pregunté

Lo que sea para salir de esta pocilga y que mis padres no se enteren. –respondió

Entonces siganme el juego. –dije

Me quité la toalla que traía puesta, pues era lo único que cubría mi cuerpo, pude notar como el miembro de Emmett se izaba triunfal.

Emmett controla tu mente. –le dije mirandolo a los ojos, mientras él se giraba.

Leah y Jessica también se desprendieron de las únicas prendas que cubrían sus cuerpos.

Fuego…fuego…fuego. –grité energica y las chicas me apoyaron con los gritos.

Fuego…fuego…fuego…fuego…

¿Dónde? –gritó uno de los oficiales, que llegó corriendo de inmediato.

Aquí. –respondí introduciendo un dedo en mi boca y luego deslizandolo desde mi pecho hasta mi centro.

Y nosotras también ardemos, y necesitamos un bombero. –dijeron las chicas a coro.

Chicos….  –dijo el oficial perplejo sin despegar los ojos de nosotras.

Los otros dos hombres llegaron rapidamente y contemplaron el espectaculo. Luego se vieron entre sí.

Queremos ayudarlas. –dijo el que era el sheriff

Pues ayudennos, pero sería mejor que solo fueramos nosotros 6, ellos no tienen porque quedarse. –dije acercandome a la reja y tomando al sheriff por la camisa.

Seño….señorita, no voy a caer en su juego. –tartamudeó el hombre

Vamos dejelos ir, a cambio nosotras le pagaremos muy bien. –susurré sensualmente.

El sheriff volteó a ver a los dos oficiales.

Dejenlos libres, y de esto ni una palabra a nadie. –casi gritó y uno de los oficiales abrió la celda dejando en libertad a los demás.

Antes de salir, Jasper pusó un par de pastillas de extasis en mis manos…él sabía que yo le daría un buen uso…amaba a mi hermano, sin duda teniamos la misma mente perversa.

Los chicos salieron casi corriendo y nosotras empezamos con un baile erotico.

Leah caminó hasta mi maleta y sacó una botella de tequila que aun seguía virgen, Jessica la alcanzó y le dio las pastillas que sutilmente había puesto en sus manos, y en el menor descuido virtió el contenido dentro de la botella de tequila.

Leah roció un poco de tequila sobre su pecho, mientras que Jessica lamía su cuerpo. Yo agarré la botella y fingí tomar un gran sorbo, luego le pasé la botella al sheriff para que tomara…luego de hacerlo se la pasó a los otros dos oficiales, seguimos bailando hasta que el tequila y las drogas hicieron su efecto…luego tomamos nuestras pertenencias y salimos corriendo de la comisaría triunfantes.