Yes, let's hit the North Pole
and live happily
ー¿Conoces el polo norte?ー Inquirió la niña de coletas rubias.
Llevaba exactamente cinco días de conocer a su contrario, y Saotome podía decir que jamás se había sentido tan bien en aquel mes destinado a una hermosa celebración. El conocerlo era como el regalo que no pidió, pero qué secretamente ansió por mucho tiempo, amaba que éste le fuese dado de la más bella forma.
"N-no"
ーTú y yo deberíamos ir allá alguna vez, antes de que ésta estación congelada acabe.
Se estaba haciendo tarde, y el malvado señor Sol huía de un enemigo desconocido, él era un cobarde durante las noches, pese a que se creía tanto en los días.
Entonces se ocultó en un instante, dejando que la Luna pudiese brillar por una noche más, bañándolas en una hermosa luz que no le pertenecía, pero hacía resaltar a su manera. A Mary le gustaba ella, la Luna era amable y nunca intentaba lastimar a su compañero, creía que tal vez ella entendía sus sentimientos y no buscaba herirlos, tan buena.
ーCariño, debo irme. Volveré mañana, esperarme, por favor.
Él no sintió nada cuando Saotome se fue, siquiera supo el momento en el que ya no estaba cerca, no prestó atención debido a esas imágenes borrosas entrando abruptamente a su fría cabeza.
. . .
Luego de unas horas, una chica albina había aparecido ahí, notó que ella era la misma que vio en esos recuerdos confusos.
ーQuerido, ya no puedo seguir haciendo esto. ー Dijo la chica con angustia, en sus ojos azules cualquiera lograría avistar una profunda tristeza.
A diferencia del cielo diurno, que era brillante y lleno de esperanza, sus cielos escaseaban de ese brillo y de esa sensación de felicidad.
ーLa extraño mucho, ¿Sabes?ー La peliblanca comentó en un suave susurro, pero nuestro muñeco alcanzó a escuchar perfectamente. ーElla amaba éstas fechas, en casa no celebrábamos navidad ni nada de eso... No obstante, juntas escapábamos y nos divertíamos entre la nieve.
Las cosas que decía, al instante estaba viéndolas. Su corazón de hielo latía con cariño mientras la desconocida hablaba, y sus ojos lloraban sin parar mientras le veía. ¿Qué era todo eso?
ーEntonces, luego de eso... Comencé a pasar éstos días en casa, con mi esposa, pero... Sintiéndome sola, teniendo éste sentimiento de vacío en mi pecho. ー La albina parecía querer echarse a llorar, al igual que ella. ーPorque... Mi hermana era mi alma gemela, la persona más importante para mí.
Extrañamente, esas últimas palabras hicieron que una escena horrorosa apareciese en su cabeza.
Era una joven muy parecida a la desconocida, en la tina de un baño, cubierta de un líquido carmesí.
ーYa no puedo seguir viniendo a armarte.
Sería su última noche, y estaba bien, luego de haber visto y recordado, sólo quería dejar de existir.
ーY-ya... Siquiera puedo seguir viviendo aquí, le diré a Sayaka que nos mudaremos, no sé en qué pensaba al querer estar en mi antigua ciudad, en donde pienso en ella todo el tiempo.