Yeah, you are my home, my
home for all seasons.So come on, let's go.
ーBueno, eres el muñeco de nieve más lindo que he visto. ー Dijo la niña, de la nada, sentada sobre una improvisada silla echa de nieve, frente al mencionado. Que sólo le miraba con curiosidad. ーY, deberías sentirte halagado, porque he visto ¡Un montón!ー Sonrió en las últimas dos palabras. Su padre a veces le decía que era una experta en esos temas, y sí, claro que lo era.
El ambiente se mostraba tan frío y solitario, el viento era lo único que podía escuchar, extrañamente, no se sentía sola, pese a que él no le hablaba, sabía que su compañía estaba ahí, dándole éstas sensaciones irreconocibles para una niña de su edad.
ーMe pregunto si podrás hablar. ¿Lo has intentado?ー El señor nieve siquiera intentó responder, pero sus ojos celestes se posaron en el lado opuesto de donde la rubia. ーWow. ¿Cómo es que la nieve se pudo volver rojiza? ¡Tus mejillas se volvieron más lindas!
Después de eso parecía que el sol quisiese hacer de las suyas por segunda ocasión, si embargo no logró lo que ansiaba, pues una nube enorme que seguro estaba repleta de nieve, le cubrió.
Permitiéndole a Mary aliviarse.
La idea de volverle a ver derretido, así, sin esa bella forma y con sus orbez grises, le aterraba. Quería estar con él todo el tiempo, quería que él estuviese bien siempre. Pero sabía que nada de aquello sería posible, era una niña, mas no por ello se crearía ilusiones que la lastimarían considerablemente luego.
ーSí, eres mi hogar. Mi hogar por una estación. ー Murmuró, sus palabras siendo oídas por el muñeco de bufanda roja. Los colores habían vuelto a su pálido rostro. ーAsí que vamos, vamos. ¡No dejaré que te vayas, porque el invierno aún no termina!