4. Tú no me conoces.

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Vendido a Mr. Kim

ㅡ¿Oh si? Creo que me voy a divertir con usted, Señor KimㅡEspetó Jimin, lamiendo la curva de la mandíbula del azabache.

Todo su cuerpo se tenso al sentir la caliente lengua del castaño rozar su mandíbula.

Los dientes apenas tocaban el cuello de Taehyung, haciendo que los sentidos de este se vayan derritiendo con cada toque del ojiverde.

ㅡJ-Jimin, aún tenemos cosas de las que hablarㅡTaehyung, intentaba sonar lo más controlado posible, pero los labios del castaño en su cuello no eran de gran ayuda. Y poco a poco iba perdiendo la cordura.

ㅡ¿Por qué deberíamos hablar? ¿Acaso no disfrutas mi toque?

Jimin había dejado de torturar a Taehyung con su lengua, pasando a desabotonar su camisa de vestir, besando lentamente su pecho, pasando a su marcado abdomen, dejando decenas de húmedos besos en la "V" que se formaba antes de llegar a la cadera.

Suaves, pero certeros golpes fueron a parar a los pezones del azabache cuando el castaño tomó la fusta que había dejado a un lado.

El picor en ellos era, de alguna escalofriante forma, muy excitante.

Taehyung estaba tan absorto en el calor de su cuerpo que dejó de notar la presencia del castaño. Cuando volteó lo encontró en la misma cómoda sacando un antifaz de color negro y ponérselo, se veía tan bien, tan malditamente bien con aquel simple accesorio.

De la cómoda también tomó una venda de color champagne. Y cuando Taehyung menos lo imaginaba, el espléndido trozo de seda adornaba en su rostro, privandolo de uno de sus mas preciados sentidos.

ㅡJimin, ya deberíamos parar. Debemos acabar el trato. Debes decirme que más debo hacer por tiㅡTaehyung estaba realmente sofocado, jamás le había gustado estar privado de su visión, le ponía realmente nerviosoㅡ. O podrías desatarme, quitarme la venda de los ojos y tener nuestro primer encuentro sexual de la manera indicada. Tenemos mucho tiempo para juegos.

Taehyung sonreía de manera compradora, y Jimin lo hubiese hecho.

A su 17 años quizás lo hubiese hecho. Pero ya no tenía diecisiete, y no era tan ingenuo como para caer en las tiernas palabras de un hombre. Y menos en uno que acababa de conocer.

Pero, no estaría mal seguirle el juego hasta ver a donde llegaba la paciencia del millonario.

ㅡSeñor Kim, ¿Qué se le ofrece? ¿Tiene algún deseo que yo pueda cumplir?ㅡPreguntó con un tono inocente, pero sin un ápice de inocencia en sus palabras.

ㅡPodrías quitarme la venda de los ojosㅡDijo Kim, más como una orden que como una petición.

Jimin obedeció aquellas palabra de inmediato, quitando la fina seda que dejó paso al azul de los ojos del pelinegro, un azul semejante al de un zafiro.

Jimin se quedó sin aliento cuando vio aquellos ojos, cualquiera podría perderse en aquellos ojos. No era sólo el color de estos, sino la forma de ellos, las pestañas negras en cascada hacia el párpado. Aquellas vetas verdosas que no eran para nada similares a su color propio de ojos. Sino un verde más musgoso, un verde, que él mismo no podía parar de mirar. Hasta ahora no se había detenido a mirar bien a Kim Taehyung. Pero, era de verdad un hombre muy apuesto. No podía negarlo, pero como siempre, debía ser precavido.

Intentando disimular que aquellos ojos lo habían dejado sin aliento, el castaño sonrió de manera pícara.

ㅡDesatame, por favor, y podrías desnudarte, y podríamos tener sexo como personas normales, luego, tú y yo, deberíamos terminar de arreglar las condiciones que mencionasteㅡTerminó de hablar el pelinegro.

Vendido a Mr. Kim || 뷔민 || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora